ATHLETIC 3-2 REAL MADRID

ATHLETIC: Acha, L. Silva, A. Aranas, Goiri, Cockram, Ansoleaga, A. de la Sota, Montejo, J. Astorquia, Cazeaux y Evans.

REAL MADRID: Johnson, Molera, M. Giralt, A. Giralt, J. Giralt, Normand, Parages, Valderretazo, Neyra, F. Revuelto y Vallarino.

Goles: 0-1: Min. 15; Valderretazo. 0-2: Min. Min. 40; Neyra. 1-2: Min. 55; Cazeaux. 2-2: Min. 70; Montejo. 3-2: Min. 80; De la Sota.

Árbitro: Soler.

Incidencias: Hipódromo de Madrid. 8 de abril de 1903.

L A primera Copa con carácter oficial tuvo también de promotor a Carlos Padrós, aunque solo tres clubes respondieron a la oferta, dirimiéndose un triangular entre el Madrid FC, el Espanyol y el Athletic, con un 4-1 de los primeros sobre los barceloneses y un rotundo 4-0 de los bilbainos, por entonces blanquiazules, ante el cuadro catalán. Barcelona, Vigo, Huelva y San Sebastián habían declinado participar y el Hipódromo madrileño acogió nuevamente una final que desbordó todas las previsiones de asistencia con más de 5.000 espectadores. Alineó el Athletic a Alejandro Acha de portero; Amado Arana y Luis Silva en la defensa; Ansoleaga, Goiri y Cockram en el centro del campo; y Alejandro de la Sota, Montejo, Cazeaux, Evans y Astorquia, la figura relevante, en la delantera.

El factor campo y el cansancio jugaron otra vez en contra del conjunto vizcaino, a lo que se sumó durante la primera parte el fuerte viento en contra de sus intereses, capitulando en ese periodo con los goles del marqués de Valdeterrazo y Neyra. La algarabía entre el público enfadó en sumo grado a los futbolistas del Athletic, sobre todo al mencionado Juanito Astorquia, abanderado, capitán y psicólogo de vestuario en el descanso, arengando a su tropa. Dicen los cronistas que lanzó la siguiente proclama: "Por el Athletic y por Bilbao". Cazeaux, Montejo y De la Sota -que sería presidente de la entidad entre 1911 y 1917- firmaron la remontada. Este último, a diez minutos de la conclusión, sacando jugo a una esbelta acción por banda izquierda de Walter Evans. Lo metió con el pecho o, como describió él años más tarde, "con el corazón".

la figura de astorquia La voltereta del Athletic motivó la creación de un filial en Madrid, del que fue nombrado máximo dirigente Enrique Allende. Fue la base del hoy Atlético de Madrid. Los campeones fueron recibidos con cohetes y, de nuevo, con la banda de Garellano en el andén. La Copa, de plata cincelada y de gran gusto artístico, fue expuesta los días posteriores en la sastrería del señor Orensanz, en la calle del Correo. Para entonces, ya el pueblo era parte activa del fútbol, de igual forma que Astorquia emergió como señuelo después de que aprendiera a darle al balón en Manchester, desplegando una exquisita habilidad técnica. Sus ganas de colaborar en el proyecto Athletic se fundieron en el Café García con parecidos deseos de los hermanos Iraolagoitia, Goiri, Montejo, Márquez y Acha. Juntos empezaron a jugar en la campa de Lamiako, que llegó a congregar a más de 9.000 aficionados sin contar las personas que desde las inmediaciones y los montes no quitaban el ojo a sus evoluciones. Astorquia se erigió en primer capitán del equipo y presidente en 1903, año en que el Bilbao unió sus lazos con el Athletic. Lástima que falleciera dos años después, con 33 años, sin percatarse de su dimensión histórica. Con todo, el club ya había dado un golpe encima de la mesa avisando de su envergadura y trascendencia. Pleno, dos de dos, quedando marcado este entorchado como el título que salió más del alma que de las botas.