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El desafío del Cuco Ziganda

Goikoetxea, Iñaki Muñoz y Mario Bermejo, excamaradas de Ziganda, ahondan en el ADN del técnicoENCUESTA: ¿Cree que el Bilbao Athletic subirá a Segunda?

El desafío del Cuco ZigandaOskar Martínez

bilbao - Después de triunfar en la élite del fútbol estatal como jugador y de demostrar su valía para entrenar en Primera y Segunda B, la categoría de plata espera a la vuelta de la esquina a José Ángel Ziganda, timonel de un poderoso Bilbao Athletic decidido a sellar en el Ramón de Carranza el ansiado ascenso. Los cachorros, a un paso de la gloria, volverán a ponerse el domingo en manos de su principal valedor para intentar sobreponerse a la caldera gaditana y cerrar el curso con una rutilante sonrisa que también salpicaría a Iñaki Muñoz (Iruñea, 1978), Mario Bermejo (Santander, 1978) y Jon Andoni Goikoetxea (Iruñea, 1965).

Expupilos de Ziganda los dos primeros en Osasuna y Xerez, respectivamente; y mano derecha del Cuco en ambos clubes el tercero de los citados, ninguno duda de las facultades del técnico rojiblanco para preparar con sumo mimo y acierto el trascendental envite ante el Cádiz y consumar así un “complicadísimo” desafío a nivel individual y colectivo. “Es un entrenador que vive por y para el fútbol. También se desvive por el club en el que está, porque se pasa las veinticuatro horas del día pensando en cómo mejorar todo lo que está a su alcance. Es uno de los mejores técnicos que he podido conocer, tanto en la base como en la élite”, destaca Goikoetxea, segundo de Ziganda durante cuatro años.

Los caminos de uno y otro como entrenadores se unieron hace más de una década en Tajonar, con el equipo juvenil de Osasuna como primer reto de enjundia para el Cuco, orgulloso siempre al recordar que dio sus primeros pasos como preparador al frente de ocho niños de entre seis y siete años de edad en Larraintzar, su localidad natal. “Recuerdo aquella etapa con mucho cariño y ahora me siento la persona más afortunada del mundo por poder hacer lo que hago. Es posible que piense demasiadas horas en fútbol, pero no sé hacerlo de otra manera porque entrenar me gusta tanto o más que jugar”, confesaba Ziganda durante un coloquio celebrado el pasado mes de marzo en Bilbao.

De su profesionalidad y pasión por el fútbol da fe Goikoetxea, quien se proclamó campeón junto con el de Larraintzar en aquel histórico equipo juvenil de Osasuna. Juntos promocionaron después al primer filial rojillo para hacerse cargo de la primera plantilla en verano de 2006. Para entonces, la mano de Ziganda con los más jóvenes levantaba no pocos adeptos en Tajonar, donde se frotaban las manos al ver cómo el Cuco exprimía el potencial de jóvenes promesas como Javi Martínez, Nacho Monreal, Raúl García o César Azpilicueta.

de reto en reto “Ve muy bien el fútbol y tiene la facultad de sacar lo máximo de sus jugadores, apelando a la seriedad en el trabajo diario, pero tirando también de humor cuando lo considera oportuno. Cuando llegamos al primer equipo de Osasuna estuvimos a punto de superar la eliminatoria previa de la Champions contra el Hamburgo y en la Europa League alcanzamos las semifinales, aunque en liga no nos salvamos hasta las tres últimas jornadas. Fue un bonito reto para ambos y una gran experiencia”, remarca Goikoetxea, quien admite haber asistido a “muchos partidos” del Bilbao Athletic y no duda de que su antiguo camarada está sobradamente “preparado” para entrenar a los leones en un futuro cercano.

A un discurso y punto de vista similar se abraza Iñaki Muñoz, pupilo del Cuco en el citado Osasuna de la campaña 2006-07. El iruindarra, que espera que el Bilbao Athletic alcance la división de plata a costa del Cádiz, lo tiene claro: “El mérito de Ziganda, del resto de su cuerpo técnico y de la plantilla es enorme. Seguro que ha cambiado desde que estuve a sus órdenes en Osasuna, pero recuerdo que siempre escuchaba a los jugadores y me quedo con la oportunidad que tuvimos de disfrutar de Europa con él como entrenador. Ahora está a noventa minutos de subir al Bilbao Athletic a Segunda y ojalá lo consiga, porque se lo merece”. Al igual que Muñoz, quien acabaría recalando en el Athletic en el mercado estival de 2007, Mario Bermejo también valora positivamente su experiencia personal con el Cuco, a quien sustituyó en el único partido de Liga que disputó con el Athletic antes de tenerle como técnico en el Xerez en la temporada 2009-10.

“Lo tuve primero como compañero de vestuario en el Athletic y para mí fue un orgullo, porque al igual que al resto de veteranos, le tenía un gran respeto y admiración por todo lo que significaba para el club. Cuando coincidimos en Xerez también tuvimos una buena relación, aunque fue una temporada muy complicada para todos”, subraya apenado el exdelantero, que trabaja ahora en los despachos del Celta de Vigo. “Ziganda cogió el equipo en verano de 2009 para afrontar el desafío de la Primera División y solo pudo trabajar con doce o trece jugadores del primer equipo durante gran parte de la pretemporada. El resto eran futbolistas que pertenecían a la división regional”, recuerda.

un trago amargo Bermejo, relevante en los esquemas del Cuco, añade que “el año anterior había pasado algo similar en cuanto a la planificación de la plantilla y para poder entrenar teníamos que alternar campos que además estaban en malas condiciones, por lo que no fue nada fácil para él y los resultados tampoco ayudaron”. Contrariado por lo sucedido, señala que “al final, la cuerda siempre se rompe por el lado más débil y fue destituido, pero demostró ser un entrenador con las ideas muy claras”.

Aquel incompleto curso al frente del Xerez, que acabó descendiendo tras dejar una lanza clavada en la férrea armadura de Ziganda, fue la última experiencia del de Larraintzar antes de tomar los mandos del Bilbao Athletic en el curso 2011-12. Desde entonces, su labor al frente de los cachorros ha cautivado a todos los estamentos del club rojiblanco, donde se confía en que el Cuco y sus pupilos solventen con éxito el último gran desafío de una brillante temporada.