Nadie es tan viejo que después de un día no espere otro", dijo Séneca. No son las palabras de un mediapunta brasileño tras uno de esos partidos entre nieblas que tanto estilan, sino las de un filósofo cordobés de raíces romanas, un hombre de luces. Ayer, cuando Josu Urrutia presentó la cordada de nombres que le acompañarán en su escalada al Everest del fútbol, que aquí en Bilbao no es otro que la presidencia del Athletic, se echaba de menos uno: el del próximo entrenador del Athletic si las urnas le conceden la gloria de Ibaigane. Hubo, antes de saberse que habremos de esperar un día más (y otro, y otro...) un runrún de murmullos espolvoreado por luz de flash. En escena aparecía Ernesto Valverde y, de repente, ¡zas! se armó un revuelo entre los medios, propio de la verja de Ayamonte. Valverde es, desde hace un tiempo, el hijo pródigo, Eldorado que se anhela en el banquillo de San Mamés. Atraído por la exuberancia de las islas griegas, el fútbol que allí dispone, sin la presión de las Ligas mayores, y la posibilidad de exhibir el juego que propone en la Champions Leage, Ernesto no era Mr. X. Pronto quedó claro. Tanto, como su apoyo explícito a Josu Urrutia, quien ya se ha ganado el corazón de uno de los predilectos.
Los nombres, insisto, eran otros. Desde José Ángel Corres a Alberto Uribe-Echevarría, pasando por Xabier Pérez Gaubeka, Ramón Alkorta, Jon Muñoz, Javier Aldazabal, Laura Martínez, Izaskun Larrieta, Yolanda Lázaro, Ángel Gorostidi, quien no resistirá la tentación de llevar la voz cantante, Borja López, Juan Arana, Silvia Muriel y Jokin Garatea. En sus manos encomienda Josu el espíritu del Athletic. Y aunque ellos son -vayámonos al cine...-, todos los hombres del presidente, no hubo manera de conocer la identidad de garganta profunda, de despejar la incógnita de Mr. X.
En sus manos y en el de la sociedad vizcaina. Una representación de ella se acercó ayer al edificio del Ensanche. Entre ellos se encontraban los expresidentes del Athletic, Pedro Aurtenetxe, José María Arrate y Ana Urquijo; viejos compañeros de césped como Mikel Lasa, Ritxi Mendiguren, Andoni Imaz, Genar Andrinua, Juanjo Elgezabal, Oskar Tabuenka, Aitor Larrazabal y Joseba Etxeberria, el exárbitro Ilbon Urizar Azpitarte, Ricardo Barkala, Itziar Urtasun, Iñigo Ortuzar, Ana Reka, el exdiputado general Josu Bergara; el alcalde de Galdakao, Ibon Uribe; el presidente de honor de la Bolsa de Bilbao, José Luis Markaida, Juan Mari Vidarte; el legendario presidente del Portu, José Ángel Arrillaga, Juan Carlos Ercoreca; el presidente de la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo, Boni García; Jon Aldeiturriaga, Eduardo Gastaka, el alcalde de Sestao, Iosu Bergara; y una legión de seguidores de aquel centrocampista de resistencia, un partisano sobre el terreno de juego.
¿Se espera una gestión así, tan comedida y precisa como su juego...? Eso auguran quienes se acercaron a vivir de cerca el despegue de la campaña. Entre ellos se encontraban el viejo león José Luis Artetxe; el director gerente del BEC, José Miguel Corres; Alfredo Olarte, Josu Loroño, Kirru Artea; el presidente de Fineco, Daniel Ardanza; José Ramón Urizar; el presidente de MBN, José Ignacio Arrieta, Kepa Erauskin, Iñaki Ullibarri, Joseba Barrenetxea, Gotzon Bilbao, Luis Bernaola, Jokin Gorriti o el pregonero Isidro Elezgarai, quien bautizó a Josu Urrutia como "el pequeño Obama: no en vano es la gran esperanza del Athletic". El "Yes, we can" sonó entre quienes le escucharon la metáfora con la miel en los labios.
"Nosotros somos la ilusión", dijeron algunas voces implicadas. Iban y venían los invitados por el atrio del edificio del Ensanche, donde se dieron cita, además de los citados, el empresario Enrique Guzmán, Iñaki Iriarte, José Antonio López Egaña, Aurora Madariaga, Juan Ormazabal; el director comercial de DEIA, Kike Hermosilla, José Ángel Garay, el enólogo Manu Martín, Miguel Madariaga, presidente de la Fundación Euskadi; Xabier Lapitz; la directora de Onda Vasca, Estibaliz Ortiz, Patxi Alonso, Félix Izquierdo, Jon Loizaga, Óscar López Rodríguez, Sabin Arana, el cocinero Aitor Elizegi, a quien se le situó, no hace mucho, en ese difuso limbo de los aspirantes; Sara Estévez, a quien se le adivina el corazón partido si se juzga que Txetxu Rojo participa de las gracias de Fernando García Macua; José María Román, Óscar Sánchez, Juan Mari Jauregi y un sinfín de nombres que arrimaron el hombro en un vamos contigo que tronó en el mediodía.
Habló Urrutia de la ilusión y la dimensión del Athletic, del fútbol base que lo vio nacer y de la necesidad de que vea a otros miles, mirándose todos al mismo espejo; del amor a los colores y del poder del equipo que ahora capitanea, no con brazalete sino con traje y corbata. Testigos de sus palabras fueron José Ignacio Isla, Guillermo Moles, Jon Andoni Zarate, Raúl Onandia, Lucía Guzmán, Sabin Legarreta, Alberto Martínez, Juan Carlos Aparicio, Unai Aizpuru, atento a que todo fluyese con serenidad ("Es la imagen de un hombres tranquilo", chistó una voz a mi espalda...), Elena Marsal, Miguel Ángel Iriarte, Josune Marañón y un buen número de hombres y mujeres que creen en el proyecto de un hombre que nació en el Athletic para el fútbol y que hoy busca alcanzar el cénit, llegar al nido de águilas de Ibaigane, la casa madre del león.