Después de haber conseguido reflotar al Getafe, Quique Sánchez Flores afronta con ambición la cita de este viernes en San Mamés. El técnico del conjunto azulón vive su tercera etapa en el banquillo del Coliseum después de sustituir el pasado octubre a Míchel. Era colista con un solo punto en ocho jornadas, y ahora está cuatro puntos por encima de los puestos de descenso. “Estamos bien, estamos positivos, alegres y competitivos. Venimos de un partido en el que le dimos una vuelta a la forma de estar en el terreno de juego (0-0 en casa contra el Valencia). Nos sentimos bien. Jugamos contra un gran equipo, que está en la final de Copa, y tuvimos muy buena sensación. El partido de esta jornada se parecerá mucho”, ha destacado el entrenador madrileño este miércoles en rueda de prensa.

Sobre el Athletic, Sánchez Flores ha puesto en valor la figura de su colega en el banquillo: “Marcelino no tiene misterio. Es leal a sus sistemas y a sus convicciones. Es un entrenador exigente, tiene muy buena capacidad estratégica y a mí me encanta. Me reconozco mucho en él porque le gusta medir los partidos y tener bajo control las cosas para hacer los partidos más amable. Este Athletic es el fiel reflejo de lo que es su entrenador. Es una mezcla de Osasuna y Valencia. Tiene la velocidad del Valencia arriba, es una amenaza constante, y la solidez y potencial defensivo de Osasuna”.

LA VICTORIA DE 2005 EN SAN MAMÉS

Sánchez Flores se ha acordado de la primera vez que el Getafe jugó en La Catedral en Primera, el 16 de marzo de 2005. Los goles de Kome y Míchel le dieron la victoria por 1-2 (por el Athletic “Ese partido nos llevó a una salvación virtual. Un miércoles, me acuerdo. Es un escenario en el que si este equipo fue capaz en sus inicios de hacer eso, con la consolidación de todos estos años, podríamos ser capaces de volverlo a conseguir”, apostilló Quique Sánchez Flores.