BILBAO. Leo Messi, el gran ejecutor del equipo rojiblanco en la década que está llegando a su fin, no pudo esta vez con el Athletic, que, como ocurriera en le presente temporada liguera, volvió a amargarle la noche al final del encuentro.

Como aquel impresionante golazo de media chilena de Aritz Aduriz en plenas fiestas de la Aste Nagusia bilbaIna en el mes de agosto, Iñaki Williams ejecutó al Barcelona cuando ya el conjunto blaugrana, hoy de amarillo, no podía responder.

Entonces fue al filo del minuto 90 cuando se disgustaron el astro argentino y todos sus compañeros. Esta vez fue el 93 cuando fruncieron el ceño o, como Sergio Busquets, la marca de Williams en el momento de la peinada del delantero bilbaíno, pusieron cara de incredulidad los futbolista del Barça.

Entre ellos, de los más molestos seguro que Messi, que marró una de las tres grandes ocasiones que tuvo su equipo. La última en un remate de los que no suele fallar. Pero Unai Simón no se venció del todo a su derecha, aguantó el remate cruzado del de Rosario y con el pie evitó en el minuto 88 un 0-1 con visos de ser definitivo.

En esa jugada, Messi fue habilitado por el brasileño Arthur Melo, que mejoró mucho a su equipo cuando salió en el minuto 81.

Pero ni Arthur ni Messi, ni probablemente ya nadie en 'La Catedral' esperaba una jugada final como la que originó el gol de Williams. Un gol que vale una semifinales de la forma más valiosa posible: eliminando al Barcelona del Messi. "El mejor equipo del mundo y el mejor jugador del mundo", para el técnico vasco también protagonista de la 'bilbainada', Gaizka Garitano. EFE