Bilbao. Tras el entrenamiento de ayer, llega con hora y media de retraso a la cita que tenía concertada con este periódico. ¿La razón? "Hemos estado hablando de los conceptos que queríamos destacar del entrenamiento y preparando el de mañana". Ese trabajo concienzudo, y la respuesta de los jugadores, es el que está permitiendo al Athletic mantener un excelente nivel físico cuando ya hace más de seis meses que disputó su primer partido oficial.

¿Qué le pide Joaquín Caparrós al preparador físico?

Mantener al equipo en el mejor estado de forma posible para sacar a los jugadores su máximo rendimiento físico. Joaquín es una persona que delega y transmite la idea de lo que quiere del equipo. Por eso a veces el trabajo físico va acompañado de parcelas técnicas y tácticas.

¿Desarrolla un trabajo conjunto o tiene autonomía para diseñarlo?

Lo hablamos todo, pero con plena autonomía. Lo que sí hacemos todos los días los componentes del equipo técnico es reunirnos después del entrenamiento para analizar los apartados que queremos destacar y matizamos el trabajo para el día siguiente.

¿Cómo planifica una temporada?

Depende del calendario de competición. No es lo mismo empezar el 30 de agosto que lo que nos ha ocurrido esta temporada, en la que comenzamos a competir con apenas veinte días de entrenamiento. Eso nos obligó a acelerar los procesos de puesta en forma y no teníamos excusas para llegar al primer partido en el mejor estado de forma posible, porque la Liga Europa era un objetivo prioritario para el club, tanto a nivel deportivo como económico. Una vez pasadas esas primeras etapas y tras conseguir un momento de forma óptimo, la preparación toma otro cariz y nuestro plan consiste en conservarlo y mejorarlo.

El pasado verano el equipo comenzó a competir a finales de julio. ¿Pasará factura a la plantilla este largo calendario?

Trabajamos para que eso no suceda. Pero sabemos que la recta final siempre es la más larga. En ese momento, los objetivos que pueda alcanzar el equipo pueden amenizar el día a día del último mes, que siempre es el más largo, sobre todo si no hay objetivos a la vista.

El suyo, ¿es el trabajo más ingrato ante los jugadores?

Hay momentos en los que tienes que aislar al jugador del balón. Pero en el Athletic, diría que casi el 70% del trabajo físico se hace con balón. Diseñamos las tareas en función de los objetivos que deseamos conseguir, y el balón nos sirve para mejorar en capacidades técnico-tácticas. Lógicamente, todo lo que se sale del juego normal es menos gustoso para el jugador, pero estamos en un equipo que no sólo tolera muy bien el trabajo, sino que también lo demanda. El Athletic es un equipo muy trabajador. Es fácil trabajar con ellos.

¿Es cierto que ya no se trabaja sobre picos de forma, sino que se intenta que los jugadores rocen toda la temporada el máximo nivel?

Es que nadie te garantiza los resultados. Esos picos te obligarían a hipotecar ciertos partidos y no podemos prever qué partidos serán fáciles y cuáles difíciles. Sí es verdad que hay momentos importantes en los que quieres conseguir un repunte, ante una eliminatoria europea por ejemplo, y entonces la preparas con un microciclo especial para ese punto, pero nada más.

Pero cada jugador es diferente, así que la planificación tendrá que ser personalizada.

Hay una parte común para los 25 integrantes de la plantilla y hay otra parte que se adapta mejor a las características de cada jugador. Eso lo realizamos con ciertos trabajos que los jugadores están realizando por las tardes, porque no tiene las mismas exigencias un central que un centrocampista, ni las mismas demandas energéticas. Por eso los recorridos y las tareas que realizan en los entrenamientos son diferentes. Cada puesto tiene su peculiaridad y cada jugador, también.

Caparrós ha comentado en más de una ocasión que la plantilla se presentó en julio con los deberes cumplidos y que en el parón navideño, algunos jugadores fueron a entrenar a Lezama en su semana de vacaciones. ¿Motivados u obsesivos?

El jugador cada vez es más profesional y cada vez demanda más al resto de los profesionales porque ven los resultados. Es una fuente de retroalimentación y de automotivación. El equipo no se toma las vacaciones como un stop, sino como un pause. Los jugadores se llevan en vacaciones sus planes personalizados de trabajo y los cumplen a la perfección.

Este perfeccionamiento físico, ¿no desvirtúa la esencia del fútbolista?

Creo que se está mejorando en todos los aspectos. Coges partidos de épocas pasadas, incluso de la década de los 90, y puedes comprobar que los jugadores actuales son más poderosos, más veloces, más resistentes y cubren más distancias a mayor intensidad. Pero es que técnicamente también han evolucionado. Se juega a una velocidad tremenda porque el balón corre muchísimo. El mayor nivel técnico implica una mayor exigencia física. Conforme mejora uno, exige a la otra y viceversa.

¿Cuál ha sido la evolución del trabajo del preparador físico en los últimos años?

La evolución parte de la tecnología de que disponemos. Antes funcionábamos a ojímetro. Ahora tenemos programas informáticos que calculan distancias, velocidades de desplazamiento... Y los tienes a las 24 horas de disputar un partido. Eso te permite comprobar, a lo largo de un ciclo de siete u ocho partidos, el trabajo de cada jugador. Ésa ha sido una de las principales armas que nos ha permitido evolucionar en nuestro trabajo.

¿Qué es lo que más castiga el cuerpo de los jugadores?

Lo que más estrés genera es un partido de competición oficial. De hecho no se pueden jugar dos partidos con menos de 48 horas de separación. Otros deportes sí lo pueden hacer y dan espectáculo todos los días. Si eso lo aplicáramos en el fútbol el espectáculo decaería rápidamente, porque el desgaste psicofisiológico en el fútbol es mucho mayor. Pero el futbolista compite las 24 horas del día. Su preparación incluye una buena alimentación y una buena hidratación, así como un buen descanso.

El Athletic vuelve la próxima semana a la competición europea. ¿Varía la preparación en función de las semanas con dos partidos?

Cambia la dinámica de trabajo. En esas semanas se incide más en los aspectos de recuperación, fundamentales para afrontar el siguiente partido.

¿En qué momento físico está ahora el Athletic?

Es un análisis que realizamos en cada partido y eso nos permite decir que esta temporada está siendo muy regular en su rendimiento. Está a un nivel muy alto de rendimiento físico.

¿A qué equipo de la Liga considera el más fuerte físicamente?

Al Athletic. Hay datos objetivos que nos sitúan en una posición de equipo muy generoso de esfuerzo. Y eso es gracias al mérito de los jugadores.

¿Ayudan los buenos resultados a conseguir esa respuesta física?

Evidentemente. Se rinde a mejor nivel si luchas por alcanzar unos objetivos positivos que si tienes que evitar caer en los negativos.

Joaquín Caparrós se quejó antes de Navidad porque las condiciones de los campos de entrenamiento de Lezama provocaron un exceso de lesiones musculares. ¿Qué hay de cierto en ello?

Los campos están ahí para comprobar su estado. Es un factor añadido que implica un mayor desgaste físico y anímico. Cualquier planteamiento físico-táctico que intentamos realizar conlleva muchas dificultades, porque debemos cambiar de lugar para aprovechar la parte del campo que esté mejor. No lo hemos cuantificado, pero estoy seguro de que sí está incidiendo en muchos aspectos.

Los aficionados tienen la percepción de que el Athletic entrena poco.

¿Qué entendemos por entrenar? Se entrena las 24 horas. Los jugadores llegan a Lezama con más de una hora de antelación con respecto a la salida al campo. Tras el desayuno, cada uno realiza un trabajo preventivo específico durante media hora. Después, tras el entrenamiento en el exterior, tienen otra parte de trabajo que se ejecuta dentro. Algunos también tienen trabajos por la tarde más personalizados.