Bilbao - Son muchos los jugadores que gozan de continuidad en los planes de Gaizka Garitano. En las alineaciones del Athletic hay una estructura muy consolidada, ocho o nueve hombres que solo se pierden partidos por lesión o sanción. Si están disponibles, juegan. El que se lleva la palma en la presente temporada es Dani García, que figura como el único con pleno de minutos a falta de una jornada para que se complete la primera mitad del campeonato liguero.

Dani García acumula 1.620 minutos en dieciocho partidos, registro excepcional por sí solo, pero que adquiere una dimensión superior al tratarse de un futbolista que actúa en la línea de medios. En la categoría no hay ningún otro centrocampista o delantero con semejante estadística. Son once hombres más los que pueden alardear de haber logrado idéntica marca, pero ocho son porteros (Ter Stegen, Diego López, David Soria, Vaclik, Aitor Fernández, Masip, Dmitrovic y Rui Silva) y los tres restantes ejercen de defensas (Pau Torres, Kiko y Valjent). En justicia habría que citar asimismo a otros tres que rozan dicho récord: Jesús Navas (1.619 minutos), Estupiñán (1.617) y Iago Aspas (1.617), que también representa la excepcionalidad al ser el único delantero de la lista.

La formidable racha de Dani García corre serio peligro dado que ya ha visto cuatro tarjetas y la quinta conlleva un partido de suspensión. No deja de ser un indicativo positivo porque refleja cierta capacidad de contención, algo que se echó de menos en la campaña anterior, cuando en las 29 jornadas que participó le amonestaron hasta en trece ocasiones. La cuenta sale fácil: estuvo cerca de recibir una amarilla cada dos partidos.

Se trata de uno de los aspectos que Dani García debe cuidar, habida cuenta que la función que desempeña le aboca a implicarse constantemente en disputas, algunas al límite porque el equipo se expone a recibir gol. Es una consecuencia directa de la demarcación que ocupa, cubriendo las espaldas a los demás centrocampistas y en estrecha colaboración con los defensas. Hablamos del peaje de un medio de cierre, de ahí la importancia que en su caso tiene hacer una correcta lectura del juego, no perder la posición y permanecer muy concentrado para, en la medida de lo posible, anticiparse a los rivales y a sus intenciones.

Las enumeradas son algunas de las especialidades de Dani García. A él le gusta desempeñar esa labor, a menudo poco reconocida o menos visible, básica para el equilibrio del conjunto. Y, como dijo en una entrevista a este diario, la propuesta de Garitano le permite realizarse, sentirse cómodo en el campo. El Athletic, como colectivo, trabaja a conciencia toda la parte del fútbol que se hace sin balón, una realidad que se traduce en el bajo número de goles que concede. Por supuesto, además de destacar en la contención, Dani García se beneficia de la buena disposición del bloque para blindar el área propia.

Podría afirmarse que el medio que llegó del Eibar ha experimentado un avance y ofrece mejores prestaciones en su segundo año en Bilbao. Parece haber asimilado la exigencia a la que en varias oportunidades se ha referido como la mayor diferencia que ha percibido en ese salto de Ipurua a San Mamés. Cuenta con la absoluta confianza del entrenador, que le considera imprescindible al margen de quiénes jueguen a su lado. Es cierto que hoy en la plantilla es el único centrocampista defensivo específico, durante el curso pasado estaba Ander Iturraspe, pero apenas contó para Garitano y curiosamente fue el único que no halló acomodo junto a Dani García, pese a ser jugadores bien distintos.

PAREJAS DE BAILE. En año y medio, Dani García ha compartido el círculo central con todo el mundo, con la excepción comentada. Entre Eduardo Berizzo y Garitano le han adjudicado hasta cinco parejas de baile, un desfile que no cesa y al que últimamente se ha incorporado Mikel Vesga. Con el técnico argentino, la cosa empezó con Unai López y fue algo efímero. Luego, apareció Raúl García, solo un partido, y tuvieron turnos más largos Beñat Etxebarria y Mikel San José.

A lo largo de la temporada anterior, ya con Garitano al mando, fue Beñat el más utilizado, aunque San José a la chita callando, a menudo saltando del banquillo, sumó bastantes minutos. Las diversas mezclas arrojaron un resultado desigual, sobre todo porque en lo relativo a la distribución de juego pocas veces se logró establecer una pauta reconocible, donde el peso de la línea de medios se hiciese notar.

El déficit creativo del Athletic no pasó desapercibido, de lo que se deduce que no fue ninguna casualidad que después del verano la apuesta inicial de Garitano fuese Unai López, con quien Dani García se ha visto emparejado en una docena de partidos. La fórmula no ha terminado de cuajar y está por ver si el técnico persiste. Es probable que precise más recorrido, puesto que Unai López no ha jugado con regularidad en Primera y, como cualquiera, agradecería más margen.

Los más veteranos, Beñat, lastrado por problemas físicos, y San José, han perdido peso en la pizarra, les ha perjudicado la promoción, un tanto dubitativa, de Unai López, que de repente ve cómo Vesga emerge de la nada, pues se ha tirado casi cuatro meses sin ir convocado. Lo cierto es que estos movimientos no afectan al intocable Dani García, que sigue acaparando minutos sin interrupciones.

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