lemoa. Nadie comprende, interpreta ni ejecuta el fútbol en el frente de ataque como Iker Muniain, que encola el juego desde la pillería, el regate, algún que otro arabesco y travesuras varias para elevarse sobre los zagueros. Salvo un par de gotas de barroquismo, de cierto manierismo, nada resulta artificioso ni pedante en Muniain, que ensilla desde el criterio necesario cada zancada, cada rival, cada pase filtrado con intención de dañar al rival. El descaro de Muniain y su academia futbolística de arrabal, en la que contó con el entusiasmo, el juego al pie, el desmarque y la trenza de varios asociados que gravitaron en su órbita en el segundo tramo, habilitó el despegue del Athletic ante el Lemona, que castigado por la velocidad, el juego asociativo y la pandilla de Iker perdió el hueso que atragantó a los rojiblancos durante una buena minutada.
El cambio de registro sentó maravillosamente en el perfil hasta entonces famélico del Athletic, deshabitado, sin contenido y con los incisivos afeitadísimos. A la que Iker ganó en radio de acción y presencia bajando un par de peldaños su posición inaugural, la vanguardia adquirió la temperatura adecuada. Asomando entre líneas, Iker se convirtió en la luz parpadeante para el reparto de Iturraspe, Iñigo Pérez y el debutante Ruiz de Galarreta, un chico con las arrugas de un sabio, que mezclaron estupendamente en la línea de medios, buscando un diálogo fluido con el balón, siempre pegadito al césped. Desde ese trampolín, se personó ante el gol Ibai Gómez, que embocó en dos ocasiones, la primera tras asistirle Iker en paralelo frente al balcón del área, y la segunda después de un magnífico pase de varias cuadras de Iturraspe, que creció junto a Muniain. David López también cantó bingo al cabecear una buena rosca de Xabi Castillo, que alcanzó la cal por el carril izquierdo tras descolgarse Iker por el centro.
sin luz La hiperactividad y la efervescencia de Muniain y la jauría de jóvenes hambrientos de minutaje en el futuro (Igor Martínez, Ibai Gómez, Iñigo Pérez, Ander Iturraspe e incluso Ruiz de Galarreta) desatascaron un duelo en el que el Athletic a punto estuvo de desbarrancarse ante el Lemona, un equipo apañado, con enorme sentido gremial, habilitado desde el orden táctico, el sentido común y la pizarra de Aitor Larrazabal, que dejó tieso, ciego, desanimado y enfangado en la nada al Athletic durante muchísimos minutos, demasiados, tantos que en medio del desolador paisaje, de aspecto lunar, apareció la mala fortuna. Se lesionó a dos suspiros de alcanzar el vestuario Pablo Orbaiz, que padece un esguince en el tobillo izquierdo del que por el momento se desconoce el alcance.
En ese lugar mudó a tiempo su fea armadura el Athletic, sin vuelo ni sorpresa en el primer tramo, y dejó en la taquilla del olvido los borceguíes con los que se presentó en Arlonagusia para ajustarse el frac y los zapatos de claqué y danzar con la pelota en el luminoso escenario ocupado por Muniain y asociados.
LEMONA: Alcalde, Zuhaitz Gurrutxaga, Arnaez, Apraiz, Azpilikueta, Unai Calvo, Txiki, Markel Robles, Jon Orbegozo, Imanol León y Ander Vitoria.También jugaron: Asier Goti, Iker Izeta, Iker Arrillaga, Eneko, Iker Seguin, Unai Santamaría, Urko Vera, Rebollo, Hodei y Solaun.
ATHLETIC: Raúl, Ramalho, Aurtenetxe, Ustaritz, Ocio (Min. 46, Castillo), Orbaiz, (Min. 46, Iñigo Pérez) David López (Min. 74, Ruiz de Larrinaga), Iturraspe, Muniain, De Marcos (Min. 46, Ibai Gómez) y Balenziaga (Min. 46, Igor Martínez).
Goles: 0-1: Min. 47; Ibai Gómez. 0-2: Min, 66; David López. 0-3. Min: 73; Ibai Gómez.
Árbitro: Delgado Ferreiro, del colegio Vasco. Amonestó a Juan Carlos Rebollo.
Incidencias: Unos 1.750 espectadores se dieron cita en Arlonagusia.