aSTEASU, una localidad de apenas 1.500 habitantes en plena comarca de Tolosaldea, presume de dos vecinos ilustres por diferentes motivos. Uno de ellos es el prestigioso escritor y referencia de la literatura en euskera Bernardo Atxaga, quince años mayor que Julen Lopetegui (28-VIII-1966), actual técnico del Real Madrid y exguardameta profesional. Lopetegui no pudo ser profeta en su tierra. Se formó en la Real Sociedad y llegó a competir con su filial en Segunda División B. Sin embargo, vio cómo se le cerraba el salto al primer equipo, donde coincidían guardametas insignias, como Arconada, que entraba en la recta final de su carrera, González y Elduayen. Tal atasco propició que se replanteara su futuro lejos de Donostia y entonces le llegó la llamada del Real Madrid para incorporarse al Castilla con 19 años de edad. Lopetegui comenzó en aquel momento su etapa madridista, que le ha marcado durante toda su carrera. Creció en el Castilla, pero solo jugó un partido en el Madrid. Estuvo cedido en Las Palmas, gozó de su pico más alto en el Logroñés, que le llevó al Barcelona, donde no tuvo fortuna, y volvió a reivindicarse en el Rayo Vallecano, en el que colgó las botas. Después, inició su andadura en los banquillos, desde el propio Rayo hasta llegar al Real Madrid tras pasar por las diferentes selecciones españolas y el Oporto, con el que ganó en el nuevo San Mamés en la fase de grupos de la Champions (0-2). El sábado asomará por primera vez en Bilbao como entrenador del Madrid, precisamente treinta años después de que lo hiciera como portero del Castilla.

Aquel día de Reyes de 1988 está subrayado en negro en la historia del Athletic. Esa tarde el equipo entonces dirigido por Howard Kendall se jugaba el billete para los cuartos de final de la Copa. Lo hacía ante el Castilla, que en el encuentro de ida se había impuesto en el Bernabéu contrapronóstico por 2-1. A los leones les tocaba firmar la remontaba ante un rival de Segunda División. Sin embargo, no lo consiguieron y quedaron eliminados por el filial madridista, que perdió 2-1 en Bilbao, pero que fue el más certero en la tanda de penaltis. En aquel Castilla ejercía Lopetegi, que ya había comparecido anteriormente en La Catedral para medirse en liga al Bilbao Athletic. El guipuzcoano no era el titular en Copa y vio los dos partidos de la eliminatoria desde el banquillo. Pese a ello, se sintió artífice de aquella proeza.

más alegrías Fue el primer duelo de Lopetegui frente al Athletic. Después de aquel, llegaron otros muchos, con diferente suerte para el de Asteasu en el viejo San Mamés, donde se llevó más alegrías que penas. En cierto sentido, presume de un cierto idilio con La Catedral. Jugó seis partidos más en Bilbao, tres en las filas del Logroñés y los mismos en el Rayo Vallecano, con un saldo de tres victorias, dos derrotas y un empate. Es decir, la balanza le salió a favor. Dos de esos triunfos los materializó en la misma campaña, 1999-2000, como portero del conjunto rayista, por lo que se convirtió en una pesadilla en el último curso de Luis Fernández como entrenador de los leones. Lopetegui firmó su mejor partido en San Mamés la noche del 15 de diciembre de 1999, cuando sacó muy buenas intervenciones a remates de Urzaiz, Guerrero y Javi González, y que sirvieron para que el Rayo se impusiera en el choque de ida de esos dieciseisavos de Copa (0-1). En la vuelta, el cuadro madrileño aguantó y se clasificó con el 0-0 en Vallecas. Cuatro meses después, Lopetegui volvió a Bilbao con su Rayo y, como ocurriera en Copa, también fue determinante para llevarse los tres puntos de San Mamés (1-2). En aquel Rayo también jugaron los exrojiblancos Estibariz y Bolo.

Su única victoria con el Logroñés en La Catedral también tuvo su impacto, 1-2 en la campaña 1991-92. El guipuzcoano vivía su mejor momento y fue clave para el éxito del equipo riojano, en el que colaboraron los exleones Uribarrena e Iturrino. Paradójicamente, este último firmó el tanto de la victoria de los de David Vidal frente a un Athletic en el que Josu Urrutia, actual presidente de la entidad bilbaina, fue titular. En los dos años siguientes perdió (2-0) y empató (0-0) con el Logroñés. Ya con el Rayo, hincó la rodilla en la 200-01 (4-2) y en la siguiente llegó su última comparecencia en Bilbao antes de colgar las botas. Lo hizo, eso sí, como suplente del Rayo, con Imanol Etxeberria, otro ex del Athletic, de titular.