Bilbao - El partido de ayer en Butarque nunca pasará al olvido para Gaizka Larrazabal. El joven extremo rojiblanco, en su primera titularidad oficial como león, reconoció que sintió una gran “felicidad” al conocer en boca de Gaizka Garitano que formaría parte del once inicial ante el Leganés, toda vez que “jugar de inicio es un momento que ansías desde que llegas a un sitio y era una gran responsabilidad, además”. “Quería hacer las cosas de la mejor manera posible, creo que así lo he hecho y estoy contento con mi actuación”, apuntó el propio Larrazabal, quien admitió que “guardaré bien esta camiseta en casa”. Una camiseta que sudó de lo lindo durante los 75 minutos que estuvo sobre el verde, en los que intentó aportar verticalidad y profundidad al equipo por la banda derecha, tal como le había pedido Garitano.

“Son mis cualidades y es lo que me pedía hacer el entrenador, que cada vez que cogiera el balón fuese a por el rival intentando meter centros al área y corriendo también a los espacios, porque me había dicho el míster que ahí sufrían ellos”, agregó el hijo del mítico exlateral izquierdo del Athletic, quien confesó que la Primera División “tiene otra intensidad y otro ritmo”. “Cuando sales al campo, en cinco minutos te das cuenta de que esto no es Segunda B, pero creo que he sabido interpretarlo todo bien y lo he hecho de la mejor manera posible”, resaltó Larrazabal, quien reivindicó que el de anoche fue “un buen punto en un campo difícil”. - A. Aramendia