BILBAO. Dos partidos de Liga, dos victorias y dos alineaciones, con cuatro cambios de la primera a la segunda, la mitad forzados por problemas físicos (Laporte y Herrerín por Ekiza e Iraizoz) y la otra mitad obedeciendo a criterios técnicos (Saborit y Aduriz por Balenziaga y Kike Sola). El centro del campo es lo único que Ernesto Valverde ha mantenido intacto, con el trío formado por Iturraspe, Beñat y Herrera, aunque en cualquier momento también esta línea registrará modificaciones, algo que pudiera perfectamente ocurrir este domingo en el Santiago Bernabéu. Quedan muchos días por delante para tomar decisiones y tres jugadores permanecen atentos, esperando su oportunidad. La aspiración es idéntica en Óscar De Marcos, Erik Morán y Mikel Rico, si bien el punto de partida de cada cual es distinto, de ahí que no se les pueda otorgar las mismas probabilidades. Ellos son las alternativas que Valverde barajará en función de las circunstancias personales y de las singulares características de la cita, en principio con un nivel de exigencia supremo dada la entidad del Real Madrid y el poder intimidador del escenario.
El Athletic ha derrotado a Valladolid y Osasuna apoyado en su solvencia en el capítulo rematador, así como en un correcto funcionamiento defensivo. En ambos encuentros los rojiblancos generaron un puñado de ocasiones claras de gol, no demasiadas, sobre todo el día del estreno en competición, pero resueltas con acierto en un porcentaje elevado. Además, el equipo se supo proteger, no concedió en exceso en torno a su área, aunque en Anoeta pasase por más apuros y el portero tuviese que emplearse a fondo. Quizás ha sido en el control del juego, en aspectos como la iniciativa, la posesión y el dominio territorial, donde se han observado síntomas de debilidad. Ha faltado regularidad, ha habido varias fases donde se ha estado a merced del rival, fases en que las pérdidas se sucedían y no quedaba otra que correr más de lo deseable a fin de subsanar desajustes y evitar disgustos. A ratos el Athletic ha parecido corto de autoridad, impotente para replicar al empuje de los contrarios, le ha costado recuperar el mando. Estas carencias no es que sean responsabilidad exclusiva de quienes se sitúan en la zona ancha, pues compete a todo el conjunto establecer una superioridad o intentarlo, pero no es menos cierto que los medios, quienes ocupan la sala de máquinas, tienen la misión de dar equilibrio, dirigir las operaciones, establecer el ritmo y asegurar la distribución de la pelota.
De Marcos y Morán han sido empleados en las segundas partes con la intención de reforzar la estructura. El primero para presionar la salida de la zaga contraria y facilitar la proyección ofensiva, explotando su natural tendencia a salir en carrera para irrumpir en la zona de tres cuartos del campo, tanto por la franja central como escorado a la derecha. Mientras el segundo se situaba cerca de Iturraspe, colaborando en una tarea gris y necesaria para preservar la ventaja en el marcador ante un rival que empujaba acuciado por el cronómetro. Herrera y Susaeta han sido los relevados por De Marcos y Morán en Valladolid y Donostia.
CREDENCIALES
De Marcos tuvo un papel determinante en el derbi con Osasuna al anotar el 2-0 que dejaba prácticamente visto para sentencia el asunto. Fue en una contra, asistido con precisión por Aduriz y salvando la salida del portero con un remate sencillo, chutando a asegurar. Pese a que haya empezado la Liga en el banquillo, no parece que Valverde esté dispuesto a relegarle permanentemente. El estilo del equipo ha cambiado, pero para el nuevo técnico no ha pasado desapercibida su aportación al fútbol del Athletic en los dos años de Marcelo Bielsa. Es el hombre ideal para romper líneas enemigas y además garantiza mucho trabajo porque sube y baja. Una lesión en el tramo inicial de pretemporada le retrasó ligeramente y ahora se trataría de buscarle acomodo, una tarea a la que también contribuye la versatilidad que ofrece.
La situación de Morán puede verse condicionada con la incorporación de Mikel Rico, por cuya presencia en la próxima convocatoria merece la pena apostar. No son iguales, el primero es más parecido a Iturraspe, pero en favor del segundo, más limitado para iniciar jugada tras recibir de los centrales, girarse y servir al primero o segundo toque, pesa la experiencia y un físico espectacular. Si Rico hubiese estado apto, él hubiera sido probablemente el elegido para dar consistencia al círculo central en las dos jornadas celebradas. Lo cierto es que la recién empezada es su primera semana de entrenamientos con la plantilla, pero si como se presume se halla bien en el plano físico, Valverde le incluirá en la lista. Quizás no para entrar en el once, aunque el tipo de partido que se prevé le da opciones. No extrañaría en cambio que De Marcos accediese a la titularidad.
Salir airosos de la visita a los merengues pasa por tener puntería para replicar a la formidable pegada del anfitrión, pero sobre todo por mantener la concentración y no perder el sitio, no romperse en las transiciones, que es lo que el Madrid aprovecha como nadie. Lo anterior es sinónimo de gran despliegue y de firmeza, tanto en la disputa como en la idea de no perder de vista a Casillas o al que pongan en la portería. En la medida de lo posible forzar para que el choque se desarrolle en las dos direcciones. Valverde ya tiene a todas sus bazas del centro del campo y por tanto puede decantarse por diversas combinaciones. Es la ventaja de contar con futbolistas de un nivel parejo, algunos tocados por el don de la polivalencia.