DE uno en uno dentro y fuera del campo. Así asomaron y desfilaron en la jornada de ayer los 24 leones disponibles para arrancar sobre el césped una atípica pretemporada que tomó vuelo en sesión vespertina y que se desarrollará de principio a fin en Lezama. La factoría bilbaina, que permanecerá cerrada a cal y canto durante todo agosto a causa de una pandemia que sigue haciendo mella, ha quedado precintada al igual que en las once últimas jornadas del pasado curso a fin de cumplir con el protocolo sanitario diseñado por LaLiga. La imagen que proyectó en la tarde de ayer la fábrica de talentos rojiblanca no pudo resultar más chocante en un momento tan señalado como el comienzo de una nueva pretemporada, fecha marcada en rojo en el calendario en la que los aficionados, hambrientos de fútbol, acostumbraban a abarrotar unas instalaciones huérfanas ahora de público y prensa.

La nueva normalidad no entiende de tradiciones. La crisis sanitaria manda y sabido es que no es ajeno a ella el Athletic, que mantendrá alejado de Lezama a todo aquel que no forme parte del exclusivo grupo de jugadores, jugadoras, cuerpos técnicos y empleados del club que están directamente integrados en cada uno de los equipos de la estructura de una entidad apartada de su gente por necesidad común. Tampoco los futbolistas pueden unir fuerzas todavía. Con Iñaki Williams, Unai López, Oihan Sancet, Unai Núñez, Iñigo Córdoba y Gaizka Larrazabal aislados en sus respectivos domicilios tras dar positivo en covid-19 en los test PCR a los que se sometieron el martes jugadores, técnicos y personal relacionado con la primera plantilla, los leones que dieron negativo en las citadas pruebas tuvieron que ejercitarse en solitario ayer para cumplir con el protocolo. Así lo harán hoy también a la espera de obtener un segundo negativo en las pruebas que volverán a pasar esta mañana para descartar nuevos contagios en el equipo.

En la puesta de largo de la pretemporada, mientras tanto, los entrenamientos individuales por tandas marcaron el devenir de una fría jornada en la que los bilbainos fueron llegando a Lezama de manera escalonada en sus respectivos vehículos. Lo hicieron, en medio de un goteo constante, cumpliendo las pautas marcadas por el club para completar una sesión vespertina que nadie ajeno a la estructura pudo seguir en vivo. Con varios medios de comunicación presentes en el acceso a las instalaciones, DEIA incluido, los pupilos de Garitano fueron alcanzando su destino saludos mediante, pero sin bajar de sus coches. Nada que ver con la antigua normalidad, cuando el primer día de entrenamientos era habitual conocer las impresiones el entrenador o capitán de turno para acabar el día con una avalancha de autógrafos entre las sonrisas de los más pequeños.

Iñigo Martínez llega en coche a Lezama. Foto: Juan Lazkano

Nada de eso se produjo ayer en Lezama, despojada de su alma, sin movimiento alguno por el lugar y con el sonido del viento reinando en medio de un frío ambiente que invitaba a la nostalgia. Vendrán tiempos mejores, no cabe duda, pero habrá que esperar apelando a la cautela y al compromiso social para volver a disfrutar de momentos como los que se evaporaron ayer en una jornada que fue todo lo contrario a lo que debió ser en circunstancias normales.

INFORMACIÓN INTERNA

En el plano meramente deportivo, las informaciones llegaron desde dentro del club. A falta de redactores, cámaras y fotógrafos que pudieran dar cuenta de lo que ocurría sobre el verde al no poder cruzar las puertas de acceso al lugar, fue el departamento de comunicación del Athletic el que volvió a informar de las evoluciones de los jugadores. Así se confirmó que Peru Nolaskoain, tras su cesión en el Deportivo, realizó una sesión de recuperación por molestias en su tobillo derecho, mientras que el cachorro Ander Iru completó la lista de porteros presentes en Lezama en la vuelta más desangelada posible.

No hubo rastro alguno de las tradicionales declaraciones del entrenador o capitán en el arranque de cada pretemporada

Los jugadores llegaron de manera escalonada a unas instalaciones carentes de alma para dar comienzo a los entrenamientos