El Athletic demuestra capacidad para evolucionar y sacar más puntos
Con únicamente tres incrustaciones en el once tipo y sin necesidad de pasar por un período de adaptación, el Athletic de Garitano demuestra capacidad para evolucionar y sacar más puntos
En una semana, el Athletic ha sustituido una imagen deprimente por otra esperanzadora. Puede sonar exagerada la terminología que pretende describir dos fases diferenciadas, aunque Gaizka Garitano se empeñe en asegurar que el equipo es el mismo y hace ahora más o menos lo que hacía antes, pero sirve para situarse y certificar que no solo es posible evolucionar sino que resulta rentable: cuatro puntos de seis es la mejor marca de la temporada, ha valido para escalar en la tabla y, no se olvide, para aparcar una crisis que amenazaba con llevarse por delante al técnico.
Lo que se comprueba en los cruces con Betis y Getafe es que con unos retoques puede ser suficiente para elevar el rendimiento y desprenderse de determinados vicios. Hablar de revolución para describir las novedades introducidas por el entrenador en este par de partidos sería improcedente. Si el Athletic demuestra capacidad para desarrollar virtudes que permanecían anquilosadas se debe a que de repente Garitano ha apostado por emplear a tres jugadores con los que no contaba. El colectivo lo ha asumido perfectamente y se ha puesto manos a la obra para explotar las características de los recién llegados a la titularidad. Es decir, que Garitano no se ha limitado a poner caras nuevas para satisfacer a nadie sino que ha aleccionado al grupo para intentar ganar utilizando vías que se transitaban poco o mal. Solo así tiene sentido atreverse a buscar soluciones.
La estructura es la de siempre con la incrustación deVencedor, Vesga y Villalibre. Dos centrocampistas y un punta. Lo que han aportado, siendo bastante elemental, se echaba en falta. Por un lado, cierto criterio en el manejo para facilitar una salida más precisa y dinámica de campo propio, lo que favorece la conexión de las diversas líneas y una mayor participación de las piezas que se ubican por detrás del ariete, que a su vez también se beneficia y contribuye con su movilidad a elevar la producción ofensiva. Villalibre añade a lo anterior instinto para moverse en la zona caliente, donde desembocan las acciones.
Lo más curioso de este proceso sería que no ha precisado de un período de prueba o de adaptación. Ha funcionado a la primera. Ni los habituales ni los tres repescados han acusado la dificultad que podía entrañar el hecho de cambiar de registro. El Athletic ha transmitido una gran aplicación para ponerse a hacer cosas que hasta la fecha no figuraban en el guión o eran secundarias. Ahora el Athletic lleva la iniciativa desplazando el balón a ras de césped con absoluta naturalidad. Los futbolistas están cómodos tratando de elaborar transiciones rápidas en la idea de plantarse arriba, nada de tocar y retocar para ir a ninguna parte. Ritmo alto y ambición.
MUCHO MÉRITO
Por supuesto merece una mención la respuesta de Vesga, Villalibre y Vencedor, que acaso deberían ser citados en orden inverso en su particular podio, pues Vesga ya había jugado de inicio alguna vez y Villalibre picoteaba minutos en cada jornada, mientras que Vencedor vivía totalmente ajeno a la competición. Ellos son la prueba fehaciente de que, como se ha insistido en estas páginas, hay más cera que la que ardía. Faltaba que tuviesen minutos de calidad. En principio lo son dos jornadas consecutivas saliendo de inicio, aunque ambas se enmarcaban en un contexto muy delicado, factor este que dotaría de más valor aún a su comportamiento.
Frente al Betis firmó el Athletic su mejor actuación en tiempo. Noventa minutos vistosos, eficaces, donde sin duda se agradeció la flojera del oponente. La visita al Coliseum proyectaba alguna incertidumbre porque el anfitrión, pese a que no atraviese un momento dulce, es un especialista en poner trabas. Garitano pensó sin embargo que merecía la pena dar continuidad al experimento y sus hombres le dieron la razón hasta el descanso. Luego, el asunto adoptó un cariz más problemático. Apretó el Getafe y afloraron deficiencias. No fue por culpa de los nuevos precisamente. Fallaron otros y tampoco anduvo diligente Garitano, que esperó casi media hora para agitar el banquillo y a pesar de que quitó a los que tenía que quitar, no acertó con los relevos.
Un refuerzo para la pareja de medios no hubiera sobrado. Vencedor y Vesga acusaron el trajín y la ausencia de apoyos más arriba, se cedieron muchos metros y la zaga local no volvió a verse exigida. Se jugó todo en dirección al área de Simón, sin invadirla pero impidiendo que el Athletic diese réplica. Así es complicado ganar. Extrañó por ejemplo que Dani García se quedase en la banda. De intocable ha pasado a invisible, un contraste que no se entiende. El partido reclamaba más poderío en la zona ancha desde antes de que se cumpliera la hora de juego.
Javi Martínez
"Acerté quedándome"
El eterno culebrón. Javi Martínez, que esta noche se mide al Atlético de Madrid en la Champions League, aseguró ayer en la rueda de prensa previa en el Wanda Metropolitano que acertó el pasado verano al no dejar el Bayern de Múnich. El Athletic le tanteó, pero el navarro descartó regresar a Bilbao porque no estaba dispuesto a asumir la considerable rebaja de la ficha que le plantearon desde Ibaigane. "Creo que acerté quedándome. Me siento a gusto, me siento bien y me siento importante en el equipo", destacó el de Aiegi, que termina contrato a final de temporada y al que le gustaría "probar una experiencia donde sea, no tengo ninguna preferencia, pero sí me gustaría probar algo nuevo antes de retirarme".
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