bilbao - Tan lejos, tan cerca. El Bilbao Athletic se encuentra a solo noventa minutos de hacer historia. A noventa minutos de regresar a Segunda División, una de las obsesiones de la entidad desde 19 años atrás, cuando el filial perdió la categoría de plata para enquistarse en la Segunda B, en la que se han ido formado diferentes generaciones de cachorros en el corazón de Lezama, donde, se conoce, la máxima se centra en generar futbolistas para el primer equipo. Una gestación, sin embargo, que ganaría en músculo con el Bilbao Athletic en el segundo peldaño estatal, donde ya no aparece ningún filial tras el descenso del Barça B, lo que acentuaría la marca Athletic.
A los cachorros les toca este mediodía adelantar su transformación en leones. Es el partido propicio para ello. El soñado cuando la liga arrancó en el lejano 24 de agosto de 2014. Aquella mañana veraniega en Lezama comenzó esta bonita historia. Quizá ese primer encuentro fue un presagio de lo que puede suceder hoy en el Ramón de Carranza, un campo con vestigios de Primera División. El Bilbao Athletic arrolló al Amorebieta por 4-0, con el hat-trick que firmó Iñaki Williams, la gran referencia del conjunto de Cuco Ziganda hasta que Ernesto Valverde le reclutó para la causa del primer equipo. El otro tanto lo materializó Gorka Santamaría, que ha sabido coger el testigo de Williams.
El Bilbao Athletic llega al sexto y último asalto del agotador play-off de ascenso en un escenario envidiable. Afronta el partido definitivo con la renta del 2-0 conquistada en el capítulo de la ida en San Mamés, cuando pasó por encima de un Cádiz, líder del grupo IV de Segunda División B, que partía de inicio con un cierto favoritismo que ha jugado en contra de los de Claudio Barragán, que han sufrido en sus carnes la vorágine del filial rojiblanco, dispuesto a no dejar escapar este instante tan cercano a la gloria.
Los últimos noventa minutos, sin embargo, se les puede hacer muy largo a los cachorros. El Cádiz no ha arrojado la toalla. Todo lo contrario. Avisa de que consumará la remontada. Para ello, el equipo amarillo cuenta con el empuje ambiental de la grada, con unos 25.000 aficionados, y con el factor climatológico, ya que se espera una temperatura cercana a los 40 grados, impropia para la práctica del fútbol y que obliga a racionalizar los esfuerzos.
presión aceptada A este Bilbao Athletic, con todo, no le asusta la presión. Es más, le motiva. Su recorrido por este play-off de ascenso le ha curtido en exigencia, lo que es un buen síntoma de cara a estos noventa minutos históricos. Perdió en el capítulo inaugural en Villanueva de la Serena y dio la vuelta en San Mamés, el escenario clave de este momento único. En La Catedral también venció al UCAM Murcia y en la capital pimentonera fue capaz de sobreponerse a un marcador contrario para empatar en el instante clave y sentenciar. Y hace una semana empequeñeció al Cádiz, que, además, agradeció no marcharse de Bilbao con una tunda mayor.
Este Bilbao Athletic lleva el sello Ziganda. Es la segunda intentona del de Larraintzar de llevar al filial a Segunda División. Se estrenó hace dos años. Entonces superó la criba inicial ante el Levante B, pero en la segunda no pudo con el Huracán Valencia, que curiosamente hoy también se juega el ascenso frente al Huesca en campo oscense. Ziganda tomó notas de esa experiencia con un bloque del que apenas asoma rastro alguno. Como suele ser habitual en un filial, al navarro le tocó hacer un proyecto renovado de los pies a la cabeza. Le seduce.
En la campaña 2012-13 lideró una camada de canteranos que dieron el salto al primer equipo, entre ellos Aymeric Laporte. En esta ocasión, ya consumada la irrupción de Williams como león, maneja a otro grupo con muy buena pinta de futuro. El navarro y los cachorros saben que este mediodía tienen que dar el paso definitivo. Llevan por detrás 43 partidos, 3.870 minutos. Faltan noventa, 5.400 segundos. Todo un mundo, según cómo transcurra un partido que debe saber leer el Bilbao Athletic, convencido de que el éxito pasará por frenar el acoso inicial que se intuye de un Cádiz lanzado.
El equipo de Ziganda, que ayer se ejercitó en tierras gaditanas a la misma hora del partido de hoy para adaptarse a las condiciones meteorológicas, debe ser fiel a su ideario, pese a la tentación de tirar de un plan conservador merced a la renta adquirida en la ida. No se esperan significativos retoques en el once respecto al que compareció el pasado sábado en San Mamés con tan buen resultado. Quizá el navarro pueda variar algún detalle en zona ancha con la incorporación de Óscar Gil, que dotaría de más músculo físico, pero la apuesta es hacer también gol en el Ramón de Carranza.