Bilbao
los caminos del señor son inescrutables. Esa senda insondable, esa ruta de fe, cosió lo celestial con lo terrenal, lo religioso con lo futbolístico, a Marcelo Bielsa con el Athletic después de que Luis Mari Segurola, un párroco vizcaino que oficiaba en Zumarraga, le abriera las puertas del conocimiento sobre Euskal Herria. Aquella charla convenció a Bielsa, que una vez cribada la ingente información que le ofreció Luis Mari Segurola, dedujo que Euskadi era un buen destino para adentrarse, aunque su aventura se concretara más tarde. Bielsa miró por la cerradura de la Real Sociedad, por ahí llegó la interlocución y su idea general de lo que era esta tierra, pero definitivamente giró el pomo del Athletic tras las elecciones en las que Josu Urrutia se proclamó presidente del club bilbaino.
El episodio que vincula al técnico argentino y al sacerdote de Zumarraga, hincha confeso del Athletic -"soy la oveja negra de la familia", dice, -partió de la oferta que la Real Sociedad realizó a Marcelo Bielsa un año atrás, cuando la directiva realista prescindió de Martín Lasarte para rastrear el mercado en busca de un candidato para el banquillo. Bielsa había dejado la selección de Chile y estaba dispuesto a volver al fútbol, su gran pasión. En cuanto tuvo constancia del ofrecimiento del club txuri urdin, el rosarino, analítico y culto, desbrozó su agenda telefónica y se puso en contacto con Santi Segurola, periodista deportivo de Marca nacido en Bizkaia, que atendió la llamada de Marcelo Bielsa.
El entrenador argentino, amigo del periodista desde hace décadas, quiso saber más de las características de la entidad, de su entorno y de la tierra en la que enraizaba. Marcelo Bielsa quería una autopsia, una radiografía, una pintura precisa sobre el lugar donde se asienta la entidad guipuzcoana. Santi Segurola, seguidor del Athletic, remitió a Bielsa a su primo, Luis Mari Segurola, por aquel entonces cura de Zumarraga. Le dio el teléfono de la parroquia para que se pusiera en contacto con su primo. A su vez, Santi telefoneó a Luis Mari y le comentó que le llamaría un argentino, pero no le ofreció ninguna pista sobre su identidad. Simplemente pidió que le atendiera y hablará con él.
Un buen día, Marcelo Bielsa -un hombre de profundas convicciones religiosas heredadas de una tía religiosa- marcó el número de teléfono y se encontró con la voz de Luis Mari Segurola al otro lado del hilo que había tendido Santi. El técnico argentino, ávido de conocimientos, cuestionaba al párroco sobre lo divino y sobre lo humano "Todo lo que le dije fue bueno: que Donostia es preciosa, que la situación política es buena...", enumera el clérigo sobre aquella extensa charla que enriqueció el ansia de sabiduría de Marcelo Bielsa. Nadie mejor que un sacerdote para aliviar el afán de erudición del rosarino, que se interesaba por diferentes motivos. "Yo me preguntaba por qué me estaba haciendo tantas preguntas y le respondí a todas por respeto a mi primo", narra Luis Mari Segurola, sorprendido por la ingente cantidad de preguntas que disparaba Bielsa, que lo mismo cuestionaba sobre las costumbres que disertaba sobre religión. Con todo, Luis Mari seguía sin conocer a aquel argentino que escuchaba con atención y que no dejaba de solicitar la más variada información. Nada dejaba Marcelo Bielsa sin tratar, tan metódico y exacto como es, al azar.
el día que se conocieron Luis Mari supo de Bielsa meses más tarde en una situación que unió a ambos en el dolor. Conoció Luis Mari al técnico en el funeral por el fallecimiento de la madre de Santi Segurola. Para entonces el rosarino, la apuesta de Josu Urrutia, dirigía al Athletic tras desestimar la oferta del Inter de Milán. Luis Mari, que ofició como sacerdote en el funeral, recuerda aquel encuentro en la iglesia San José de Romo. "A los pocos meses falleció la madre de mi primo y al funeral acudió toda la plana mayor del Athletic. Tras el entierro mi primo me dijo que dos personas querían hablar conmigo: eran Bielsa y Valdano".
Luis Mari se reunió con ambos y rememoró el pasaje en el que conoció vía telefónica a Bielsa. Jorge Valdano no paró de reír cuando supo que Luis Mari estuvo a un dedo de no dar más palique a Bielsa. "Este último (Valdano) se rio mucho cuando le dije a Bielsa que no le había colgado el teléfono de milagro", explica Luis Mari, gratamente impresionado por la figura del rosarino. "La verdad es que es una persona muy agradable". De hecho, Marcelo Bielsa se comprometió "a venir a visitar La Antigua y Arantzazu".
Las apariciones en lugares religiosos son comunes en la biografía del rosarino, aunque sorprendió cuando se acercó a Gernika para visitar el Monasterio Santa Clara. Allí se presentó Bielsa acompañado de su mujer, Laura. "Marcelo tocó la puerta del convento junto a su esposa. Al principio, no nos atrevimos a dejarlo pasar porque no le conocíamos, así que nos cercioramos bien y les dejamos pasar", contó en su día María Teresa Gerrikabeitia, madre superiora del convento. Una vez en la puerta Bielsa se presentó. "Nos dijo que era argentino y entrenador del Athletic. Nos contó que tenía una tía religiosa y que por ahí se potenció la fe en la oración. Nos comentó que es muy creyente y que rezáramos por él", narró la madre superiora sobre aquella experiencia. Mientras Bielsa dirigió a la selección de Chile -en Pinto Durán, la residencia en la que vivió, un crucifijo gobernaba su habitación- también mantuvo el contacto con esta orden religiosa. Allí visitaba el convento de las Clarisas de La Florida en Santiago. María Teresa Gerrikabeitia calificó a los Bielsa como "una delicia de matrimonio".
gran trabajo Luis Mari Segurola no mira únicamente a la calidad humana de Bielsa, algo que resaltó Santi Segurola sobre el argentino, también analiza la tarea que está desarrollando sobre el terreno de juego, donde está dejando un profunda huella en el corpus del Athletic; finalista de Copa, a un paso del duelo definitivo en la Europa League y en la pelea por los puestos cabeceros en Liga. "Mi primo (Santi Segurola) le pone por las nubes, tanto en el aspecto personal como en el profesional. La verdad es que está haciendo un gran trabajo. No suelo ir a San Mamés, pero cuando estuve de párroco en Eibar íbamos cada quince días. Ahora veo los partidos por la tele. Me encantaba Javi Martínez cuando jugaba de centrocampista y le dije a mi primo que le pidiera a Bielsa que le pusiera en el centro, pero estoy viendo que de defensa también hace una labor extraordinaria. Llorente y Muniain también me gustan mucho", desgrana Luis Mari, que no esconde su simpatía por el Athletic. "Cuando yo era niño muchos éramos del Athletic, pues la Real estaba en Segunda. Otros se convirtieron, pero yo no. Soy la oveja negra de la familia y en todas las celebraciones me toca aguantar bromas. Yo les suelo decir que jugamos con once baserritarras y que si ficháramos extranjeros nos saldríamos de la tabla", establece Luis Mari, el cura que convenció a Bielsa: "Me alegra el haber colaborado en que Bielsa viniera a Euskadi".