bilbao - Decía el filósofo y escritor estadounidense Ralph Waldo Emerson, uno de los padres del Nuevo Pensamiento del siglo XIX, que “cuando un hombre encuentra a su pareja, comienza la sociedad”. Una reflexión que bien podría aplicarse a Aritz Aduriz, como ese hombre, y a Raúl García, su pareja. Solo han coincidido 78 minutos en el césped de San Mamés como compañeros, pero, visto lo visto el domingo, fue tiempo suficiente para determinar que ambos están llamados a hacer muy buenas migas, a comunicarse como nadie en el césped y ejercer como un tándem muy rentable para los intereses del Athletic y temible para los rivales.

El estreno de Raúl García frente al Getafe como león fue brillante y su presencia ya se entiende como una plusvalía para el conjunto de Ernesto Valverde, supersatisfecho por disponer ya con el perfil de un futbolista que carecía en su plantel. José Manuel Esnal, Mané, lo define de forma gráfica. “Estamos hablando de un jugador que le va a venir de perlas al Athletic. Domina el juego aéreo, es comprometido, tiene garra, tiene cualidades técnicas y puede jugar en varias posiciones”, describe el extécnico rojiblanco, que sí lo valora como un compañero idóneo de viaje para Aduriz: “Son dos futbolistas con carácter, experiencia, dominadores de muchas situaciones de partido y con un poderoso juego aéreo”.

La opinión de Mané probablemente la comparta la gran mayoría del entorno rojiblanco, que ya considera al de Zizur Nagusia, de 29 años de edad, uno de los suyos. Sus prestaciones frente al Getafe, además del músculo competitivo que aporta, respondieron a las expectativas generadas sobre la figura del ex de Osasuna y Atlético de Madrid, con el que ya vio puerta en La Catedral en sus dos últimas comparecencias como colchonero y verdugo de los leones, especialmente en la eliminatoria de cuartos de Copa dos temporadas atrás.

Aduriz y Raúl García conectaron como si llevaran toda la vida juntos. “Son dos futbolistas que saben de qué va esto”, sentencia Mané, que no cree que la llegada del navarro obligue a Valverde a variar su ideario. “Raúl da muchas alternativas, porque puede jugar en varias posiciones, lo que supone una riqueza para el entrenador”, subraya el de Balmaseda, que conoce de primera mano la genética del pichichi rojiblanco, al que dirigió durante la temporada 2006-07. Entonces, Aduriz ejercía como la pareja de Isma Urzaiz, un nueve clásico pero diferente a la polivalencia que ofrece Raúl García, por lo que “no hay que buscar excesivas similitudes entre los dos casos”.

altos vuelos Lo que sí remarca Mané es el nuevo activo que está en condiciones de rentabilizar el Athletic, con una pareja que muchos ya la califican como perfecta para la entidad rojiblanca. Aduriz y Raúl García son dos jugadores curtidos en mil batallas, con una dilatada carrera a sus espaldas y con el gol como su obsesión, más acentuada en el caso del donostiarra por su genética de delantero centro.

Los números no engañan. Entre los dos suman más de 200 dianas en la élite, 138 en el caso de Aduriz y 67, en el de Raúl García, sin tener en cuenta los 22 que transformó el de Antiguo en las filas del Valladolid, entonces en Segunda División -temporada 2004-05 y la primera mitad de la 2005-06-. Son cifras contundentes y especialmente si se hace una lectura de los porcentajes de los mismos ejecutados de cabeza. La estadística se limita a Primera División, en la que los dos leones han marcado en las filas de tres equipos diferentes, lo que aumenta el impacto de la plusvalía que generan.

Aduriz, con 112 goles en liga como jugador del Athletic, Mallorca y Valencia, ha materializado 40 con la testa, el 35,7 por ciento del total, una media superior a uno de cada tres tantos, un porcentaje similar del que presume Raúl García. El navarro, en las filas de Osasuna, Atlético de Madrid y Athletic, deja su cuenta en 47 goles en la competición de la regularidad, de los cuales 18, el 38,3 por ciento, los ha firmado con la cabeza. Son almas gemelas.