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Balas sobre el cielo de Roma

En 1974 la Lazio consiguió su primera liga con un equipo liderado por Giorgio Chinaglia.

Balas sobre el cielo de Roma

LA Italia de los años 70 era un lugar complicado. La división política se palpaba en las calles, como la violencia o la huella de las Brigadas Rojas. Ese clima se respiraba también en el vestuario de la Lazio. El club romano, que hoy en día todavía sigue siendo vinculado al ideario fascista, reclutó en aquella época una plantilla que aireaba públicamente sus ideas políticas y se comportaba como un poderoso clan de mafiosos. Su historia quedó ayer expuesta en la proyección, dentro del Thinking Football Film Festival de la Fundación Athletic, del documental La Lazio de las pistolas realizado por Informe Robinson.

En realidad, en el vestuario de la Lazio convivían dos clanes de gánsteres. Uno de ellos estaba liderado por Gigi Martini, quien con el paso de los años terminaría siendo un diputado fascista, y por Giorgio Chinaglia, quien pasaba por ser el ídolo absoluto de la afición, tanto por su peculiar personalidad como por su don futbolístico: marcaba goles en cantidades industriales. El periodista Guy Chiappaventi dejó una frase que definía las concentraciones de aquel equipo: “Si alguien entraba en la habitación errónea, corría el riesgo de verse con una botella rota bajo el cuello”.

Chinaglia nació en Gales en el seno de una familia de emigrantes italianos. Se formó como futbolista en el Swansea City, pero siendo muy joven volvió a la tierra de sus padres para jugar en los modestos Massese e Internapoli. Fue en 1969, con 22 años, cuando fichó por la Lazio. Allí encontró el caldo de cultivo perfecto para explotar sus cualidades futbolísticas y su personalidad extrovertida. Vistió la camiseta azul cielo del club romano durante siete campañas y, si había que buscar un culpable de su éxito, hay que dirigir la mirada al banquillo, donde ejercía Tommaso Maestrelli. Él fue el artífice de convertir a casi una banda de delincuentes en un equipo campeón.

Maestrelli siempre será recordado como un gran psicólogo. Solo así se explica que ganase la primera liga para la Lazio en 1974 (el club no ganaría otra hasta la temporada 1999-2000) con unos jugadores que llegaban al vestuario con pistola y que convertían cada partidillo de los entrenamientos en una guerra a muerte entre dos bandos. Al terminar, era frecuente que organizaran prácticas de tiro con sus pistolas en las instalaciones del club. Aquel odio se disolvía durante los noventa minutos de los partidos de Liga. Wilson, el capitán, no se creía lo que eran capaces de hacer: “Hacíamos pressing sin saber lo que era”.

Un gol de penalti de Chinaglia ante el Foggia les dio el título de liga, pero el club no pudo participar en la Copa de Europa debido a una sanción impuesta por la UEFA tras unos incidentes de un partido de la Copa de la UEFA ante el Ipswich Town. Aquello fue el inicio de la decadencia. En 1976 el entrenador falleció a causa de un cáncer de intestino y Chinaglia, en lo mejor de su carrera, fichó por el Cosmos de Nueva York de Pelé, Beckenbauer, Neeskens y Carlos Alberto. En la Gran Manzana encarnaría perfectamente el papel de mafioso italiano, convirtiéndose en toda una celebridad de la ciudad. También dejó el récord absoluto de goles en el fútbol estadounidense: 213 goles en 193 partidos.

El episodio más dramático de aquella Lazio lo protagonizó Luciano Re Cecconi, quien había jugado con Italia el Mundial’74, como Chinaglia y Wilson. Haciendo gala de la actitud prepotente de aquel equipo, al jugador no se le ocurrió otra cosa que entrar en una joyería, junto a su compañero Ghedin, con un verdugo en la cabeza y al grito de “esto es un atraco”. El joyero, que tenía el susto en el cuerpo por dos atracos recientes, no dudó en sacar su arma y matar a tiros al futbolista. Re Cecconi pagó los excesos del Lazio de las pistolas.