bilbao - Ager Aketxe experimenta su propio máster en su primer año como futbolista de élite. Asumió desde el inicio de curso que las oportunidades en el Athletic le podían llegar en plan goteo y que le tocaba reivindicarse en el momento que surgiera la ocasión. Sin embargo, el infortunio le ha perseguido en su estreno como león. Su debut no pudo ser más agridulce. Ocurrió en el primer partido del grupo en Champions, ante el Shakhtar Donetsk en San Mamés. Aketxe (Bilbao, 1993) compareció a falta de un cuarto de hora y tuvo tiempo de ofrecer detalles interesantes, pero no pudo colaborar para impedir el empate sin goles. Horas después se desveló que sufrió una lesión que no se apreció en directo. Se rompió el segundo dedo del pie derecho.

Fue su primer revés. Comenzó su máster en el fútbol de máximo nivel. En el Bilbao Athletic no había sufrido ningún parón. Jugó 30 partidos en su campaña inaugural y los 38 de la pasada Liga. Aketxe, con todo, sabe que cuenta con la paciencia de Ernesto Valverde, que valora sus cualidades y su margen de proyección. El Athletic, también. Por eso le ha asegurado un contrato de tres temporadas con ficha y sueldo del primer equipo, por lo que su blindaje se extiende al 30 de junio de 2017, un periodo idóneo para demostrar su valía si la fortuna a modo de lesiones le acompaña.

Aketxe no presume de unos números como para echar cohetes a estas alturas de la competición. Aparte de su concurso en Champions, su única titularidad la conoció en el choque de Copa en Alcoi. Participó durante un puñado de minutos en las citas ligueras ante Sevilla y Atlético de Madrid, y compareció en La Rosaleda en el primer asalto de la eliminatoria copera ante el Málaga. Precisamente, se trató de su vuelta tras la lesión muscular que padeció ante los colchoneros, que le tuvo un mes en el dique seco.

punto competitivo Aketxe es un jugador con una genética muy definida. Es un futbolista que posee una zurda exquisita, con un toque muy valioso, con una técnica interesante y descarado a la hora de tomar decisiones con el balón. Le falta, según los que le conocen, un punto de músculo competitivo, que debe madurar en lo que resta de campaña, y de aportación física, aspecto en el que le están acentuando en Lezama.

Valverde le quiere a su lado. Se había sondeado la posibilidad de propiciar una cesión en el pasado mercado invernal, pero se descartó pronto. El técnico prefiere que siga en la dinámica del equipo, aunque no le garantice muchos minutos. De momento, le ha enviado mensajes positivos. Así fue cuando compareció en la recta final del complicado duelo copero en La Rosaleda y le citó también para la reciente visita al Levante en detrimento de Ibai Gómez, que no atraviesa por un momento dulce.

La dirección deportiva también confía en su progresión. Este es un año de aprendizaje, aunque penalizado por su falta de partidos, lo que puede lastrar a un jugador joven como el bilbaino, que tuvo novias el pasado verano, pero que el Athletic le refugió. Valverde le asomará en algunos momentos del presente curso y será en la próxima pretemporada cuando debe dar un golpe sobre la mesa.