RES meses después, San Mamés volverá abrirse para el fútbol. Pero no para el público. Tres meses después, el Athletic retorna a La Catedral para medirse al Atlético de Madrid en el inicio del asalto a Europa. Sin embargo, lo hará con el estadio vacío. Porque el deporte rey ha regresado, pero el resto de la vida sigue en una desescalada paulatina. Y es que Euskadi se encuentra en plena fase 3, con el final del túnel cerca, pero todavía lejos de la denominada nueva normalidad. Por ello, aunque las gradas vacías parecían vaticinar un negocio redondo para la hostelería, uno de los sectores más golpeados por la crisis sanitaria del covid-19; la realidad será bien distinta. Así, los hosteleros bilbainos se asoman a la vuelta de LaLiga con recelo, incertidumbre y, sobre todo, muchas incógnitas.

De hecho, pese a que en esta fase ya no existan las restricciones de aforo y se permita servir en barra, las limitaciones derivadas por la obligada distancia de seguridad unidas al horario del encuentro ante los colchoneros (14.00 horas) ha provocado que muchos bares de la capital vizcaina no vayan a levantar la persiana. Y aquellos que sí la alcen lo harán sabiendo que los beneficios serán más bien pocos. "Después de dos meses y medio cerrado, si puedo vender aunque sea solo un café, abro. Pero solo levantaremos el vuelo si vuelve el fútbol con público. Sino, no", dice Juan, del Café Bar Bodega, situado al final de la calle Licenciado Poza, justo antes de la explanada de San Mamés. Su cercanía con el estadio provocaba que este establecimiento se atestara los días de partido, pero ahora es precisamente esa gran afluencia de gente lo que puede ser un problema: "Solo puedo servir si están sentados y solo me permiten un número limitado de sillas de acuerdo a las mesas que tengo. Además, si vienen grupos ya tengo que estar pendiente de que se cumplan las distancias de seguridad, que no pueda servir a todos... son muchas complicaciones", prosigue el hostelero.

Los bares aledaños a San Mamés aprovecharon ayer para abastecerse. José Mari Martínez.

Con todo, las preocupaciones de los bares cercanos a San Mamés no terminan en su propio aforo; sino que también existe el miedo de que los aficionados no respeten las recomendaciones, desoigan la petición de Athletic y de la Ertzaintza de no acercarse al estadio y mañana se produzca una aglomeración de seguidores en la explanada del estadio. "Hay rumores de que puede haber una quedada para animar el equipo", explica José Ramón, del Bar Estadium, ubicado en la calle Luis Briñas, justo enfrente de La Catedral. El hostelero teme que se repita en Bilbao lo ocurrido el pasado jueves en Sevilla, donde centenares de aficionados se congregaron alrededor del Sánchez Pizjuán para alentar a sus jugadores en el derbi de la ciudad hispalense; por lo que un supuesto llamamiento de algunos sectores de la masa social del Athletic le ha puesto en alerta e incluso le hace dudar de si abrir o no mañana. "Al bar vendré seguro, pero dependiendo de cómo vea la calle, de cómo esté la zona, decido si abro o no. Eso sí, solo atenderé por la ventana, eso lo tengo claro", avisa José Ramón.

Y es que, a pesar de que se jugará a puerta cerrada, la Ertzaintza y la Policía Municipal ya avisaron de que el encuentro de mañana tendrá un protocolo de seguridad especial. Por ello, aunque mantendrán las medidas habituales en el caso de la llegada al estadio de los equipos y el cuerpo arbitral, prestarán especial atención a lo que pueda ocurrir fuera de La Catedral con el fin de evitar aglomeraciones en la explanada. "Ya sabemos cómo es la gente cuando bebe, por lo que todavía existe la posibilidad de que si no hacen caso, la Ertzaintza cargue y alguno se vaya a casa sin haber visto el partido y con dos tortazos. Las complicaciones son muchas", sentencia Juan.

sin televisión

Entre tantas dudas, lo único que tienen claro en el Café Bar Bodega es que mañana a las 14.00 horas su televisión no estará retransmitiendo el Athletic-Atlético de Madrid. "De la tele olvídate, porque te cobran una pasta. Además, solo tengo una y no hay sitio en el local desde donde la puedan ver todos los clientes. Solo lo podrían ver cuatro personas, entonces no merece la pena el dinero que cuesta para el rendimiento que da", explica Juan. Asimismo, el hostelero bilbaino es consciente de que, ante las limitaciones de distancia y aforo, muchos seguidores optarán por ver el encuentro en su domicilio: "Estaban haciendo ofertas para el final de Liga por 25 euros, mientras que a nosotros nos cobran casi 400. Entonces, o cierras, o te das de baja", concluye.

Al igual que ocurrió en el derbi sevillano, José Ramón, del Bar Estadium, teme una quedada de aficionados del Athletic

"Solo levantaremos el vuelo si vuelve el fútbol con público. Sino, no", reconoce Juan, del Café Bar Bodega, en Licenciado Poza