Gaizka Garitano deseó ayer una "mejor vida" para todos con la llegada del nuevo año. Después de un 2020 para olvidar, marcado por el dichoso coronavirus y sus muchas y muy variadas consecuencias, la petición del técnico puede fácilmente trascender de lo social y focalizarse en lo deportivo y más concretamente en el Athletic y en su propia figura. El entrenador vive en el alambre, en la fina línea que le separa del abismo, porque ha sido incapaz de dibujar esta temporada una trayectoria regular con el equipo que dirige, que tras dieciséis encuentros de liga no ha enlazado dos victorias seguidas y se mueve en un bucle infinito en el que los buenos ratos de fútbol se mezclan con los malos (que son mayoría, dicho sea de paso). No se les atisba una solución a corto plazo a los problemas del Athletic, aunque tal vez los buenos propósitos que acompañan a cada nueva entrada de año sean suficientes. Una especie de milagro a la vizcaina, aunque para ello tampoco parece el Elche (San Mamés, 14.00 horas) el rival más propicio.En su regreso a la máxima categoría, el conjunto ilicitano no está viviendo un curso fácil, tampoco era algo que pudiera esperarse, pero su estilo de juego, de marcado carácter defensivo, es de esos que se le atragantan a este Athletic. No es un hecho casual, pues se viene repitiendo de lejos, no solo esta temporada. Al conjunto rojiblanco le cuesta un mundo generar peligro frente a equipos que se le encierran cerca del área y como acostumbra a pegarse tiros en el pie en forma de graves errores individuales, lo más habitual en choques así es que empate o pierda. Además, aunque no ha ganado en ninguno de sus últimos nueve partidos de liga, el Elche viene con la moral reforzada tras empatar con el Madrid en la última jornada.

Rival al margen, lo que sí deberá hacer el Athletic es mejorar el nivel ofrecido en sus últimos encuentros como local. Lo que hace tiempo era mínimo una X en la quiniela, ahora casi ni los más optimistas se atreverían a apostar por un empate. No obstante, aunque los bilbainos vencieron al Huesca en el penúltimo partido disputado en La Catedral, en el anterior, frente al Celta, y en el último, contra la Real Sociedad, con el que pusieron el broche a 2020, cayeron derrotados. En ninguno de los tres choques citados la imagen del Athletic fue mínimamente aceptable, con la gravedad de que ni ante el Celta ni ante la Real llegaron siquiera a tirar entre los tres palos. Y así, ganar es cuestión de un milagro.

Lograr los tres puntos se antoja vital no ya solo para empezar el año con buen pie, sino para insuflar moral a un grupo de futbolistas que deberá afrontar un durísimo mes de enero, con hasta tres frentes abiertos: liga, Copa y Supercopa. La cuesta de enero asoma muy empinada para un Athletic en cuyo entorno sigue estando muy cuestionada la figura del técnico, que es el primer interesado en ahuyentar dichos fantasmas. Con la Asamblea Extraordinaria pendiente, tampoco puede descartarse que un varapalo frente al Elche anime a la Junta Directiva, dividida en torno a la figura de Garitano, a dar un paso al frente y destituir al técnico en busca de un nuevo rumbo deportivo.

rotaciones

La gris imagen del choque frente a la Real, así como un calendario muy apretado, con un mínimo de ocho partidos, que serán nueve si el Athletic elimina al Real Madrid en las semifinales de la Supercopa, deben animar al técnico a mover el banquillo y dar entrada de inicio a alguna cara nueva.

Por lo pronto, Nuñez seguirá formando pareja junto a Iñigo Martínez, toda vez que Yeray sigue lesionado, si bien podría estar ante el Barcelona o a más tardar contra el Atlético de Madrid el próximo sábado. De Marcos podría entrar en lugar de Capa, que sigue lejos de su mejor versión, y en el centro del campo habrá que ver quién acompaña a Vencedor, sin duda, quien está ofreciendo mayor regularidad. Dani García, que no jugó ni un solo minuto en el derbi, o Vesga optan a dicha plaza, toda vez que parece improbable que Zarraga, que vuelve a la lista por el lesionado Unai López -quien estará en torno a dos o tres semanas parado- parta de inicio. Aunque quién sabe.

Y por delante, Sancet podría entrar en lugar de Muniain, Raúl García por Villalibre -sin duda quien menos motivos ha dado para salir del once pero a quien más fácil resulta apartar-, y Morcillo por Berenguer, ya que atendiendo a los antecedentes no parece que Williams vaya a partir desde el banquillo.

Quien se cae de la convocatoria es Nico, el hermano de Iñaki, que jugará con el Bilbao Athletic, por lo que Iñigo Vicente vuelve a la lista. Después de un puñado de entrenamientos con el primer equipo y de entrar en la lista en los choques ante el Villarreal y la Real Sociedad, el menor de los Williams volverá a estar a las órdenes de Joseba Etxeberria en el filial, que se verá las caras con el Barakaldo a partir de las 18.00 horas. Cuatro antes comenzará el choque del Athletic. Año nuevo, ¿vida nueva?