El 20 de abril de 2016 el Athletic pospuso su clasificación matemática para la Europa League. El conjunto rojiblanco cayó ante el Atlético de Madrid por culpa de un solitario gol del ahora retirado Fernando Torres, en lo que fue un ejercicio de eficacia por parte de un rival ya dirigido por aquel entonces por el Cholo Simeone. No fue un partido ni vistoso, ni brillante, ni de los que crean afición. Pero sí fue memorable. Porque en el minuto 59, Iñaki Williams entró al campo de San Mamés para sustituir a su amigo Iker Muniain y fue en ese preciso momento cuando comenzó la gesta del delantero rojiblanco. Así, ese partido pasará a la historia como el origen del récord de encuentros ligueros consecutivos que atesora y engrosa el bilbaino. Como el comienzo de un viaje que se niega a terminar. Y es que este miércoles, seis años después, el mayor de los Williams encadena 227 envites en Primera División, que el jueves ante el Cádiz (20.00 horas/Movistar La Liga) pueden convertirse en 228 si Marcelino García Toral decide contar con él en el Estadio Nueva Mirandilla.

De esta forma, ese 20 de abril de 2016 Williams empezó a reescribir la historia de la competición doméstica española. Un relato contado en primera persona que adquirió toques de leyenda el pasado 1 de octubre, cuando el Alavés visitó La Catedral. Fue Raúl García quien hizo el gol de la victoria (1-0) en el derbi, pero todos los focos se los llevó el bilbaino. Porque ese día el 9 rojiblanco superó la plusmarca que hasta ese momento poseía Juanan Larrañaga, ex de la Real Sociedad, que entre 1986 y 1992 acumuló 202 partidos seguidos en Primera. Ese día ante el Alavés, el mayor de los Williams cumplió 203 y se subió a lo más alto del podio de los intocables. Sin embargo, Iñaki no paró ahí. Sino que siguió a lo suyo. Y ahora, seis años después del primer paso, continúa caminando para aumentar su récord en cada jornada. Para ser cada vez más inalcanzable.

Porque Williams es omnipresente, pero también parece sempiterno. No han conseguido pararle ni las lesiones, ni la pandemia, ni un proceso gripal. Ni siquiera un mísero catarro. Pero es que el bilbaino no solo tiene un físico y una salud envidiables, sino también una gran labia futbolística. De hecho, el 9 del Athletic ha conseguido convencer a todos los técnicos que ha tenido durante estos seis años. Fue Ernesto Valverde quien le hizo debutar con el primer equipo y con quien comenzó esta asombrosa plusmarca; pero Ziganda, Berizzo, Gaizka Garitano y Marcelino también cayeron en su elocuencia sobre el verde. Daba igual si jugaba escorado a la banda o como referencia ofensiva. Williams convenció a todos, contó para todos y todos le dieron la continuidad necesaria para acumular 227 partidos consecutivos en Liga. En ese lapso de tiempo, de los 266 encuentros que acumula en total en la máxima categoría, el atacante fue titular en 189 ocasiones, por las 38 que salió desde el banquillo. Y logró 44 goles y 23 asistencias. De hecho, por el momento, su temporada más exitosa con el Athletic fue la 2018-19. Entonces, fue titular en 36 duelos, acumuló más de 3.000 minutos sobre el verde y marcó 13 goles. En la actualidad, el 9 del Athletic se erige como el máximo goleador del equipo con siete tantos en Liga y, de las 32 jornadas disputadas hasta el momento, 27 partió como titular y cinco como suplente.

HASTA LOS 300

Iñaki Williams lleva seis años sin perderse ni un solo partido de Liga. El delantero rojiblanco ha superado con creces el récord que ostentaba Larrañaga, algo de lo que está "orgulloso": "Son hitos que no se consiguen todos los días. He podido conseguir un sueño y hacer historia con la camiseta del Athletic. Estoy muy contento". Sin embargo, el bilbaino no quiere ponerse límites. De hecho, sigue soñando a lo grande: "Yo hasta los 300 o así no pienso parar. Soy exigente conmigo mismo y soy de Bilbao. Hay que exigirse. Quiero seguir sumando para dejar el podio muy alto y que el siguiente lo tenga muy complicado", reconoció a Marca. De seguir así, opciones tendría porque hasta el 30 de junio de 2028, cuando tendría 34 años, no termina contrato. Sin embargo, por el momento, Williams tendrá que convencer una vez más a Marcelino para que cuente con él en el duelo contra el Cádiz, el que puede ser el 228 consecutivo para sus incombustibles piernas.