¡Bendito sufrimiento! El Athletic vive en el alambre desde la llegada al banquillo de Marcelino García Toral, aunque este afán suyo por los triunfos agónicos, remontadas casi imposibles y resurgimiento de sus cenizas cual Ave Fénix le vienen de lejos. Su centenaria historia se ha escrito a base de situaciones similares a la de anoche, como pueden dar buena cuenta de ello todos y cada uno de sus rivales de Copa del año pasado, a excepción del Sestao River.

Sufrió el equipo en Tenerife, en Elche, en San Mamés ante el Barcelona y contra el Granada en Los Cármenes; y este año tampoco lo ha tenido fácil para superar al Ibiza y al Alcoyano, equipos de Segunda B ante los que tuvo que remontar. Sin olvidar el triunfo en la final de la Supercopa frente al Barça y el tanto de Asier Villalibre que forzó la prórroga... Un trofeo que el Athletic conquistó a pocos kilómetros de donde ayer, con el sufrimiento por bandera, certificó su pase a una nueva semifinal de Copa, que será la cuarta en las diez últimas temporadas.

El gen competitivo del conjunto rojiblanco, su capacidad para no rendirse nunca, volvió a asomar anoche, justo cuando se cumplía un mes de la contratación de Marcelino para el banquillo de San Mamés. Un técnico al que todo parece salirle de cara desde su llegada a Bilbao, que ha dotado al equipo de un plus de competitividad y de una regularidad que añoraba la afición y posiblemente también los propios futbolistas.

El Athletic sigue encima de la ola a la que se subió tras imponerse al Barcelona en la final de la Supercopa, surfeando el peligro como el mejor de los riders, aquellos no sienten el miedo ante las imponentes olas en un mar picado. Esquivó el Athletic la caída en los cuartos de final de su torneo fetiche como buenamente pudo. ¿Un milagro? Si existen, tendrán muchas similitudes con lo acontecido en el Benito Villamarín. Iñigo Martínez recuperó un balón en campo de un Betis que se frotaba las manos y acariciaba su clasificación para la siguiente ronda, pero no contaban con que el central se disfrazara del mejor extremo para enviar un medido centro al siempre certero Raúl García, que olió sangre y hincó el diente hasta el fondo para, de cabeza, poner el empate en el minuto 94.

Es probable que el tanto del navarro hiciera justicia a los visto sobre el campo hasta entonces, si bien se trata de una cuestión difícil de medir, pero por si fuera poco el sufrimiento de lograr la igualada en el descuento, el partido se fue a los penaltis tras una prórroga de calambres y poco fútbol. Asomó entonces la figura de Unai Simón, otro que está de dulce desde la llegada de Marcelino, que ha hecho espabilar al personal. Paró dos penaltis, a Canales y Juanmi, curiosamente ambos exjugadores de la Real Sociedad, lo que unido al pleno acierto de los rojiblancos -Raúl García, Iñaki Williams, Jon Morcillo y Yuri Berhiche- certificó la clasificación del Athletic para semifinales.

Tres de tres

Es la cuarta ocasión en la que los rojiblancos alcanzan esta fase del torneo del K.O. en las diez últimas temporadas, que se dice pronto. El Granada hace ahora un año; el Espanyol, en la campaña 2014-15 y el Mirandés en el curso 2011-12 se toparon con un Athletic sediento de títulos que, con la salvedad de la eliminatoria ante el conjunto burgalés, sufrió de lo lindo para plantarse en una final. Superó las tres eliminatorias a base de coraje y pundonor, la entrega se da por supuesta, y esta temporada aspira a hacer lo mismo. Un año en el que puede hacer historia, ya que tiene pendiente de disputar la final del año pasado ante la Real, que será el 3 de abril, y quiere estar presente también en la del día 17 de ese mismo mes. Todo queda en Sevilla, La Cartuja espera. ¡Bendito sufrimiento!

En 10 temporadas. El Granada hace ahora un año; el Espanyol en la temporada 2014-15 y el Mirandés en el curso 2011-12 han sido los rivales del Athletic en sus tres últimas semifinales. Pasó en todas.