Por diversas razones la batalla de Mestalla se presume áspera. Muy cerrada. Ambos contendientes vienen de perder, en el caso del Valencia arrastra dos derrotas consecutivas, lo cual alimenta la necesidad. Además, por lo visto hasta ahora existen bastantes coincidencias de concepto en lo que uno y otro plantean. Fortaleza defensiva e intensidad física serían el denominador común en los catecismos de Marcelino, de ahí que se espere un duelo donde el desgaste puede acabar orientando el resultado. Y no cabe obviar que se trata del tercer partido en una semana, asunto este que sobre el papel quizá vaya a pasar más factura en el cuadro local porque sencillamente ha efectuado menos cambios en las dos citas más recientes.

Alrededor del juego revolotean una serie de aspectos tratados con amplitud en los días previos y sin una influencia directa en el comportamiento de los equipos. Está lo del récord de presencias sin falta de Iñaki Williams en la liga y están las circunstancias, asimismo personales, referidas a Marcelino García por su etapa en el club levantino, en registros la más sobresaliente de su carrera, o ese pique con José Bordalás que dura años, del que hubo un episodio hace unos meses en San Mamés y que ahora, según se deduce de lo manifestado por los dos, parece que llegará a su fin con un saludo en la banda.

Temas todos ellos para ambientar los prolegómenos y, sobre todo, oportunos para pasar con rapidez la página que recoge los tropiezos de la jornada anterior. No obstante, la única medicina que garantiza la devolución de la sonrisa será un resultado favorable. Un nuevo revés daría rienda suelta a la inquietud y fomentaría las dudas que los dos equipos habían despejado gracias un inicio esperanzador. Valencia, con un punto más, y Athletic figuran todavía en la mitad alta de la clasificación, pero el que pierda verá cómo su nombre se diluye en un pelotón muy poblado. A su vez, el ganador volvería a la senda que se ha propuesto seguir, la de los candidatos a plaza continental.

pocas dudas

En las filas del Athletic se prevé una segunda revolución con el regreso de muchos de los habituales: Vivian, Balenziaga, Vencedor, Dani García, Berenguer e Iñaki Williams se perfilan como titulares al lado de Simón, Iñigo Martínez y Muniain. Nueve posiciones se adjudicarían a los mencionados y las dos restantes, una en la zaga y otra en ataque aparecen abiertas a diferentes opciones. Lekue cuenta con muchos boletos para ser ubicado en el lateral derecho, el que más, aunque tampoco puede obviarse que acumula 180 minutos desde el último sábado. Quedaría por despejar la fórmula que Marcelino escoge para montar la estructura ofensiva.

Villalibre se lesionó ante el Rayo y su baja se agrega a la de Sancet, ausente ya en tres jornadas. Iñaki Williams sería el elemento más avanzado y a su lado por la franja central no es seguro que salga Raúl García, al que no se le ve fino. Al respecto, es significativo que haya sido el primer sustituido en cada ocasión en que actuado de inicio. Además, al no existir un recambio específico para los delanteros en la convocatoria, no es descabellado pensar que empiece sentado en el banquillo. Marcelino podría apostar por sacar a Muniain del costado para que se mueva por donde más le gusta. Si Raúl García queda fuera, en una de las bandas habría sitio libre, para Nico Williams o Morcillo, el que menos ha participado, o quizás De Marcos.

La composición del once será más complicada para Bordalás. Se le han caído tres titulares en poco tiempo (Gayà, Soler y Thierry) y quiso insistir con una gente determinada (Paulista, Foulquier, Alderete, Wass, Guillamón, Máxi Gómez, Duro o Guedes) ante Real Madrid y Sevilla, con lo que esto puede suponer en términos de exigencia física de cara al duelo de esta tarde, donde se verán dos piedras chocando en busca de la chispa que provoque luz.