Eva Miranda atiende en la barra a varios clientes ajenos al partido que disputaron la UD Logroñés y el Athletic. Ella es de Gasteiz, pero reside en la capital riojana y es miembro de la peña Athletic Gaudí, que cuenta con 190 socios. Mikel y Vero se acercaron también a la cafetería que es sede de la agrupación rojiblanca. En la calle Laurel y las aledañas de San Agustín y San Juan, puntos neurálgicos de ambiente de la ciudad, no había rastro de aficionados de ninguno de los dos bandos a la hora del aperitivo. “Es que el hecho de jugar a puerta cerrada es una faena, no hay alma de fútbol”, expresó Mikel, nativo de Logroño y que suele acudir asiduamente a San Mamés, claro está en la época de la prepandemia. “Solo nos queda un consuelo, os esperamos en la Copa… con público y seguro que será una fiesta para los athleticzales de Logroño y del resto de La Rioja”, añade Eva, que no duda en posar junto a Mikel y Vero con sus respectivas camisetas rojiblancas y un busto de león que retrata su ADN Athletic. El fútbol pasó de largo por las calles de Logroño, incluso para los aficionados del equipo recién ascendido a LaLiga SmartBank. El covid-19 impidió una fiesta que esperan se produzca dentro de unos meses en la Copa.