bilbao - Resulta muy poco habitual recordar una eliminatoria que ofreciera tantos momentos determinantes en un inicio que ni los mejores guionistas de Hollywood lo hubieran escrito. La expulsión que se ganó Iago Herrerín al minuto y medio lastimó al Athletic, que, para más inri, se autoflageló un poquito más con el penalti cometido por Iñaki Williams en el lanzamiento de ese golpe directo que propició el meta bilbaino. El colectivo de Gaizka Garitano, que retiró a Unai Núñez para dar entrada a Jokin Ezkieta en un debut brillante del navarro, se enrabietó con la situación que le penalizaba y, lejos de bajar los brazos, tiró de una creíble versión en su intento de dar la vuelta al partido ante un flojo Tenerife. El técnico dio galones a Iker Muniain y a Raúl García, que ejercieron de referencias, como también Williams, que se resarció con su metedura de brazo para sellar un doblete que metió a su equipo en la eliminatoria.

El Athletic, eso sí, le ha cogido gusto a jugársela a la ruleta rusa. Ya le sucedió algo parecido una semana atrás en el Martínez Valero, donde la fortuna le rescató en la tanda de penaltis cuando se veía eliminado. Ayer insistió en la misma torpeza. En la prórroga jugó en igualdad de condiciones por la expulsión del local Carlos Ruiz y cuando parecía que lo tenía todo perdido, surgió la figura de Yuri Berchiche, autor de un golazo en el 119 que valió a la postre la clasificación. Algo bueno tuvo la experiencia en Elche. Entonces, los rojiblancos tuvieron la suerte de cara en la lotería de los lanzamientos de once metros y ayer rentabilizaron esa experiencia para fallar lo mínimo. Con todo, el desgaste puede tener su precio en liga.

2- Ezkieta y Villalibre, los dos héroes inesperados

El meta del filial, con el penalti que detuvo a Joselu, y el delantero, que acertó en el quinto y decisivo lanzamiento, se llevaron las loas en una eliminatoria incontrolable

Bilbao - Fueron los dos héroes inesperados. Los dos jugadores más jóvenes del Athletic que ejercieron ayer se llevaron la gloria. Jokin Ezkieta debutó, a sus 23 años, como león a causa de la expulsión de Herrerín y ni se imaginaba la huella que le dejará de por vida el encuentro de anoche. Después de no detener los dos penaltis que ejecutó el Tenerife en el tiempo reglamentario, lo hizo en la fatídica tanda, cuando intuyó la dirección del lanzamiento de Joselu, que ya no le engañó como ocurriera en el 1-0. Esa inspiración permitió que Asier Villalibre gozara también de su momento de frenesí, porque tuvo en sus botas la responsabilidad en el quinto turno de los rojiblancos. Y el de Gernika no falló. A sangre fría. Con 22 años.

3- Cuando la mejor arma de los leones desaparece

Bilbao - Resulta curioso que el sistema defensivo, la fortaleza del Athletic de Gaizka Garitano, asomara anoche en el Heliodoro Rodríguez López con una fragilidad desconcertante. Los tres goles anotados por el Tenerife, décimo octavo clasificado de LaLiga SmartBank y con mayoría de suplentes en liga en su once inicial, llegaron fruto de tantos errores de la zaga rojiblanca, desconocida desde el minuto cero. El primer gol chicharrero llegó en un pase lamentable de Yeray a terreno peligroso que aprovechó Moore para propiciar la expulsión de Iago Herrerín, desacertado en su decisión. El 2-1 nació en un despeje defectuoso de Yuri Berchiche que aprovechó Joselu para fusilar a Ezkieta, que poco pudo hacer; y el 3-2, ya en la prórroga, se gestó en un penalti de infantiles cometido por Iñigo Lekue, que no pudo ocultar su desolación por semejante gestión ante Nahuel. Es la segunda ocasión en la que el Athletic encaja tres goles en un partido después de sufrirlo en liga ante el Betis.