EL fútbol en los tiempos de la pandemia del covid-19 es cruel con los aficionados: no hay abrazos, no hay calor, no hay asientos de plástico, incómodos quizás, pero en los que se pasan 90 minutos -o 120, como el Athletic en el Benito Villamarín- en un segundo; tampoco hay bocatas de tortilla, botas de vino, gritos de pasión, ronquera, resaca, ibuprofeno y cerveza. Al nuevo fútbol, como a la nueva normalidad, le faltan besos, caricias, guiños cómplices, candor… Y le sobran sofás, internet, calentamientos catódicos y WhatsApp. “Da pena que no podamos ir a San Mamés. ¿Imagina cómo estaría el estadio en una semifinal como la de hoy ante el Levante?”, desgrana el aficionado bilbaino Iñaki Santiago, quien certifica que “habríamos acompañado al autobús del equipo y le habríamos hecho un buen recibimiento al llegar. Da pena, pero convertiremos nuestro salón en lo más parecido a San Mamés: tortilla, bufanda, camiseta y al sofá”. Markel Santiago, su hijo, asiente. Lo harán. Los leones lo merecen.

La hinchada del Athletic, no obstante, ruge desde la lejanía, en el exilio obligado por la pandemia. No hay jaula que encierre sus gritos. “Hay veces que hasta nos perdemos alguna jugada mientras hablamos del partido con los amigos. No es lo mismo estar en el campo que verlo desde casa, pero es lo que hay”, afirma Aingeru Iturburu. El joven aficionado bilbaino certifica que “vamos a apoyar al equipo a muerte desde la televisión”. Urko Arregi, por su parte, coincide en que una buena forma de estar con el equipo es “apoyarlo desde las redes sociales”. “Estamos con muchas ganas, muy motivados”, añade el bermeotarra.

San Mamés estará vacío, pero los jugadores no caminarán solos. Iñaki Santiago considera una buena opción “vestir los balcones de rojiblanco” para apoyar a los dirigidos por Marcelino García Toral. “Se ve que el equipo ha pegado un cambio radical. Podemos disputar tres finales en un año y traernos los tres títulos a casa”, remacha.

Respecto a la final de Copa de 2020 ante la Real Sociedad, que se disputará el 3 de abril en La Cartujafinal de Copa de 2020 ante la Real Sociedad, que se disputará el 3 de abril en La Cartuja, la afición desbroza que “éramos partidarios de esperar el tiempo necesario, incluso hasta 2025, con tal de acceder”. “La pena es tener la opción de jugar tres partidos por un título en cinco meses sin nadie en las gradas, pero es lo que hay”, manifiestan. Y gritan: “Athletic gu gara!”.

La copa viajera

“Tenemos a tiro la oportunidad de disputar dos finales de Copa en apenas dos semanas. Estoy seguro de que nos las vamos a traer a casa”, explica David Busturia. El bilbaino tiene la suya en casa, ya que construyó su propio título. “En el bar del barrio había un revistero. Me fijé y vi el trofeo. Me lo llevé a casa y estuve trabajando en él durante una semana en el garaje de casa”, recuerda. Lo transformó en la Copa. “Ha estado en las finales de Madrid y Barcelona. Nos hicimos fotos con muchísima gente”, finaliza Busturia.