Síguenos en redes sociales:

El rastro de 2.000 millones de pesetas

Roberto Ríos regresa hoy a San Mamés como segundo entrenador del Betis nueve años después de cerrar su ciclo en el Athletic, donde el portugalujo mantiene el cartel de fichaje más caro en su historia

El rastro de 2.000 millones de pesetasPablo Viñas

bilbao

quizá lo recuerden muy pocos. La noche del 5 de mayo de 2002, sin embargo, no la olvidará Roberto Ríos. Ese domingo de primavera disputó sus últimos 13 minutos como jugador del Athletic. Se trataba (ante Osasuna, 1-1) de su despedida del público de San Mamés tras cinco campañas de servicio a la causa rojiblanca. "Era algo que ya intuía desde tiempo atrás, sobre todo cuando ves que las cosas no salen como esperas", matiza. Fue también su último encuentro en activo a los 30 años de edad, cuando se entiende que no es momento de jubilarse. Pero Roberto Ríos (Portugalete, 8 de octubre de 1971) sí lo hizo. "Lo dejé pese a que salió la opción de ir a Inglaterra (al West Bromwich Albion), pero la verdad es que por las condiciones en las que había estado el último año en el Athletic entendí que marchar cuatro meses a un equipo que estaba necesitado y tras más de un año sin participar no iba a ser ni bueno para ellos ni para mí, que nunca me ha gustado engañar. Nunca he salido a un campo pensando que no lo iba a hacer bien", rebobina el portugalujo con esa sinceridad que va asociada a su ADN.

Ríos regresa hoy a San Mamés nueve años después. Lo hace como rival y en una faceta, segundo entrenador del Betis, que, como se sincera, ni se la planteaba en su plan de vida. "No tenía ninguna intención de ser entrenador, pero me convencieron para que me sacara el título. Pepe Mel fue mi profesor en los primeros cursos en Las Rozas. Coincidió que salió (Manuel Ruiz) Lopera, él tuvo la opción de venir al Betis y me llamó para formar parte de su cuerpo técnico", dice el bético, que ese curso de entrenador en Las Rozas lo efectuó con antiguos compañeros en el Athletic: "Estábamos Aitor Larrazabal, Isma Urzaiz, Mikel Lasa, Bittor Alkiza, Iñigo Larrainzar, Mari Lacruz... Prácticamente era un once del Athletic de aquella época".

Al portugalujo no le seducen aires de gloria. O sea, dar un salto y emprender una aventura como primer entrenador. "Estoy a gusto como ayudante en el Betis, donde tengo aún tres años más de contrato. No me pica el gusanillo y en mi mente solo está que el Betis consiga en este periodo de tiempo el objetivo marcado de consagrar un proyecto en la élite", reflexiona Ríos, que desvela no ser un técnico de los que echan broncas: "Soy muy de dialogar. Mi misión es ayudar al entrenador, en conexión con la plantilla e intentar respaldar a los jugadores. Ríos, por tanto, se sentará esta noche en el banquillo de San Mamés destinado al equipo visitante. "Seguro que las sensaciones serán especiales", se apresura a declarar. Se espera el asunto a tratar. No se esconde. El Athletic pagó al Betis 2.000 millones de pesetas más IVA en el verano de 1997 por Ríos. Es la operación más costosa a la que ha tenido que hacer frente la entidad rojiblanca en su historia para hacerse con los servicios de un jugador. "Este año ha entrado Ander Herrera, por el que el Athletic ha pagado (unos 10 millones de euros incluyendo variables) una cantidad grande que casi llega a alcanzarme", suelta el vizcaino a modo de consuelo, consciente de seguir arrastrando un cartel que él no eligió: "Son circunstancias que se dan y uno tiene que llevarlo así".

aquellos 2.000 millones 2.000 millones de pesetas (12 millones de euros) de las de 1997. Una cantidad que seguramente impactaría aún más en los tiempos actuales que corren. ¿Comparte que lo que pagó el Athletic por usted se llegue a considerar una burrada? Ríos no evita la respuesta. Quizá porque la tiene memorizada, sobre todo para explicarlo a los más jóvenes, para los que seguramente aquella operación les resulte desconocida: "En aquel momento el Athletic se había clasificado para la Copa de la UEFA, estaba el dinero de las televisiones y se sabe que el mercado del Athletic es reducido. Yo, además, estaba en un buen momento y tenía otras ofertas. Igual un año antes el costo habría sido menor. Las cosas surgen cuando surgen".

Su primera, segunda y cuarta campaña en el Athletic fueron las más intensas a nivel personal (39, 25 y 20 partidos, respectivamente). La tercera y quinta, las olvida. Ríos asume que esos números quizá no rentabilizaron la inversión efectuada por el club, por lo que entona el mea culpa: "El que se conforma con lo que hace, se puede estancar. También es verdad que podía haber dado más de sí. Son situaciones por la posición en que juegas, por la forma de jugar... También en mi tercera temporada pudieron los problemas físicos que tuve. Hay que acatarlo y no dar más vueltas. Tengo la conciencia tranquila porque siempre intenté ser lo mejor profesional posible".

Ese es el pasado de Ríos, que en sus cinco años como león se queda con la victoria sobre el Zaragoza en el año del Centenario y que suponía el billete a la Champions. Su presente es el Betis, que ha sorprendido en su rentreé a la máxima categoría. "Es, sin más, el Betis que se lleva viendo desde la temporada pasada, un equipo con alegría, al que le gusta tocar el balón...", desvela el portugalujo, que aconsejó al Betis pedir la cesión de Ustaritz ("su trabajo y comportamiento son exquisitos") y que apostó, junto a Pepe Mel, por Beñat Etxebarria, ex del Athletic, "que está dando un rendimiento excepcional".