El balón ha dejado de ser una obsesión
Con Garitano crecen las opciones de éxito pese a que se resiente el porcentaje de posesión, faceta en la que el Betis es líder de la categoría
Bilbao - En el fútbol nada hay escrito de antemano, afirmación que incluye los datos estadísticos del partido: desde el más importante, el resultado, hasta los que se consideran secundarios y, agrupados, permiten entender el desarrollo del juego, como son el número de remates, faltas, tarjetas, posesión, pases acertados, fueras de juego, etc. Aunque si hubiese que apostar a que este domingo en San Mamés el Betis superará al Athletic en una faceta concreta, es prácticamente seguro que se trate del porcentaje de posesión del balón. El andaluz es el segundo mejor equipo del campeonato en esta cuestión, solo por detrás y muy cerca del Barcelona.
Tener la pelota la mayor parte del tiempo posible es la obsesión de Quique Setién, lo que caracteriza el estilo del Betis desde su llegada dos veranos atrás. Fue lo que le distinguió durante la pasada campaña, cuando finalizó en la sexta posición y se clasificó para la Europa League, y en la vigente permanece fiel a una línea que objetivamente se ha de reconocer que le beneficia, puesto que ahora es séptimo, sigue vivo en el continente y está disputando los cuartos de final de la Copa.
En la primera vuelta liguera, el Betis logró una media de posesión del 61,1%, muy superior al 50,2% del Athletic. Sin embargo, esta sustancial diferencia no constituye un problema para Gaizka Garitano, cuyo concepto futbolístico guarda poco parecido con el que propugna Setién. Dicho de otra manera, el entrenador del Athletic no pondría excesivas pegas a que el Betis tuviese más minutos de balón siempre que su equipo sea capaz de mostrarse acertado en otros aspectos del juego, algunos de los cuales no se miden en cifras: intensidad, agresividad, orden táctico, velocidad.
Es notorio que hoy en día el Athletic otorga un valor relativo a la posesión. La idea que pone en práctica no guarda demasiado parecido a la que quiso implantar Eduardo Berizzo, para quien sí era prioritario acumular pases. Ahora se observa un fútbol de menor elaboración, más directo, el conjunto puede acomodarse en zonas más retrasadas y desde ahí procura que las transiciones sean rápidas, sin renunciar a una presión alta en determinadas fases del encuentro, algo que también era del gusto de Berizzo.
COMPARATIVA Es significativo que con Berizzo, el Athletic tuviese más balón que el contrario en nueve de los catorce compromisos que dirigió y en otros dos, ante Valencia y Atlético de Madrid, aunque inferior el índice propio fuese muy parejo al ajeno. Salió perdedor frente a Betis, Barcelona y Real Madrid, que alcanzaron el 70,6%, 70,3% y 60,1% respectivamente contra los rojiblancos. Por cierto, el registro que firmó el Betis en el Villamarín estuvo muy mediatizado por la expulsión de Susaeta antes del descanso.
En la etapa de Garitano, el Athletic solo ha tenido más la pelota en dos oportunidades, contra el Girona (51%) y el Alavés (54,1%), y menos en las cuatro restantes ante Valladolid (43%), Celta (33,6%), Sevilla (43%) y Villarreal (49%).
El balance de ambos técnicos no resiste una comparación, Garitano sumó en cinco jornadas los mismos puntos que Berizzo en catorce, pero tampoco sería justo centrar en la posesión el análisis de la transformación experimentada, como si en ella descansara la suerte del equipo. Son varios los aspectos que se han revisado y retocado a raíz del relevo en el banquillo, pero es innegable que desde que la posesión ha perdido relevancia, los marcadores sonríen con mayor frecuencia.
No era preciso realizar este repaso de la trayectoria de uno y otro entrenador para concluir que la posesión no es un factor crucial para aspirar al triunfo. Ya se sabía. En realidad, la rentabilidad de los porcentajes estriba en el uso que se hace de la pelota: dónde se toca, cómo y para qué. De hecho algunos de los clubes más laureados del entorno desdeñan conscientemente quedarse con la pelota, prefieren traspasar dicha responsabilidad al oponente sin disimulo.
Desde la perspectiva del Athletic, este domingo será clave que las largas combinaciones del Betis mueran lejos de los dominios de Herrerín, objetivo asequible en el supuesto de que mantenga el nivel de eficacia en defensa, motor de su reacción en la tabla. Tampoco el Betis destaca por su pegada, muestra más puntería que en otoño, pero su 87% en pases acertados no es garantía de profundidad. Por otra parte, el Athletic se esforzará en cortocircuitar esa circulación para obligar al Betis a recular, algo que no suele ser de su agrado. Cada cual se afana en explotar sus virtudes y a los de Garitano no les hace falta amasar posesión para que el resultado les favorezca.