bilbao. "En dos años puede estar en el primer equipo. Apunta a ser referencia en ataque". La reflexión se cocina en Lezama, donde Asier Villalibre emerge como un diamante en bruto. Otro técnico de la casa va más lejos. Lo define como el "el nuevo Llorente o el nuevo Muniain". Villalibre, que el próximo día 30 cumplirá 16 años de edad, va por delante de su tiempo y su irrupción en estos inicios de curso es brillante, ya que presume de una pegada descomunal, con tres goles en solo dos partidos con el Basconia y otro tanto en su estreno en el juvenil de División de Honor.

El de Gernika, que recaló en Lezama dos años atrás, "es un jugador con unas características innatas, rápido, potente, zurdo, que define muy bien...". Los elogios sobre la figura de Villalibre, que el pasado junio renovó cinco temporadas más con el Athletic pese a disponer de ofertas de otros clubes, son unánimes en la factoría rojiblanca, donde, con todo, prefieren cuidar al chaval, "con el que hay que tener paciencia y no precipitarse".

Dicen en Lezama que el gernikarra, que supera los 180 centímetros de altura, es un chico "bonachón, muy de Gernika, formal y muy serio". No tiene representante, lo que es hasta extraño tal como se mueve el fútbol en las categorías inferiores, le cuesta expresarse en castellano porque su lengua materna es el euskera y recalcan que tiene la cabeza muy bien amueblada.

Llegó al Athletic gracias a los informes de Ander Lekue, uno de los ojeadores del club, donde ha mejorado su técnica. "Debe quemar aún etapas", insisten en Lezama. Sin embargo, su futuro se encamina al primer equipo.