BILBAO. "Yo por mi Athletic invito a cenar a 300 personas". Es la promesa de Pedro Álvarez, el propietario de la cervecera del puerto deportivo de Getxo, que jura no cobrar a todos los que vayan a cenar esta noche allí si los leones se imponen al Barcelona, claro hay que pasarse entre las 21.00 y 23.00 horas, no vale acercarse cuando los de Bielsa vayan ganando ya 3-0 en el descanso... "No hay ni trampa ni cartón, puedes cenar desde unas croquetas hasta unos chuletones. No hay límite". El aforo del local es de 300 personas y todo el menú está a disposición: desde los propios chuletones hasta codillo, costilla, tortillas, morcillas, pollos… El cliente paga la cena y cuando termine el partido si la victoria es bilbaina presenta el ticket y se le devuelve el importe. "Me lo he pensado bien, me lo he pensado bien", sonríe el propietario. "¡Que se llene el local y que gane el Athletic!", proclama.

"Yo por mi Athletic regalo mil kilos de bacalao". ¡Toma ya! Jon Andoni Ortuzar, responsable de las bacaladerías Eguino de Portugalete, repartirá 1.822 kilos de este pescado si el conjunto rojiblanco conquista la Copa entre las primeras mil personas que se hayan convertido en clientes a través de su web. Hasta se ha animado gente de Catalunya y Madrid. Y como los goles del Athletic son bacalaos, el jugador o jugadores rojiblancos que vean puerta esta noche también ellos tendrán premio: se llevarán 8 kilos de bacalada cada uno.

"Yo por mi Athletic sacrifico a mi buey, que pesa una tonelada". Eso es lo que han hecho Ana Mari y Jesús Mari, de Zalla. Y Curro: 5 años, mil kilos y 1,74 metros de altura, pasó a mejor vida el pasado 8 de mayo, la víspera de la final de Bucarest. Un verdadero sacrificio rojiblanco. La idea es que esta misma noche, unos cuantos aficionados -no era grande ni nada el animal- se peguen una buena panzada gracias a él. Y es que la carnicería Txomin del mercado de La Ribera compró la carne de Curro para venderla con la intención de que los clientes la consumieran hoy.

"Yo por mi Athletic hago una pedazo Copa con papel y cartón". Y ni corto ni perezoso Paco Olivas, de Barakaldo, se puso manos a la obra durante ¡un mes! para fabricar este peculiar trofeo de 1,16 metros de altura, hecho con cartón y papel de periódico, con spray plateado y cola blanca. Esta Copa está expuesta en su bar y suscita un gran interés.

"Yo por mi Athletic voy por todo Madrid con canotier y chaqueta rojiblanca". No pasa nada de desapercibido este grupo de 50 aficionados que partió ayer en autobús hacia la final. Van todos vestidos igual: con peculiar sombrero de paja y una americana un poco cantosa...

A Madrid en moto o en bici "Yo por mi Athletic me voy hasta Madrid en Harley Davidson con unos colegas. Hasta con el padre de Amaia Salamanca". A las 9.00 horas de esta mañana parten desde Mañaria la moto de Alberto Etxebarria y otras diez rumbo a la sede de la final. El ruido de las Harley, la vestimenta rojiblanca de sus conductores incluso alguna bandera desplegada al viento harán notar el paso de estos hinchas durante más de 400 kilómetros. "Vamos a intentar acompañar al autobús del equipo desde el hotel a El Calderón. Es lo que nos gustaría, pero por tema de seguridad va a estar complicado. Nos han dicho que igual podemos ir detrás de los furgones policiales, así que no sé qué haremos", cuenta Alberto. Una vez en Madrid -calculan que lo harán sobre las 14.00 horas porque van a hacer un par de paradas en el camino- ampliarán la representación motera con el padre de Amaia Salamanca, que se sumará al recorrido en los últimos kilómetros. La madre de la actriz es de Abadiño y eso tira mucho…

"Yo por mi Athletic hago el trayecto hasta Madrid en bicicleta". Lo pueden hacer unos valientes, unos con más experiencia como el ciclista de ultrafondo Julián Sanz, y otros que no tienen tanto currículum pero que se apuntan a un bombardeo, como los cuatro ganadores del concurso que el ugaotarra preparó para la ocasión. Desde las 22.00 horas de ayer todos están pedaleando y a las 18.00 horas llegarán a Athletic Hiria.

"Yo por mi Athletic tuneo mi coche de rojo y blanco". Y no lo ha hecho ningún jovenzuelo, lo ha hecho un hombre que ha visto al equipo glorioso de épocas doradas. El galdakaotarra Gotzon, con un poco de ayuda de su hija, estuvo pintando durante días.

Estas son algunas de las locuras, de las bilbainadas, de los actos pasionales… -da igual el calificativo- que se hacen guiados por un sentimiento: el del amor a unos colores. Son impulsos del corazón que no atienden al dinero, al esfuerzo o la razón. Toda Bizkaia palpita al ritmo del Athletic: las banderas en los balcones, los dulces más rojiblancos en las pastelerías, los pintxos especiales en los bares...