LEZAMA. El jugador del Athletic Asier Villalibre se mostró "bastante contento" de su papel en el equipo las últimas semanas después de no haber contado prácticamente para Gaizka Garitano en la primera parte de la temporada, pero pidió "paciencia" porque "no es fácil salir y que te salga bien".

"No es fácil tener una oportunidad y que te salgan bien las cosas, hay que tener paciencia. Hay que dar confianza y así poco a poco seguro que dará sus frutos", apuntó el delantero, que se estrenó como goleador en LaLiga con el primer equipo el pasado sábado en el RCDE Stadium.

Villalibre también ha tenido una destacada actuación este mes de enero en la Copa ya que marcó dos goles en la eliminatoria con el Sestao River, sus primeros tantos oficiales, y el martes en el Heliodoro Rodríguez transformó el último penalti que dio al Athletic el pase a los cuartos de final frente al Tenerife.

"Meter un gol siempre es un subidón de adrenalina y de ilusión. Es difícil describirlo, es más la sensación del momento. Explotas de alegría. En Tenerife, al principio de la tanda estaba nervioso, pero cuando me toco tirarlo estaba mas tranquilo y lo eché con la cabeza fría", comentó sobre esos momentos.

El jugador de Gernika admitió además que estas últimas actuaciones le están sirviendo para "valorar los malos momentos" que "no solo hay en el fútbol, sino en la vida". "Hay que aprender de ellos y hacernos más fuertes", dijo.

Villalibre confesó además que las escasas oportunidades de las que disfrutó hasta enero no le hicieron pensar en buscar una posible salida y aseguró que "pensaba más en el día a día".

"Me he visto bien entrenando y no tenía la presión de salir o no. Al final he tenido suerte y estoy teniendo minutos. Mi idea es estar en el Athletic. Es el club del que soy desde que nací y lo que pienso ahora solo es en esta semana, el partido del Getafe y seguir entrenando", dijo.

El jugador, por último, explicó el origen de su apodo del 'Búfalo' y aseguró que no tiene "ninguna pega" en que se refieran a él con ese sobrenombre.

"Cuando estuve a prueba en el Athletic, con 12 años, tuve un entrenador que se llamaba Txus (Gojenuri) que me empezó a decir que era un búfalo porque embestía a los rivales. Crecí antes y era más grande que los demás en esa edad. Y desde ahí hasta ahora", desveló. EFE