EL Athletic visita mañana al equipo donde milita Ander Iturraspe, un viejo conocido con el quizás no se cruce físicamente sobre el campo. Tampoco estuvo presente cuando el Espanyol pasó por San Mamés en octubre. Entonces se hallaba lesionado y ahora le podría penalizar que jugase completa la cita copera del pasado miércoles en Anoeta, si bien cabe que Abelardo Fernández le reserve un hueco en la convocatoria, como en las dos jornadas ligueras más recientes.

A Iturraspe no le ha ido demasiado bien en su nuevo destino porque parece enemistado con la fortuna. De entrada porque, como el resto de la plantilla, se ha visto inmerso en una crisis deportiva que a fecha de hoy mantiene como último clasificado al club catalán y ya se ha cobrado la cabeza de dos entrenadores, David Gallego y Pablo Machín. Abelardo no ha cumplido aún ni un mes en el cargo y en 180 minutos casi ha igualado ya los puntos sumados por cada uno de sus antecesores. El Espanyol amaga un repunte por confirmar en los próximos partidos y para ello ha invertido casi 40 millones en tres fichajes: De Tomás, Cabrera y Embarba.

No ha sido sin embargo la errática andadura del Espanyol el principal obstáculo de Iturraspe para volver a disfrutar del fútbol. Coincidiendo con el arranque de la liga, cayó lesionado en la fase de clasificación para la Europa League frente al Zorya Luhansk, el mismo equipo ante el que años atrás Muniain sufrió su segunda rotura de rodilla. Un rival le derribó cayéndole encima por la espalda y le diagnosticaron una luxación acromio-clavicular de grado 2-3 en el hombro izquierdo. La broma se tradujo en dos meses de rehabilitación.

El 24 de octubre, Iturraspe protagonizó un regreso ciertamente agridulce porque se resintió de su dolencia, pero su buen hacer en los noventa minutos de que dispuso contra el Ludogorets le valió para que France Football le incluyese en el once ideal de dicha jornada. La recaída le impidió viajar a Bilbao y volvió a reaparecer a finales de noviembre. A partir de ahí, ha sido alineado con asiduidad, especialmente en citas continentales y coperas.

Sin duda, la ausencia de tres meses ha supuesto un lastre para posicionarse de cara a la liga, pues lógicamente el técnico de turno diseña la formación con la gente disponible e Iturraspe no pudo estrenarse en el torneo de la regularidad hasta la decimoséptima jornada, en diciembre. A este argumento se añadiría que el centrocampista vizcaino arrastraba ya todo un año, el de su despedida del Athletic, prácticamente sin competir. Con semejante retraso en la puesta a punto respecto a sus compañeros resulta complicado coger la forma y el ritmo, máxime con el calendario avanzado. Buscando la parte positiva de la historia, apuntar que Iturraspe ha podido compensar parcialmente su prolongada inactividad gracias a que el Espanyol ha estado peleando en tres frentes.

Otro aspecto a resaltar en su favor sería que los tres técnicos que ha conocido le han tenido en cuenta en la medida de lo posible. Así se entiende que a pesar de los pesares, Iturraspe haya intervenido ya en doce partidos oficiales, en nueve de ellos de salida, para acumular un total de 717 minutos. Con esta cifra duplica ampliamente el margen que le concedieron entre Eduardo Berizzo y Gaizka Garitano, que se redujo a 261 minutos en cinco partidos. Y en su actual estadística, destaca que haya jugado de principio a fin en siete oportunidades. A modo de anécdota, comentar que en la última, esta semana frente a la Real, estuvo en un tris de marcar, faceta en la que jamás ha brillado. Remiro, en un alarde de reflejos, evitó que su cabezazo picado acabase en la red cuando el partido moría.

Por cierto, desde verano y con los inconvenientes relatados Iturraspe ha jugado más que Beñat (556 minutos), Vesga (495) y San José (267).