La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, trasladó ayer al primer ministro británico, Boris Johnson, su “profunda preocupación” por la aplicación de los acuerdos relacionados con el Brexit. “Expresé mi profunda preocupación por la implementación del acuerdo comercial y de asociación (TCA) y el acuerdo de retirada entre la UE y el Reino Unido”, indicó en la red social Twitter Von der Leyen, quien dijo haber mantenido una “buena” conversación telefónica con el mandatario británico.

La presidenta del Ejecutivo comunitario añadió que “abordaremos cómo progresar y garantizar su cumplimiento en los márgenes del G7”, en referencia a la cumbre de los líderes de los países más industrializados que tendrá lugar entre el 11 y el 13 de junio en Cornualles (Reino Unido). Por otra parte, Von der Leyen señaló que trató con Johnson sobre la donación de vacunas o el apoyo a la educación de mujeres y niñas.

Protocolo norirlandés

La Unión Europea quiere que el Reino Unido aplique el protocolo de Irlanda del Norte de “buena fe” y ponga fin a las “acciones unilaterales” o, de lo contrario, considerará “todas las opciones” para responder al incumplimiento de lo pactado en el marco del Brexit, según dijo este lunes un alto cargo comunitario.

Desde que el Reino Unido abandonó oficialmente la UE el pasado 1 de enero, la relación entre ambas partes ha sido tensa, en particular, en lo que se refiere a la implementación del protocolo incluido en el acuerdo de salida del país para evitar crear una frontera física entre la región británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

Según el mismo, en Irlanda del Norte se siguen aplicando las normas del mercado único y la unión aduanera comunitarias, de modo que los bienes que transitan desde el resto del Reino Unido a esta parte del país están sometidos a los controles europeos, que son efectuados, sin embargo, por las autoridades británicas.

En este contexto, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Maros Sefcovic, pidió ayer al Reino Unido que no tome medidas unilaterales para retrasar los controles de productos que entran en Irlanda del Norte procedentes de Gran Bretaña.