El primer partido oficial de la temporada no puede tomarse como una referencia fiable, menos aún el que esta tarde juega el Athletic en Los Cármenes, donde se presenta mediatizado por los diversos episodios vividos en el seno de su plantilla que han impedido completar una pretemporada en condiciones. Gaizka Garitano tiene gente suficiente para confeccionar el equipo, si bien la alineación no será la que en condiciones normales saltaría al césped. Así todo, cuenta con la mayoría de las piezas que formaban el bloque tipo de la campaña anterior y otra gente que sí ha trabajado con normalidad, que se halla por tanto en disposición de asumir la exigencia del duelo, así como alternativas para gestionar la segunda mitad. Seguro que a Diego Martínez le ocurre algo similar y podría quejarse del virus, las lesiones y alguna baja de entidad, por ejemplo la del punta Carlos Fernández, pero no es cuestión de ponerse la venda antes de la herida. Sin duda ambos técnicos albergan la idea de ganar.

En los cuatro enfrentamientos habidos el curso pasado mandó el factor campo. El marcador siempre sonrío al conjunto que ejercía de local, pero el saldo final benefició al Athletic, que obtuvo el derecho a disputar la final de Copa gracias al valor doble de los goles a domicilio, en concreto el firmado por Yuri Berchiche sobre la campana. Si bien el Granada compensó el disgusto con la obtención de plaza en la Europa League, una meta para la que no contaba y que los de Garitano persiguieron en vano hasta la conclusión del calendario. Estos balances reflejan una igualdad de fuerzas que no se intuía hace ahora un año y que básicamente obedecería al crecimiento experimentado por el conjunto andaluz. Es posible que el Athletic se moviera en los parámetros competitivos que se le adjudicaban de antemano, mientras que el Granada se coló de rondón en el reparto de premios, gracias a una envidiable regularidad a partir de una propuesta muy seria.

De cara a lo que viene, no sería una sorpresa que con tantos frentes abiertos el Granada acusase la saturación de su agenda, pero ese problema en todo caso se manifestará más adelante, con el correr de los meses, hoy no, desde luego. Hoy se trata para unos y otros de rentabilizar el trabajo estival y procurar ser fieles a lo de empezar con buen pie por aquello de alimentar la autoestima, algo imposible con el casillero a cero. En un torneo tan largo tres puntos, que encima son los primeros, no van a ninguna parte, pero regalar nadie los regala y su valor permanece inalterable hasta mayo.

balenziaga

En el entorno del Athletic existe cierta expectación alentada por las aportaciones de los chavales incorporados del filial. Garitano adelantó que alguno tendrá sitio en el once o sobre la marcha. Jon Morcillo, Unai Vencedor u Oier Zarraga serían los candidatos, en ese orden quizás, pero hay más meritorios que opositan a la titularidad, casos de Asier Villalibre u Oihan Sancet. Puestos a especular no hay que descartar a Óscar de Marcos y Mikel Balenziaga, aunque no haya sitio para tantos porque, como se ha señalado, están aptos muchos de los hombres de confianza del míster.

Quien más probabilidades posee es Balenziaga porque Yuri llega muy corto de preparación, de hecho hasta última hora estuvo en el alero su inclusión en la lista, de la que se caen Iago Herrerín, en favor de Jokin Ezkieta, los lesionados Ibai Gómez y Peru Nolaskoain, así como Gaizka Larrazabal e Iñigo Vicente.

La formación de salida no diferirá gran cosa de la siguiente: Simón; Capa, Yeray, Iñigo, Balenziaga; Dani García, Unai López; Muniain, Raúl García, Morcillo; Villalibre. Las incógnitas se localizarían en el lateral e interior derecho, con opciones para De Marcos y en la punta de ataque, donde nunca conviene descartar a Williams, otro cuyo estado de forma no puede ser el ideal para aguantar el partido completo.