bilbao - “Fue el partido más duro de mi carrera”. Fue también la despedida de Isma Urzaiz (Tutera, 7-X-1971) como jugador del Athletic, en el que ejerció durante once temporadas, 419 encuentros oficiales y 129 goles. Sucedió la tarde del 17 de junio de 2007, cuando el conjunto rojiblanco, dirigido por Mané, se jugó la permanencia en el choque final ante el Levante en san Mamés de aquella liga. Fue, además, el fin del llamado bienio negro de la institución y Urzaiz no se muerde la lengua: “No se hicieron bien las cosas desde arriba”. A nivel personal, es corresponsable de una agencia de representación de futbolistas. He hecho un máster de Negocio y Deporte en Madrid y en septiembre abrirá un centro de alto rendimiento en Bilbao junto a un amigo (xabiersancheztraining.com/@xs_training). “Toca evolucionar”, declara.
Se cumplen diez años de su último partido con el Athletic. ¿Qué le viene a la cabeza?
-Que el tiempo pasa muy deprisa. Ha pasado una década y afloran muchos recuerdos.
El Athletic, además, se jugaba la permanencia en aquel angustioso duelo ante el Levante. ¿Fue el partido más duro de su carrera?
-Sí. Estar en un club como el Athletic tantos años y tener la duda de que puedes bajar a Segunda División, cuando tu club tan histórico no ha bajado nunca, es muy duro. A todos nos comía por dentro. Sabías que no iba a ocurrir, pero pensabas que podría ocurrir
¿Llegó a sentir pánico?
-Sí. En el fútbol se puede dar cualquier cosa, tienes un mal día y te vas a Segunda, con todo lo que conlleva para un club como el Athletic.
¿Qué sucedió para llegar a esa situación extrema?
-Se dio un cúmulo de muchísimas decisiones nefastas. Desde que el club perdió la línea sólida en clave ejecutiva, se tomaron malas decisiones, no hubo un patrón estable como corresponde a un club de la idiosincrasia del Athletic. El condicionante máximo fue institucional, con malas decisiones a nivel deportivo que con el tiempo te meten en esa situación.
¿Se refiere a Fernando Lamikiz, a Ana Urquijo?
-No quiero personalizar, pero el Athletic cuando no ha tenido un proyecto a nivel directivo sólido, ha pasado peligro. Igual vino motivado por el fallecimiento de Javier Uria y luego Fernando Lamikiz cometió muchos errores, algunos tocaron subsanarlos, y así el equipo, con la debida responsabilidad de los jugadores, nos jugamos lo que nos jugamos. No se hicieron bien las cosas desde arriba.
¿El vestuario hizo autocrítica?
-Algunos harían y otros, menos. Ha pasado mucho tiempo y no vamos a mover, como vulgarmente se dice, mucha mierda. También estábamos ahí por no hacer autocrítica.
Usted era una de las referencias del vestuario. ¿Qué papel ejerció?
-Intenté cumplir con mi rol de jugador veterano. En el campo, cuando me tocaba, trataba tener un rendimiento sólido, lo di y la gente así me lo recuerda. También intenté ser un faro para los más jóvenes y para los que no habían pasado por situaciones tan delicadas en su carrera.
¿Cómo manejaron esos días previos al choque ante el Levante?
-Fueron complicados para todos. En general esas dos temporadas (el llamado bienio negro). Cuando estás al principio, nos decíamos que íbamos a salir de esta. Pero cuando son ya dos años, está claro que nos lo merecíamos. No somos mejores que los demás. Ya he comentado que parte de culpa la teníamos los jugadores, pero desde arriba las cosas se hicieron mal.
¿Lo dice por alguna o algunas destituciones de entrenadores?
-Lo digo, sin más, a nivel institucional, por esa inestabilidad generada.
¿Tenía ya decidido que iba a ser su último partido en el Athletic?
-No. Es cierto que el club contactó conmigo, pero para qué me iban a renovar si podríamos estar en Segunda División. Estaba seguro de que no iba a ser así, no quería ser una hipoteca para el club y era mejor dejarlo para el final. En ocasiones anteriores habían tardado muchísimo en ofrecérmelo y me lo ponían muy difícil, pero en esa ocasión, siendo ya mayor, sí quisieron que continuara, porque veían que era un jugador veterano, pero que en el campo respondía, por lo menos, con lo que se pedía.
Eran momentos preelectorales. ¿Hubo consenso entre los candidatos para su renovación?
-No, porque la potestad la tenía la presidenta Ana (Urquijo). Fue ella la que me lo comentó. Ese día tenía mis sensaciones, pero hasta que el Athletic no estuviera salvado, no iba a tomar una decisión. Creí que había llegado el fin de mi ciclo, no me quedaba apenas fútbol. Quería que la gente no se quedara con un recuerdo malo de mí y la presidenta vio que la decisión era firme, aunque intentara persuadirme. Era una cuestión personal. ¿Qué había influido el desgaste? Sí. No estaba disfrutando y mejor dejarlo así. Que la gente tuviera la valoración de que acabé dando lo mejor de mí cuando me tocaba jugar.
Le salió después la opción del Ajax. ¿Fue una experiencia frustrante a tenor de sus números en Holanda?
-Apenas participé, el entrenador que me llevó se fue y me quedé en territorio de nadie. A nivel vital, fue salir del confort y volver a exigirte.
¿El partido ante el Levante marcó un antes y un después para la entidad rojiblanca?
-Sí. Cuando el Athletic tiene muchos vaivenes a nivel institucional lo pasa mal. Llegó Fernando García Macua, estuvo cuatro años, con su línea de trabajo, con un mismo entrenador, y el Athletic logró salir de la zona delicada. Ahora, Josu (Urrutia) lleva seis años y ha mejorado este aspecto. Son distintas personas que han gozado de serenidad, y eso en un club como el Athletic es determinante.
Los que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo.
-Por supuesto que es así. Las personas aprendemos de los errores. La actual generación no ha vivido una situación como aquella, pero esperemos que no se vuelva a estar allí, aunque no se puede bajar la guardia.
El Athletic pagó en 1996 por su fichaje al Espanyol 500 millones de las antiguas pesetas. La apuesta fue muy fuerte por parte del club.
-Sí lo fue. Era un momento de responsabilidad para mí. Lo afronté con mucha ilusión, aunque el Athletic también venía de salvarse en la antepenúltima jornada o así. Recuerdo que le comenté a Iñigo Larrainzar que iríamos a la UEFA y se reía. Había un buen equipo, llegó gente con calidad que sumaba a lo que había.
¿Qué huella ha dejado Isma Urzaiz?
-He dejado una huella de jugador comprometido, aunque sé que tenía fama de displicente. Me venía de mi pasado del Madrid, cuando jugaba en su cantera. Sí he dejado, aparte de los goles, la huella de un jugador luchador y ganador.
Le colgaron el sambenito de percherón por su complexión física. ¿Tuvo que desmontar aquel cliché?
-Me daba igual. Cuando uno está pendiente de cosas como esas, al final no haces tu trabajo. Yo sabía lo que hacía bien, lo que hacía menos bien. A todo el mundo no le vas a gustar. La gente que te ha visto jugar once años ya tiene su opinión. Era el clásico jugador que al juego del Athletic le venía muy bien, como ocurrió después con Llorente y ahora con Aduriz. El clásico delantero que juega bien de espaldas y además mete goles.
Sus números ahí están, 419 partidos con una tarjeta de 129 tantos. ¿Con qué partido o gol se queda?
-Me quedo con el partido ante el Oviedo en mi primera temporada y mi primer hat-trick. Por la responsabilidad que uno tiene para con el club que ha pagado mucho dinero, con unas expectativas puestas en ti. Venía de triunfar en el Espanyol y tenía una competencia brutal. Era un momento para romper y fue reconfortante.
¿Cuál borraría?
-El partido de vuelta de la semifinal de Copa ante el Betis. Once años en el Athletic y sin jugar una final de Copa? No me sirve el consuelo de que el Athletic llevara mucho tiempo sin jugar una final. Me hacía mucha ilusión y ya lo hemos visto hace poco. Es una espina que me queda clavada. Ganar un título habría supuesto la guinda, aunque sabía la dificultad de ello cuando vine. Ese era el reto.
El subcampeonato de liga en la campaña 1997-98 se celebró en Bilbao como un título.
-Lo disfruté. Pero yo me he criado en el Madrid y tenía que ganar los partidos de pretemporada en Italia o en Suiza; y si no los ganaba, no valía. Para mí fue un poco desmedido.
En sus dos primeras campañas coincidió en el vestuario con Kuko Ziganda. ¿Cómo valora su salto al banquillo del Athletic?
-Como algo lógico y natural. Si alguien conoce bien lo que es el Athletic y el famoso entorno, ese es Kuko. Será el que mejor conoce la cantera, porque lleva seis temporadas al frente del Bilbao Athletic y tutelando un poco todo lo que es el funcionamiento de Lezama. Es buenísimo que el entrenador del primer equipo sea el que conoce a casi todos los jugadores que están en Lezama. Para el Athletic, debe ser un input positivo, porque si alguien puede sacar a algún jugador impactante, ese es Kuko.
Ernesto Valverde le ha dejado el listón muy alto.
-Está claro y eso es lo bueno. Te tienes que aplicar mucho. Ernesto ha metido en estos cuatro años al equipo en competición europea.
¿Eran Ziganda y Urzaiz compatibles en el campo?
-En el primer año así lo vimos. El se desplazaba a banda izquierda, porque no jugábamos con dos delanteros específicos, sino que empleábamos un 4-2-3-1 y Kuko metió 17 goles. Eso dice más de la capacidad que tenía él como jugador para adaptarse, porque yo no sería capaz de hacer eso. Los números hablan por sí solos. También fue un año bueno para mí. En el cómputo general, el Athletic no ha tenido cuatro jugadores en el mismo equipo con tanto gol.
¿Diez años después, sería posible la aparición de un nuevo Isma Urzaiz?
-Yo no era Maradona. Seguro que sí aunque, a la vez, no es tan fácil. Ese jugador que sea muy buen rematador, que entienda el juego, domine los espacios? cuesta.
Se lo digo porque en el entorno se detecta un cierto temor a la retirada de Aduriz.
-Eso también ocurría cuando estaba yo, pero apareció Llorente. Cuando se fue Llorente, volvió Aritz y ha sido cuando ha dado su mejor versión. Igual salen tres en vez de uno. El club tiene que especificar, desde abajo, el tipo de jugador que nos viene bien.
Porque cada año que pasa el Athletic tiene más complicaciones para fichar un delantero en el mercado.
-Y va a ser más difícil aún. Los clubes sabes que cuando el Athletic tiene que ir al mercado piden más dinero o mejoran las condiciones de sus jugadores. Ya no solo la Real, sino que los mismos Alavés y Eibar tienen una salud espectacular..
Una curiosidad. Urzaiz lucía el dorsal 20, el mismo que luce Aduriz. ¿Mera casualidad?
-Habría que preguntárselo a él. Igual le gustaría el número en particular. Somos muy amigos, porque ha habido mucho feeling.
¿Uno de los objetivos del Athletic debe ser ganar la Europa League?
-El Athletic no ha ganado nunca la Europa League. Tiene que aspirar a clasificarse para ella o a la Champions si se puede, pero sí es cierto que en el debe tenemos no caer ante equipos de nivel inferior. A mí también me pasó ante el Austria de Viena (2004-05) y hasta con el mismo Aston Villa (1997-98) en su día. Si te elimina un Bayern de Múnich o un Manchester United, dices que lo has peleado y lo has intentado. Sí tenemos un pequeño debe como institución y se nos apaga el brillo ante estos equipos.
Se dedica al mundo de la representación. ¿Encarna la ley de la selva?
-Tengo una buena opinión de los que tenemos por aquí, de las familias con las que me tocan estar. Tengo un concepto alto de la sociedad vizcaina, y vasca en general, de su capacidad reflexiva para con el fútbol porque es muy fácil hablar de lo que a ti no te ocurre? Es cierto que la profesión no tiene muy buen fama, pero hay gente muy profesional y es lo que trata uno, ser honesto, sincero y justo.