Bilbao - Dolido por la incontestable derrota sufrida en San Mamés, pero aliviado por la trascendencia de la victoria del Levante en su visita al Girona, suficiente para que el Celta afronte la última jornada de liga con la permanencia virtualmente amarrada. Así compareció en rueda de prensa el entrenador celeste, Fran Escribá, quien confesó que “dentro de la decepción por haber perdido, lo tenemos muy cerca”. “Encajar goles en tan poco tiempo nos hizo daño en un campo en el que se juega con mucha intensidad y en el que no estuvimos bien”, admitió el técnico del Celta, que no tuvo problema alguno en confesar que, con 3-0 en el marcador, protegió a jugadores como Maxi Gómez pensando en el partido de la última jornada contra el Rayo Vallecano, toda vez que el objetivo “no está todavía conseguido”.

Escribá, asimismo, confía en que el severo tropiezo sufrido ayer ante un Athletic muy superior no tenga influencia negativa alguna en sus jugadores, que disputarán la última jornada con un margen de seis goles de diferencia respecto al Girona, equipo con el que tiene igualado el gol-average particular y con el que se jugará la continuidad en Primera División. Cuestionado al respecto, el preparador celtiña apuntó en San Mamés que “el vestuario está tranquilo, los jugadores saben que está cerca, pero no hubo euforia, porque todavía no está hecho”. “Lo que nos salvará es ganar al Rayo”, reivindicó el propio Escribá, que respiró aliviado tras las noticias que recibió al término del partido frente al Athletic tras ver a sus pupilos ampliamente superados sobre el césped de La Catedral, donde sus jugadores “no entraron bien al campo”, tal como admitió el entrenador valenciano. - A. Aramendia