Bilbao - El próximo mes de abril se cumplen siete años de la muerte de Iñigo Cabacas. El joven aficionado rojiblanco recibió un pelotazo mortal en una carga de la Ertzaintza tras disfrutar de una noche europea en San Mamés. Ayer, tras un periplo judicial que aún no ha terminado, Manu Cabacas y Fina Lizeranzu fueron invitados por el presidente del Athletic, Aitor Elizegi, a presenciar en directo el partido en el palco de La Catedral. El mandatario rojiblanco, que se puso en contacto previamente con ellos para trasladarle su ofrecimiento, les mostró su apoyo y solidaridad en la zona noble del coliseo rojiblanco. Jone Goirizelaia, abogada de la familia, también fue invitada, pero en calidad de dirigente de EH Bildu. Lo mismo que el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, Itxaso Atutxa, presidenta del BBB del PNV, Idoia Mendia, presidenta del PSE, Alfonso Gil, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Bilbao, entre otros representantes políticos que recibieron desde Ibaigane la invitación para acudir a la cita ante el Sevilla, de la que los leones salieron bien parados. También acudieron al palco miembros de una decena de peñas oficiales del Athletic, así como los presidentes de la Federación Vasca de Fútbol y la Vizcaina, Luis Mari Elustondo e Iñaki Mardones, respectivamente.

Ultras de vuelta a sevilla Por la mañana, horas antes de que comenzara el partido, varias patrullas de la Ertzaintza interceptaron a cerca de un centenar de ultras del Sevilla kilómetros antes de llegar a la capital vizcaina. Los integrantes de los Biris, que tenían entradas para el partido, se desplazaron en más de quince coches particulares. Fueron conducidos por los agentes a Zorrotzaurre, donde les cachearon y les requisaron algunas bengalas, navajas y otros materiales prohibidos. Todos fueron conducidos hasta la frontera con Cantabria, donde la Guardia Civil les escoltó rumbo a Sevilla.