Hoy, a punto de cumplirse dos meses desde que el Athletic jugase por última vez (1-4 en el Nuevo José Zorrilla) y 55 días después de la sesión de entrenamiento que precedió a la suspensión de la actividad, la plantilla de Gaizka Garitano regresa a su centro de trabajo. Los futbolistas irán pasando de uno en uno por las instalaciones para someterse a la prueba que detecta el virus del coronavirus, trámite que apenas requiere un cuarto de hora, y los resultados se conocerán en el plazo de 48 horas. Los entrenamientos en régimen individual y bajo la supervisión de un preparador físico arrancan el próximo lunes. Por tanto, para el fin de semana se conocerá si de este primer turno de control sanitario ha salido algún caso positivo, en cuyo caso se procedería a su aislamiento inmediato y la consiguiente comunicación a LaLiga, el ente que ha promovido la operación de vuelta al fútbol de competición. El proceso, que cuenta con el refrendo e impulso del Gobierno español, se antoja muy complejo desde el punto de vista logístico, prueba de ello que pese a que se pone en marcha aún no tiene perfilado un protocolo aceptado por todas las partes. El régimen de concentración de los equipos para las últimas fases del plan es el gran caballo de batalla, pues debe salvar la oposición frontal de los jugadores.

Los responsables de las grandes ligas continentales dirigen su esperanzada mirada a la Bundesliga, que se ha convertido en referencia por hallarse muy adelantada, con los clubes acumulando ya casi un mes de entrenamientos. De la suerte que corra el campeonato alemán dependerá en gran medida el éxito del resto, si bien la sensación de eficacia que desprende el país de Angela Merkel en el ámbito sanitario y social no es comparable a las realidades que se viven en otras latitudes. Sin ir más lejos la que nos incumbe, a su vez mejor posicionada que otras diseminadas por la península. No hay que perder de vista que el torneo liguero acoge a participantes de catorce ciudades diferentes.

El clima de incertidumbre, temor tampoco sería un término inadecuado, que se respira en este intento de arrancar el motor de la industria del balón, está plenamente justificado. De entrada, LaLiga no ha tenido reparos en asumir de antemano que se alcanzará un número de positivos en torno a la veintena en esta primera ronda de exámenes a los clubes de Primera y Segunda. En Alemania acaban de reconocer la existencia de tres casos, localizados en el Colonia. LaLiga se ha comprometido a transmitir el resultado de los test a todos los clubes al mismo tiempo y garantiza que no transcenderá la identidad de los futbolistas que no superen satisfactoriamente este primer control.

Las novedades

El Athletic informó ayer que LaLiga ha dado su visto bueno para que la plantilla haga uso de las instalaciones, sometidas a una serie de medidas higiénicas y de distribución de espacios en los días recientes. Serán un total de 60 personas las que se sometan a los test en Lezama, la mitad de las cuales son jugadores. En concreto están citados 29, pues a los integrantes habituales del grupo se suman Sancet, Vivian y Guruzeta, del filial, además de Hodei Oleaga, portero que se hallaba cedido en el Melilla. A todos se les realizará un examen de PCR, el más fiable en la actualidad a decir de los expertos, así como una analítica complementaria.

Ayer fue el turno para la rueda de prensa telemática a cargo de Ander Capa. Apenas se le formularon preguntas relacionadas con la serie de acontecimientos que se desarrollarán de hoy en adelante. Para una que hubo, encima el protagonista eludió pronunciarse sobre el criterio de poner en cuarentena al jugador que dé positivo y no al equipo al completo, como ha sucedido en Alemania: "Nosotros seguimos el protocolo que ha puesto LaLiga y los pasos que vamos a seguir son los que nos dicen LaLiga y el club". Eso fue todo.

Aseguró Capa haber "llevado bien el confinamiento" y estima que está adecuadamente preparado para acometer la nueva etapa. Dijo que en este mes y medio no han recibido indicaciones de índole táctica, que el seguimiento por parte de los técnicos y preparadores físicos del Athletic ha estado enfocado a los ejercicios que debían realizar en el domicilio, así como al estado de ánimo. También comentó que no le hace mucha gracia lo de trabajar en solitario: "Entrenar individualmente no es bonito, es algo que no nos gusta a ninguno. El fútbol es un deporte colectivo y lo que más haremos ahora es trabajo físico. Nos vendrá bien para coger la forma, pero esperemos que pase pronto y podamos hacer el trabajo colectivo".

Mostró su disgusto por la decisión de la UEFA de conceder la plaza de Europa League al séptimo en vez de al finalista de Copa por no celebrarse la final en agosto. Pero recordó Capa que está en sus manos el acceso a Europa: "Esperemos estar al 100% e intentar conseguir esa plaza, es lo único que nos queda. Quedan once partidos, son muchos puntos. Es verdad que con lo de la Copa nos hemos descuidado en los últimos meses en la liga y ahora nos toca enfocarlo todo a la liga. Queremos que empiece y conseguir esa séptima plaza".