Con la llegada de Aste Nagusia, Bilbao se transforma. Las calles se llenan de vida: kalejiras, txosnas, música en cada rincón y ese ambiente único que combina tradición, modernidad y orgullo local. En medio de esta efervescencia cultural, la moda ha encontrado su lugar con una propuesta textil que apuesta por celebrar la semana grande desde una nueva perspectiva: con identidad, estilo y comodidad. 

Esta colección nace con la intención de reinterpretar los códigos visuales y culturales que acompañan año tras año a las fiestas bilbainas. Más que un disfraz o un uniforme, la propuesta plantea una manera contemporánea de vestir la celebración, sin perder el vínculo con sus raíces. Prendas funcionales, inspiradas en la tradición vasca, pero adaptadas a las necesidades de hoy: cortes modernos, tejidos sostenibles y un enfoque inclusivo, tanto en diseño como en tallas. 

Su creador, el diseñador bilbaino Ion Fiz, ha explicado a este periódico cómo surgió la idea de crear esta línea de ropa. "Es la primera vez que hago una colección inspirada en Marijaia y en Aste Nagusia, nunca me lo había planteado. Mi amiga Dorleta, de la tienda Las Carolas, me animó a ello y ha terminado siendo una pasada, está teniendo mucho tirón", cuenta.

Prendas con sentimiento

Los colores clásicos —rojo, blanco, azul marino y negro— se mantienen, pero conviven con siluetas actuales y materiales pensados para la fiesta. Desde camisetas gráficas con guiños sutiles al imaginario festivo, hasta faldas amplias, chaquetas ligeras o una versión renovada del kaiku tradicional, ahora en tejidos técnicos impermeables. Todo con un claro compromiso local: producción en talleres cercanos, colaboración con ilustradores de la zona y una firme apuesta por el kilómetro cero. 

"Preparar la prenda lleva cuatro horas mínimo porque también hay que tener en cuenta el diseño, la confección, etc. En total en hacer una camiseta, por ejemplo, se tarda una jornada laboral de ocho horas", explica su creador. El precio por su parte, va acorde con el trabajo que requiere crear una prenda desde cero, con materiales de calidad y del territorio: la camiseta de tirantes se vende por un precio de 35 euros, mientras que la que tiene manga de seda con flores, a 45 euros. En cuanto a los accesorios, las pulseras tiene un precio de 10 euros, el pañuelo de 15 y la tote bag de 25.

Broches de la colección de Marijaia de Ion Fiz Oskar González

Más allá del diseño, la colección destaca por su carga emocional. Cada prenda incorpora pequeños detalles que conectan con el espíritu de Aste Nagusia: bordados con lemas festivos, etiquetas con códigos QR que enlazan a playlists colaborativas o tejidos pensados para resistir desde la lluvia bilbaína hasta las noches infinitas de verbena. 

El objetivo es claro: ofrecer una alternativa a la indumentaria festiva tradicional, sin romper con ella. Vestir la calle sin uniformarla. Piezas que no solo tienen sentido durante la semana grande, sino que pueden seguir formando parte del armario el resto del año. Recuerdos útiles, con valor estético y emocional. La colección Marijaia Ion Fiz está a la venta en exclusiva en la tienda Las Carolas de la calle Iparraguirre, 34 (Bilbao).

Éxito rotundo

La acogida no se ha hecho esperar. El público joven, especialmente, ha respondido con entusiasmo, valorando tanto el diseño como el compromiso con una producción responsable. También han mostrado interés cuadrillas y asociaciones que buscan actualizar su imagen sin renunciar a la esencia de la fiesta. "La gente está respondiendo super bien. El que no se lleva una pulsera, se lleva la camiseta o la tote bag que hemos hecho", asegura el diseñador.

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De hecho, el éxito ha sido tal que pretenden extender la colección más allá de las fiestas e incluir otras temáticas relacionadas con las fiestas populares vascas. "Visto todo lo que estamos vendiendo, pretendemos darle continuación. Ya estamos apuntando lo que nos hace falta para el mes de diciembre cuando haremos colecciones inspiradas en Santo Tomás, Olentzero, etc", explica Fiz.

En un momento en el que muchas celebraciones populares buscan reinventarse sin perder su alma, iniciativas como esta marcan un camino posible: el de la reinterpretación respetuosa, la funcionalidad y la identidad compartida. Porque en Aste Nagusia cada detalle cuenta, y ahora también es posible celebrarla con una moda que habla el mismo idioma que la fiesta.