bilbao - Gaizka Garitano fue fiel a sí mismo. No suele tocar lo que cree que funciona bien. Así lo entendió con su plan en el Santiago Bernabéu y volvió a insistir en el mismo anoche en el Sánchez Pizjuán. El derioztarra se ha sumado a la pluralidad táctica. Estos dos desplazamientos evidentemente exigentes en sendos campos malditos para el Athletic en los últimos tiempos han sacado a relucir una apuesta que puede dar buenos resultados en encuentros de este perfil. Garitano no lo duda ya. Se inclina por un sistema de tres centrales cuando la situación pinta a ello y ayer lo tenía claro. Armó al equipo en su zona y tiró de una presión que maniató al Sevilla, que se sintió agobiado por la intensidad de los rojiblancos, superiores en el primer acto, en el que hicieron su gol y dieron pocas opciones a los dirigidos por Julen Lopetegui, que ya ponía en alerta en la víspera de lo que se iban a encontrar sus pupilos.

El Athletic se dio por satisfecho con el punto arañado, sobre todo cuando en las cinco comparecencias anteriores en el Pizjuán en liga se había llevado tantos roscos, incluso sin ser capaz de marcar en esos 450 minutos. Ayer lo hizo al cuarto de hora por medio de Ander Capa, que de repente se siente tocado por la varita mágica del gol y que firmó su segunda diana como rojiblanco después de estrenarse frente al Levante semanas atrás. La acción del tanto retrató al Athletic, que buscó a sus dos carrileros para acentuar sus opciones ofensivas. El portugalujo estuvo muy activo en esa misión, como también lo estuvo Yuri Berchiche, muy participativo hasta que le tocó sufrir a vuelta de vestuarios con las insistentes llegadas por su costado de Ocampos y Jesús Navas, que le supusieron un trabajo extra resuelto con distinta suerte.

Lo cierto es que Garitano ha encontrado una nueva fuente de inspiración en el sistema de tres centrales que le aporta ciertas plusvalías para sorprender a rivales de enjundia, como lo es el Sevilla, el tercer clasificado. De momento le han proporcionado dos puntos en estadios muy complicados, lo que ofrece su mérito guste más o guste menos su propuesta, y que le permite cerrar la primera vuelta con números que pueden hacer bueno el objetivo de regresar a Europa.

2. Más músculo en la solvencia defensiva

El Athletic solo ha recibido 13 goles en 19 jornadas, lo que habla del garantista sistema protector del que se han armado los leones, difíciles de superar cuando funciona

El Athletic de Gaizka Garitano no engaña a nadie. Está hecho de puro cemento, del que se ha armado en su intención de incomodar a sus rivales y de hacerles la vida casi imposible a base de intensidad, sacrificio y solidaridad. Ayer volvió a poner el acento en sus señas de identidad, la que le permite cerrar la primera vuelta a las puertas de los puestos europeos y con sensaciones positivas de cara al segundo tramo de la liga. El Sevilla puede dar fe de ello. No lanzó prácticamente a puerta en el primer acto, algo poco habitual en el Pizjuán, y en el segundo empató gracias a un autogol de Unai Núñez, en una de esas acciones desafortunadas para un defensa cuando intenta interceptar un pase peligroso con mucho riesgo.

El accidente del portugalujo, del que se habla mucho en las últimas fechas por una posible salida del Athletic a corto o medio plazo si no dispone de partidos, privó al colectivo de Garitano de una gran victoria, pero el empate no es malo, cuando el Athletic solo ha recibido trece goles en 19 jornadas, una estadística que le convierte en el segundo equipo menos goleado por detrás del Atlético de Madrid.

3. Mikel Vesga se gana la continuidad en su nuevo papel

Mikel Vesga ha emergido de la nada. Ha pasado del total ostracismo a gozar de dos titularidades consecutivas en campos tan exigentes como el Bernabéu y el Pizjuán. El gasteiztarra ha encontrado sitio en el plan B de Gaizka Garitano, que detecta en Vesga esas cualidades que requiere el sistema de tres centrales. Su aportación fue clave en el buen funcionamiento colectivo, aunque muestre cierto déficit en algunas disputas, pero suma en otros conceptos, como la buena lectura táctica en determinadas situaciones de juego y en la gestión idónea en la salida en corto, lo que ayuda a crear llegadas con peligro. Vesga se reivindica y encarece un sitio en la medular junto al intocable Dani García, que lo juega todo.

El sistema de contención en la parcela ancha, con protagonismo también de Raúl García, fue otra de las claves para que el conjunto rojiblanco dificultara la labor de los sevillistas Banega y Fernando, más espesos de lo habitual.