No son buenos tiempos para Jon Morcillo (Zornotza, 15 de septiembre de 1998). El fútbol es un mundo de sensaciones y también de números. Y estos últimos retratan el rol que ejerce el extremo catorce meses después de su debut en el Athletic. El canterano sufre un llamativo ostracismo en su segunda campaña en el primer equipo, que, suelen decir, es incluso más complicada que la primera. Una cosa es llegar y otra es asentarse. Morcillo saltó el curso anterior, en el que se estrenó como león de la mano de Gaizka Garitano, y en el vigente apenas entra en los planes de Marcelino, que ha preferido otras opciones por delante de la del zornotzarra cuando ha buscado un recambio para Iker Muniain, intocable en ese costado izquierdo. Nico Serrano y Nico Williams, en momentos puntuales, han sido los elegidos en estas situaciones por el entrenador, que solo ha recluido a Morcillo en cinco partidos, y en todos ellos durante el último cuarto de hora, una escasa presencia que ha impedido al extremo presumir del recorrido que tuvo la temporada anterior, en la que compareció en 36 encuentros, entre liga, Copa y Supercopa, con un saldo de dos tantos.Morcillo se ha tenido que resignar con un mínimo trayecto de 39 minutos -los últimos durante el anterior compromiso del colectivo rojiblanco ante el Cádiz en San Mamés y finiquitado con una dolorosa e imprevisible derrota de los leones- consumado el primer tercio de liga, un protagonismo prácticamente anecdótico para un chaval de 23 años que necesita de progresión. Pese a esta presencia casi residual, el de Zornotza no se plantea salir del Athletic en el próximo mercado de invierno en calidad de cedido, aunque las decisiones podrían retocarse en las semanas venideras en caso de que así lo planteé el entrenador y la dirección deportiva, propuesta que no le han efectuado a día de hoy al jugador, que, según se desvela en Lezama, entrena a pleno rendimiento, presenta un muy buen estado de forma y, junto a ello, se ha reforzado mentalmente gracias a su entorno durante este difícil periodo en clave deportiva. Todo ello porque aguarda una posible oportunidad a modo de un mayor minutaje del que ha gozado hasta la fecha para intentar convencer y hacer cambiar de opinión al de Villaviciosa.

El extremo, así las cosas, sabe que Marcelino no le ha abierto las puertas como sí ocurrió, por ejemplo, en los casos de Unai López, Iñigo Vicente o Iñigo Córdoba, estímulo que le sirve para mantener la paciencia. El técnico, incluso, le habría asegurado que dispondrá de minutos, consciente, eso sí, de cuál es el rol presente de Morcillo, que no quiere estancarse una vez logrado el sueño de jugar en el Athletic y tener cierto bagaje en la élite, una realidad que ha generado que clubes de la máxima categoría y otros más del exterior se mantengan a la espera de qué resoluciones se podrían tomar a corto plazo en torno al zornotzarra, ajeno a estos movimientos y ansioso de volver a ser importante en el verde, donde quiere recuperar las sensaciones de la campaña anterior y sacar sus virtudes. A la expectativa de que en el fútbol todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos, Morcillo viajará con el resto de sus compañeros a Valencia para afronta una nueva jornada de liga ante el Levante en el Ciutat de València, un estadio que le trae buenos recuerdos, ya que el Athletic logró en Orriols el billete a la pasada final de Copa gracias al tanto en la prórroga de Alex Berenguer en una acción que inició el propio Morcillo, que se apoya en su creencia.

Informaciones en Portugal. El diario portugués Record sitúa a Unai Nuñez, jugador del Athletic, en la órbita del Benfica, que, al parecer, tiene en la agenda al portugalujo como posible sustituto del brasileño Lucas Veríssimo, lesionado de gravedad y que se perderá lo que resta de curso. Fuentes consultadas apuntan que no hay ningún movimiento al respecto pese a las informaciones publicadas en Portugal, que también añaden que, además de Unai Nuñez, el Benfica tiene en su lista a Joao Victor, del Corinthians.