Aste Nagusia va acercándose, poco a poco, a su ecuador. Sin embargo, todo apunta a que la fatiga todavía no ha hecho su aparición en ningún rincón de la villa, donde bilbainos y foráneos estallan de alborozo. El goce es lo prioritario y, por lo general, no deja mucho espacio a idear outfits de infarto. Para algunos, no obstante, el júbilo –y el pisiposo, tan característico de las txosnas– no es un impedimento para lucir impecables (al menos de piernas para arriba). DEIA lo sabe, y por eso ha escrutado las calles de la villa en busca de los estilismos más curiosos de la villa. Este es el resultado de la exhaustiva investigación.
A las seis de la tarde, el calor todavía apretaba en el recinto festivo. Bajo un sol de infarto, comparseros y fiesteros se amontonaban en las mesas dispuestas para el evento gastronómico. Entre todos ellos, han destacado las camisas hawaianas de la cuadrilla de Jon Basabe. “Siempre que vamos por ahí nos gusta ir conjuntados. Hoy, aprovechando que toca Gatibu, hemos decidido ponernos estas camisas, que son muy del rollo del grupo”, ha explicado el joven, casi vociferando para hacerse oír por encima de la música que emanaba de los altavoces de Hontzak.
Las zapatillas no sobreviven a Aste Nagusia
Por otro lado, ha señalado que “ir guapo en Aste Nagusia” es difícil. Y es que sus prendas imprescindibles para las fiestas consisten, fundamentalmente, en prendas cómodas y, cómo no, en unas buenas zapatillas. “Llevo con las mismas toda la semana”, ha reconocido, “para que se llenen de mierda y para, cuando todo termine, tirarlas a la basura. La suciedad que cogen es de locos”, ha zanjado, antes de volver a virar su atención a la partida de mus que disputaba con sus amigos.
El calzado de las cientos de personas que se agolpan en estos momentos en El Arenal se corresponde, con bastante frecuencia, con la filosofía que sigue Basabe. En lo que a looks se refiere, muchos y muchas están apostando por las características faldas Mahón (de arrantzale) y, ¡cómo no!, por las camisetas de las comparsas. El amarillo Pinpilinpauxa o el rojo Kaskagorri, entre muchos otros, aportan un toque de color al recinto. Y es que los comparseros no pierden la oportunidad de lucir sus estandartes donde haga falta.
¿Se acaba el reinado del Mahón?
Eso sí, son cada vez más las personas que apuestan por lucir outfits más propios de un festival que de unas fiestas populares. Al menos, ésto es lo que ha señalado Izaro Moreno: “El look festival se extrapola a las jaiak”, ha asegurado. “Al final la gente hace lo mismo en ambos sitios: beber, ver conciertos y socializar”, ha añadido. Ella, desde luego, cumple con su premisa. El vestido floreado, “de alguna marca de moda rápida”, que combina con unas botas camperas de cuero negro (y con el que pretende quemar la noche) da buena cuenta de ello.
Su amiga, Garbiñe Miguel, también porta un vestido. En su caso, de color amarillo limón y estampado de pequeñas flores negras, que conjuntan muy bien con sus zapatillas abotinadas negras. “El mío es de Vinted –mercado en línea que permite a los usuarios vender y comprar artículos de ropa y accesorios de segunda mano– , porque me he propuesto no comprar ropa nueva”, ha apuntado Garbiñe. Esta vecina de Zorrotza alegó que no lo hace por el alto impacto medioambiental de la industria de la moda.
Camisetas con mensaje
Mientras ambas han estado disfrutando de un vermú en el bar Kantine, los colaboradores de T4 (asociación que trabaja en favor de las personas afectadas por el VIH-SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual) han repartido condones frente al Teatro Arriaga ataviados con una camiseta muy llamativa. Diseñada por el ilustrador bilbaino Cachorro Lozano, es blanca y tiene unas letras estampadas a todo color que rezan el siguiente mensaje: “bésame, abrázame, lámeme, fóllame, cuídate, cuídame”.
Con esta prenda, los miembros de la asociación han querido emplear la moda para reivindicar su mensaje: “Queremos hablar de la sexualidad de una manera positiva, recalcando aquello que tiene que ver con la salud y con la responsabilidad”, ha expuesto el agente de salud Marco Imbert.
Las fiestas más chic
Lejos del bullicio festivo, el ensanche vive su particular Aste Nagusia. Las calles del corazón de la ciudad están engalanadas con amplias terrazas, que ofrecen la posibilidad de disfrutar de un cóctel sin agobios. Allí han estado Natalia Martín, Cristina Ajuria, Ainhoa Martín e Isidro Elezgarai, presidente de UNICEF Comité País Vasco, que ha apostado por una txapela Mahón.
"Llevamos los colores de Bilbao; el Mahón, el blanco, el azul... Vamos muy fresquitas", ha dicho Martín, refiriéndose a los estilismos femeninos. Todas ellas han optado por rematar sus vestidos vaporosos, de inspiración ibicenca, con unas cuñas de esparto de infarto. "Las mías tienen el estampado de la baldosa de Bilbao", ha señalado Martín. Así las cosas, ésta es una Aste Nagusia que transita desde el conservador Mahón hasta el nuevo look festivalero.