"La noche se nos ha hecho larga, pero es que tenía que ser así después de lo que pasamos en el campo". Lo dice Gaizka, un joven bilbaino que asomaba unas evidentes ojeras en la fría mañana con la que amaneció ayer Granada, sumisa al impacto de Sierra Nevada. Los athleticzales desplazados el jueves a la ciudad que vio nacer a Federico García Lorca celebraron por todo lo alto la clasificación del Athletic a su cuarta final de Copa en los últimos once años. Los bares situados en los aledaños de Los Cármenes proyectaban una estampa muy vizcaina, con decenas de seguidores rojiblancos entregados a la fiesta después "de haber sufrido lo que no está es los escritos", y la noche se hizo larga. Tocó después prolongar el disfrute en la zona de Gonzalo Gayas, terreno universitario y donde el rojiblanco bilbaino sobresalía sobre el nativo, ya que la parroquia nazarí sufría en sus interiores la frustración de no jugar una final que la tuvieron muy cerca.

El gol de Yuri Berchiche les despertó del sueño y metió al Athletic en la finalísima de La Cartuja, donde le espera la Real Sociedad, exquipo de Berchiche, al igual que de Iñigo Martínez, Mikel Balenziaga y Unai López, los otros leones con pasado realista. "El objetivo es ir a por la Copa desde el minuto cero". Es una declaración de intenciones en las que ha insistido en varias de sus intervenciones Gaizka Garitano, que habría quedado muy tocado si el Granada hubiera apeado a los leones. No fue así gracias a que Berchiche, uno de los integrantes de su guardia petroriana, llegó a tiempo. Porque el técnico derioztarra se la ha jugado en el torneo del K.O. Las rotaciones que ha llevado a cabo han sido mínimas y estas se retroceden a las dos primeras eliminatorias, ambas frente a equipos de Tercera División -Intercity y Sestao River-, y ante los únicos en que han firmado victorias convincentes y escaso desgaste. La historia es bien diferente si se observa el agotamiento que han generado las eliminatorias frente al Elche y el Tenerife, resueltas en la tanda de penaltis, al Barcelona, la más meritoria, y la reciente ante el Granada, extenuante de principio a fin.

Garitano ha tirado a lo largo de la competición de su núcleo duro. Lo ha tenido claro desde el minuto cero, pese a ser consciente del peaje que pudiera tener en la liga, donde las opciones de alcanzar la zona europea se reduce casi a la mínima expresión. El título de Copa asoma como el salvoconducto para retornar a la competición continental, una inyección económica que le viene de perlas a la entidad bilbaina, ya satisfecha con el hecho de disputar la próxima Supercopa en Arabia Saudí, que aportará un puñado de millones de euros. Berchiche, además, se ha convertido en el nombre propio en esta Copa. Su gol salvador en el Heliodoro Rodríguez que evitó la derrota y forzó la liberadora tanda de penaltis se entiende como determinante para llegar a La Cartuja, al margen del ejecutado en Los Cármenes, con lo que eleva a cuatro sus tantos en la competición, los mismos firmados por Iñaki Williams. Asier Villalibre, con dos, Iker Muniain, Beñat, Ibai Gómez y Kenan Kodro, con una diana cada uno, son los otros compañeros que han visto puerta.

Berchiche es el cuarto rojiblanco con más minutos recorridos en el torneo, por detrás de Iñigo Martínez, el único que luce pleno con 690 consumados, las dos prórrogas incluidas. El ondarrutarra ha comparecido en los siete partidos de la competición, al igual que Williams y Raúl García, aunque estos han gozado de descansos puntuales. Como Berchiche, que ha participado en seis, los mismos que Muniain y Una Núñez, aunque el portugalujo solo estuvo dos minutos en el césped en Tenerife al ser el damnificado de la tempranísima expulsión que sufrió Iago Herrerín. Un escalón por debajo, emergen Mikel Vesga, Ander Capa y Yeray, que han comparecido en cinco duelos, ya en los decisivos en el caso de estos dos últimos. Son datos que acentúan la apuesta de Garitano, que sí echó de menos en Los Cármenes a Dani García, ausente por sanción y que ha ejercido en cuatro compromisos.

NUEVA GESTIÓN El Athletic debe cambiar de registro en unas pocas horas, ya que mañana vuelve a tomar el pulso de la liga con la visita al Valladolid. A Garitano le toca hacer una nueva gestión en estos 42 días que restan para la disputa de la final. En medio, el colectivo rojiblanco debe hacer frente a cinco jornadas con la difícil misión de no descentrarse en demasía de todo lo que rodea a la histórica cita de Sevilla. La comparecencia en el José Zorrilla marca el camino y se entiende que el derioztarra comenzará a dar respiro a algunos de sus fijos. Después llega otro exigente duelo ante el Atlético de Madrid, para de seguido visitar Ipurua ante un necesitado Eibar, recibir al Betis y jugar en el Camp Nou en vísperas de la finalísima, la que se ha buscado desde el minuto cero.