Aunque a estas alturas produce cierto reparo anticipar nada relacionado con la vuelta al equipo de Yuri Berchiche, los últimos acontecimientos invitan a situar su regreso en enero. Hace ya un par de semanas que fue noticia su presencia en una sesión de entrenamiento junto al resto del grupo, lo que de inmediato sugirió la posibilidad de una reaparición gradual durante el mes que abre 2022. Era el primer día que trabajaba con la normalidad que requiere estar disponible para el técnico desde que allá por abril quedase fuera de circulación a causa de las molestias de pubis que arrastraba desde ni se sabe muy bien cuándo.

La fecha de su última actuación, el 17 de abril en La Cartuja con ocasión de la final de Copa con el Barcelona, se toma como referencia para calcular la duración de la baja de Yuri. Salen ocho meses, a los que habrá que añadir los días que transcurran hasta que Marcelino. Un período muy superior al calculado en julio tras su paso por el quirófano de un centro parisino. El lateral zurdo fue intervenido ante la evidencia de que el tratamiento conservador escogido para combatir sus problemas de pubis no ofrecía los resultados deseados. Yuri padecía esta merma desde la campaña 2019-20, pero tampoco entonces se optó por el bisturí y pese a que durante el curso siguiente la cosa fue a mayores no hubo cambio de criterio.

Llegó la pretemporada y Yuri enseguida comprobó que no podía responder a la exigencia física por lo que se realizó una consulta de urgencia que aconsejó la intervención. Ya no cabía aguardar más. La decisión le sentó a cuerno quemado a Marcelino García, que no comprendía cómo se había malgastado el período transcurrido de abril a julio para resolver un contratiempo que venía de lejos. Además, perdía a un titular para buena parte de la temporada, pues necesitaría un trimestre como mínimo para obtener el alta, sin contar un plazo prudencial para la puesta a punto. Es ahora cuando se halla en la fase del proceso de rehabilitación que antecede a la reaparición.

A mediados de octubre se supo que lo del pubis estaba superado, pero Yuri estaba renqueante por unas molestias localizadas en uno de sus talones. Fue Marcelino quien desveló el asunto al ser interrogado por la disponibilidad del defensa, cuestión que despachó con resignación: "No sé para cuándo estará". La realidad es que Yuri ha consumido en blanco la primera mitad de la campaña. En su lugar ha actuado Mikel Balenziaga, garantía de regularidad y eficacia defensiva, en quince de las diecinueve jornadas celebradas. En las cuatro restantes, el escogido ha sido Lekue, otro que ha cumplido con nota desde el verano, principalmente en el ala opuesta.

Altibajos

El lateral nacido en Zarautz hace 31 años ha enlazado dos cursos complicados debido a una sucesión de inconvenientes físicos. En la pasada temporada, Yuri aparte de no intervenir en los ochos encuentros que cerraban el calendario, se ausentó en bastantes más afectado por el covid 19 y alguna lesión muscular. No es comparable a lo que ahora está viviendo, pero al cabo de ocho meses de competición y habiendo tomado parte en 30 citas, solo acumuló 218 minutos de juego más que Balenziaga, que sumó 28. Dato este que refleja una trayectoria accidentada, muy diferente a la que describió en sus dos primeras campañas en el Athletic.

Fichado del Paris Saint Germain en julio de 2018 con parte del dinero ingresado el enero anterior por la marcha de Aymeric Laporte al Manchester City (otra cantidad se empleó en la inmediata adquisición de Iñigo Martínez), le costó asimilar el cambio y fue en su segundo curso en San Mamés cuando afloró su versión más explosiva y eficaz. En la 2019-20 intervino en 40 encuentros oficiales y marcó siete goles, cifra fuera del alcance de la inmensa mayoría de los futbolistas que actúan en la línea más retrasada, por mucho que posean un perfil ofensivo, como es su caso. Alguno de sus aciertos fue crucial para la suerte del Athletic, en concreto dos logrados en sendas rondas coperas superadas con enormes apuros. En su hoja de servicios hoy figuran 106 partidos y nueve goles.

Durante el dilatado paréntesis que ahora toca a su fin, el Athletic procedió a la ampliación de su contrato. El acuerdo tuvo lugar en verano, pero no se anunció hasta principios de octubre. Su vinculación concluía en 2022 y firmó seguir vestido de rojiblanco hasta 2024. En el nuevo documento desaparece la cláusula de rescisión, que en origen era de cien millones.

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El último partido disputado por Yuri Berchiche fue el 17 de abril, en la final de Copa contra el Barcelona. El 22 de julio fue operado y el 16 de diciembre se incorporó a la dinámica de grupo.