Ander Capa (Portugalete, 8 de febrero de 1992) tiene la fecha grabada. 25 de abril de 2021, la noche en la que sufrió la lesión más importante de su carrera en la élite. El momento será complicado que lo olvide. Restaba solo un puñado de minutos para que concluyera el encuentro que enfrentaba en San Mamés al Athletic con el Atlético de Madrid, que acudió a Bilbao como líder, y una acción fortuita le dejó K.O. sin opción a recuperarse. Su compañero Dani García, al que le une una particular amistad e integrado en su cuadrilla en la villa jarrillera, cayó sobre la pierna derecha del lateral, al que, una vez sometido a las pertinentes pruebas, se le diagnosticó una "rotura parcial de grado II en el ligamento lateral interno de la rodilla" y que ponía fin al curso para el futbolística.

El golpe fue duro por lo que supone un percance de tal importancia, pero ha sido mucho más duro el vía crucis que ha tenido que pasar desde entonces y no precisamente por las consecuencias físicas que le pudiera haber ocasionado la lesión, sino por unas decisiones del entrenador y del club aún sin aclarar y que propicien que ese partido paradójicamente sea hasta la fecha el último que ha disputado como león. Capa, que ha superado el centenar de duelos con el Athletic, acumula un año exacto sin competir, salvo en sus participaciones en encuentros amistosos de la pasada pretemporada, un ostracismo que ha soportado con sus evidentes picos de bajones.

Aquel duelo ante el Atlético, curiosamente el rival del Athletic el próximo sábado y también en San Mamés, puede que se quede como ese último de los 104 que ha completado el jarrillero, cuyo contrato expira este 30 de junio, con la camiseta rojiblanca, salvo que en las próximas semanas se produzca un vuelco llamativo a su actual situación. En estos doce meses, el colectivo de Marcelino ha consumado 46 compromisos más, entre liga, Copa y Supercopa, y en ninguno de ellos ha comparecido Capa, que se ha tenido que conformar con calentar en un par de encuentros en La Catedral, en los que recibió el cariño de una parte de la afición rojiblanca, incrédula también ante las razones por las que no juega el portugalujo después de que este no aceptara la oferta inicial de renovación que le trasladó la dirección deportiva, que tampoco cambió de intenciones en el encuentro que mantuvieron las partes el pasado diciembre, cuando se confirmó la sentencia del lateral derecho, al que el entrenador le puso la puntilla.

"Llevo 20 años entrenando y el entrenador es exclusivamente el que elige a los futbolistas. Capa está a nuestra disposición y si el club no quiere que juegue, no lo habría puesto a nuestra disposición. Que quede clarísimo que cualquier tema de los futbolistas son decisiones mías, acertada o equivocadamente", expresó el asturiano el último 4 de noviembre a pregunta de este diario. No es la única ocasión en las que se ha referido sobre su pupilo, del que también se acordó del lateral el pasado día 2 cuando se le volvió a cuestionar sobre su futuro en el banquillo del Athletic: "Si preguntamos a Capa, el pobre dirá a ver si se va ya este carca de aquí".

Lo cierto es que Ander Capa se encuentra a la expectativa de lo que pueda suceder a corto plazo, sobre todo porque no tardará en abrirse el melón del proceso electoral y del futuro de Marcelino. El deseo del jugador es continuar en el Athletic, como lo ha reiterado en diferentes ocasiones, en las que ha subrayado que el matiz económico no era el prioritario para renovar sino el de la duración del contrato, de dos años.

Para ello, debe entrar en los planes de la futura Junta, y de hecho uno de los precandidatos ya se ha dirigido a Capa por medio de terceros, y que Marcelino no siga en el cargo, asunto este que no se resolvería hasta finales de mayo, cuando el curso baje la persiana. Mientras tanto, Capa no se cierra puertas a escuchar ofertas, aunque de momento solo se trata de meros sondeos.

Ha surgido el supuesto interés de equipos como el Mallorca, el Torino o el mismo Eibar en caso de que el cuadro armero ascienda a Primera División de la mano de Gaizka Garitano, un valedor del portugalujo, pero también el Valencia, que el sábado sucumbió en la final de Copa ante el Betis, le tiene en su agenda dentro de su deseo de reforzar la posición de lateral derecho.