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Con un palmo de narices

El Athletic no evita recibir a última hora el primer gol en liga, que le cuesta la derrota ante la u.d. Las Palmas, tras ofrecer una versión discreta en una cita que olía a empate ATHLETIC RISAS CLUB: Aplatanados ATHLETIC BIHOTZEZ: Dos disgustos en Las Palmas

Con un palmo de naricesEFE

La primera derrota se consumó de un modo un tanto cruel, como consecuencia de un único gol recibido muy cerca del final. Para entonces y desde muchos minutos antes la visita al Estadio Gran Canaria desprendía un fuerte tufo a empate, quizá el desenlace más ajustado a los méritos contraídos por unos y otros. Decidió una brillante acción individual del recién ingresado Remy, pero dicha aparición se produjo en un contexto inquietante para los intereses del Athletic, pues su rendimiento había bajado varios enteros avanzado el segundo tiempo. Lo realizado previamente osciló entre lo correcto y lo imprescindible para tutear y a ratos mostrarse superior al Las Palmas, pero cuando todo discurre muy equilibrado siempre existe el riesgo de que la cosa termine como ayer, de mala manera.

Cayó el equipo de José Ángel Ziganda en su novena actuación del curso y tampoco es cuestión de buscar atenuantes porque se enfrentó a un enemigo que no demostró estar en posesión de argumentos más sólidos. Sin embargo, ni fue capaz de resolver cuando estuvo entero, aunque dispuso de oportunidades suficientes, ni acertó a controlar los coletazos amarillos una vez interiorizó que no estaba en condiciones de aspirar a la victoria. En definitiva, le faltó cuajo para gestionar la fase en que los síntomas de debilidad, a causa de un cansancio que multiplicaba el desacierto en el quehacer de ambos conjuntos, exigían mayor atención para evitar el disgusto.

Perder así sea probablemente la penitencia que inevitablemente se ha de abonar cuando el equipo se encastilla en una línea de funcionamiento carente de relieve, muy pragmática si se quiere, porque ahí están los resultados, pero exenta de gracia y demasiado dependiente del balance sin balón. Frente al Las Palmas se asistió a momentos en que hubo dinamismo, atrevimiento y un afán por buscar el gol, pero el cómputo global de lo realizado volvió a dejar un poso un tanto decepcionante.

Lo más curioso fue que Muniain y Aduriz saltaron al césped a falta de media hora, una medida que solo cabía interpretar como una apuesta ambiciosa, pero a partir de ese instante empezó a resquebrajarse la solidez exhibida. Seguramente porque la zona ancha reclamaba algún relevo y se debilitó aún más por el desplazamiento a banda de Raúl García. Encima, los refrescos no entraron en el partido. Lentamente el Athletic fue decayendo, perdiendo presencia, las líneas se desconectaron entre sí y los canarios hallaron entonces vías que antes no exploraron o encontraron intransitables.

Ziganda no se cortó de inicio, programó ocho novedades. Quienes recelan de su querencia por el reparto de esfuerzos ya cuentan con un motivo de peso para censurarle. No obstante, a lo largo de hora y pico las manidas rotaciones sirvieron para que el Athletic se desenvolviese con absoluta normalidad, sin apenas sufrir apuros. De acuerdo en que no logró enamorar a nadie, pero se apreció intensidad y criterio para rebajar la propuesta del anfitrión, generarle complicaciones en su área y, en resumen, sembrar la impotencia en sus filas. Algún chispazo de Viera alteraba una dinámica favorable que se sustanció en que quitando un par de escaramuzas en el comienzo, Arrizabalaga se pasó casi cincuenta minutos sin trabajo. No puede decir lo mismo su colega Chichizola, inspirado ante remates francos de Williams y Susaeta. No hubo más intentos nítidos y no fue porque el Athletic no se proyectase en ataque, sino por culpa de la interminable colección de malos centros y peores controles en tres cuartos de campo.

Tras el descanso se observó incluso una mejor puesta en escena de los rojiblancos, salpicada con un par de remates defectuosos a cargo de Sabin y Laporte. Las ideas del Las Palmas brillaban por su ausencia, hasta se percibió signos de resignación debido a que el Athletic aparecía más poderoso en el plano físico. La llegada de los cambios de Ziganda se antojó oportuna, en aquella tesitura el empate estaba amarrado y la opción de la victoria cobraba sentido. El cálculo no se plasmó. Remy despertó del letargo a los suyos, Viera volvió a enchufarse y la tendencia se fue paulatinamente invirtiendo. Quien reculaba y tenía dificultades para conservar la posesión era el Athletic.

DOS AVISOS Remy dio un primer aviso al remontar por la línea de fondo, forzando una salida al límite de Arrizabalaga, que poco después seguía con la mirada un ajustado chut de Oussama en una contra fulgurante, de área a área, tras caída de Muniain en pugna con un central. El asunto adquiría un tono preocupante, no es que los canarios atosigasen, pero era evidente que faltaba nervio en la medular, era el primer partido de Iturraspe y ya lo estaba notando, también Vesga iba con el gancho tras haber acumulado noventa minutos en Berlín. Por fin, muy tarde, Ziganda se animó a meter un centrocampista, Beñat, y en el siguiente minuto llegó el plastazo.

Remy le cogió la espalda a Bóveda, penetró en el área donde Núñez no podía meterle el pie y antes de que Laporte se le echase encima, el delantero agarró un chut raso, duro, que se coló junto al palo izquierdo del portero. Sin margen para la reacción, ahí murió el choque. El Athletic ni se asomó por los dominios de Chichizola, el gol le dejó sin respuesta. En realidad, había dejado de replicar al postrero estirón del Las Palmas desde hacía un rato y en situaciones así, con el cronómetro agobiando, los milagros son un fenómeno más improbable si cabe.

Ahora, sin tiempo para relamerse las heridas, a Ziganda y a sus hombres les toca levantar la cabeza y preparar el áspero duelo del miércoles en San Mamés. El Atlético de Madrid nunca viene en buen momento, pero es lo que toca. Con una actuación más convincente en la isla, el futuro inminente, esa cita siempre exigente, se miraría con mejores ojos.

LAS PALMAS: Chichizola; Míchel Macedo, Ximo Navarro, Lemos, Dani Castellano; Aquilani, Javi Castellano (Min. 84, Vicente Gómez); Halilovic (Min. 37, Tannane), Jonathan Viera, Vitolo (Min. 64, Remy); y Calleri.

ATHLETIC: Kepa; Bóveda, Unai Núñez, Laporte, Saborit; Iturraspe (Min. 86, Beñat), Vesga; Susaeta (Min. 63, Muniain), Raúl García, Sabin Merino (Min. 63, Aduriz); y Williams.

Goles: 1-0: Min. 87; Remy.

Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano). Mostró tarjeta amarilla a Calleri (Min. 58), por parte de Las Palmas; y a Laporte (Min. 60), Aduriz (Min. 64) y Vesga (Min. 77), por parte del Athletic.

Incidencias: 19.213 espectadores en el estadio de Gran Canaria.