"Molesta que te recuerden que eres el hijo del entrenador"
Es el hijo de Míchel, ex jugador del Real Madrid y actual técnico del Getafe. Como su padre, se hizo en la cantera "merengue", pero, al contrario que su progenitor, tuvo que salir para ganarse el pan en otro destino. Lo hace en el Getafe, donde ha vuelto a coincidir con su padre
bilbao. Adrián González tiene 21 años (Madrid, 25-V-1988) y cumple su segunda temporada en el Getafe. Ofrece el morbo de ser el hijo del entrenador, pero sabe torear el asunto, quizá por su reiteración. Se ve obligado a reivindicar partido a partido su propia personalidad para desactivar esa etiqueta y afirma que con su padre no habla del Getafe en el ámbito familiar.
Se miden al Athletic después de que el jueves el conjunto rojiblanco quemara otra etapa en la Liga Europa. Su equipo tendrá las piernas más sueltas.
Esperemos por nuestro bien que vengan cansados del partido del jueves, donde el Athletic tuvo que realizar un gasto extra para remontar. Ellos han empezado fuerte la Liga y más o menos estamos al mismo nivel, por lo que el que gane podrá situarse arriba.
¿Qué matices pueden ser decisivos en el encuentro?
Los dos saldremos a intentar jugar bien al fútbol. Hay gente joven en las dos plantillas y por eso será un partido de mucho ataque.
¿Qué Athletic espera?
Un Athletic que nos ataque, con un juego directo y poderoso. Nosotros vamos a hacer lo propio para contrarrestar sus puntos fuertes, que son bastantes.
¿Le preocupa algún jugador rojiblanco en especial?
Sí es verdad que siempre que juega Llorente hay que preocuparse, como se pudo comprobar el jueves. Pero me llama la atención Toquero, un jugador que quiere despuntar y que da algo especial al equipo.
Este Getafe no ha cumplido las expectativas creadas, según se desprende de la "rajada" de su presidente esta semana.
Él tiene su opinión, pero somos los jugadores los que tenemos que cumplir. El equipo no está contento con lo que pasó en Mallorca, pero otros días las cosas se han hecho bien y se ha ganado de forma fenomenal.
En este arranque usted ha sido uno de los habituales en el Getafe.
He tenido la suerte de jugar titular en todos los partidos menos en uno, por lo que son números como para estar satisfecho.
La temporada pasada apenas tuvo minutos con Víctor Muñoz.
Fue una situación difícil, pero me ayudó también para aprender muchas cosas y para formarme como jugador.
Hasta que el club apostó por Míchel, su padre, y su situación dio un giro radical.
Tampoco hubo ese giro, porque con la llegada del nuevo entrenador tampoco jugué mucho en los cinco últimos partidos. Mi situación, sin embargo, sí cambió algo.
Pero al poco fue titular ante Osasuna. ¿Se sintió acosado por las miradas que se cernieron sobre su persona?
Cuando entro al campo me dedico a hacer mi trabajo. Lo que hay fuera no me importa. Es normal que exista esa idea de lo que pueda pasar dentro del equipo, pero es algo que no me preocupa.
¿Ser hijo del entrenador es un mal negocio?
No, porque sabes que tus compañeros te arropan.
Tiene que ser incómodo que le cuelguen ese sambenito.
Allá cada uno con su forma de pensar. Cuando hay compañeros que son profesionales y piensan como yo, para mí todo es más fácil.
¿Molesta que le recuerden con cierta asiduidad ese lazo familiar?
Sí que me molesta. Sé que el tema sale en las entrevistas y mi contestación siempre es la misma.
¿Cómo hace para valer su propia personalidad?
Dentro del vestuario, en el trato personal con los compañeros, y después, en el campo.
Míchel ha comentado más de una vez que no habla con usted del equipo fuera del entorno laboral. ¿Es así?
Es normal que haya mucha gente que no se lo crea, pero es así. Es como si fuese uno más. Si me tiene que decir algo, lo hace en la ciudad deportiva y no en casa.
¿Hay algún punto en común entre el Míchel jugador y Adrián?
En algún caso sí, porque también me gusta centrar desde banda, aunque yo soy zurdo.
El Athletic es un club de cantera. ¿Envidia sana o hace otra lectura?
Tiene mucho mérito estar donde está con su filosofía. Es un magnífico ejemplo y ojalá se diera el mismo caso en muchos clubes.
Usted no ha jugado en San Mamés.
El año pasado fui convocado, pero a última hora me quedé sin vestir. Es un estadio impresionante. Se habla mucho de la afición del Liverpool, pero yo, la verdad, salí de San Mamés impactado.