Iñigo Martínez vuelve a su particular infierno
el central vivió un día de contrastes en anoeta, donde fue silbado, evitó dos goles y facilitó el segundo de la real
CUANDO el día está de que no... poco hay que rascar. El Athletic, al que la Real Sociedad le hincó el diente en Anoeta por segunda temporada consecutiva, puede dar buena cuenta de ello. Habrá que esperar algunos cuantos meses para que el conjunto rojiblanco tenga la oportunidad de desquitarse de sus dos últimas derrotas en el feudo donostiarra. Un campo que conoce a las mil maravillas, pese a que está sufriendo un lavado de cara bastante curioso, Iñigo Martínez, quien hace un año se convirtió en enemigo público número uno de la hinchada txuri-urdin tras aceptar, previo pago de 32 millones de euros, la oferta que Josu Urrutia y su Junta Directiva le pusieron sobre la mesa. Su regreso a Donostia el pasado abril para la disputa del derbi -el primero con la zamarra rojiblanca- fue una especie de pesadilla para el central vizcaino, que recibió todo tipo de insultos nada más bajar del autobús y en cuanto saltó al verde de Anoeta.
Ayer, gracias a que los aficionados ya no pueden ver la llegada de los autobuses al campo, pudo aplazar su particular calvario hasta su salida al césped, aunque sobre él vivió otra especie de infierno debido a la superioridad de la Real, especialmente en los primeros 45 minutos del encuentro. Con los ánimos de la parroquia txuri-urdin algo más calmados, ya saben aquello de que el tiempo cura las heridas, los silbidos acompañaron a cada acción de Iñigo Martínez, especialmente cuando tuvo la posesión del balón, y no fueron pocos los asistentes a Anoeta que se acordaron de su madre con insultos malsonantes.
Especialmente motivado para una cita marcada en rojo en su calendario desde meses atrás, Iñigo Martínez fue uno de los pocos futbolistas del Athletic que se libró de la quema en un partido para olvidar. Le tocó bailar con la más fea, un Willian José en estado de gracia, y aunque por norma general salió vencedor en los duelos individuales, su actuación quedó marcada por un despeje en situación forzada que recogió en la frontal del área el atacante brasileño para fusilar a Iago Herrerín y subir el 2-0 al marcador.
Antes de esa acción, con la que la Real dejó prácticamente sentenciado el derbi, Iñigo evitó hasta en dos ocasiones que los donostiarras vieran puerta. En primer lugar, tras despejar en el área pequeña un buen centro de Mikel Oyarzabal al que solo le faltó encontrar rematador; poco después, ya con los locales comandando en el luminoso, rechazó a córner un disparo de Willian José que parecía gol.
Aunque aún se le resiste su primer tanto como rojiblanco, ayer dispuso de un remate a puerta de cabeza en la primera mitad que Gerónimo Rulli atajó sin mayores problemas y fue indiscutible protagonista en la acción del penalti con el que Raúl García acortó distancias y puso algo de emoción al derbi. En un córner, Iñigo fue objeto de falta por parte de Raúl Navas, que le dio un codazo en la nuca cuando el vizcaino se disponía a rematar. Esa fue su tercera gran aportación en un partido gris del equipo, pero en el que vivió una plácida segunda parte ante el inconformismo de su rival, que consideró que el 2-0 era suficiente renta para llevarse los tres puntos.
partido 150 de Ibai En otro orden de cosas, Ibai Gómez, titular en el derbi de ayer en Anoeta en sustitución del sancionado Óscar de Marcos, disputó su encuentro número 150 con la elástica rojiblanca en la que es su segunda etapa como león.