Cuando se acerca la fecha límite que separará definitivamente al Reino Unido de la UE, y cuando, tras un parón, los negociadores retomaron ayer las negociaciones para alcanzar ese acuerdo que se resiste, Irlanda del Norte sigue siendo una clave para entender la encrucijada política en la que se encuentran los británicos. Su postura frente al Brexit, sus fronteras comerciales o su relativa paz social nacida del Acuerdo del Viernes Santo son algunos de los puntos fundamentales para entender la influencia de este pequeño territorio en el futuro entre Bruselas y Londres.

El 1 de enero de 2021 termina la cuenta atrás y la eterna postergación del divorcio definitivo entre el Reino Unido y la UE llega a su fin. Mientras tanto, todas las miradas se centran en las negociaciones para rubricar un pacto comercial que permita a las dos partes mantener una relación económica amistosa tras la ruptura.

Algunos de los puntos que impiden que estas conversaciones desemboquen en un apretón de manos son la competencia leal (level-playing field), los permisos de pesca en aguas británicas y el acuerdo de gobernanza para futuros conflictos. No obstante, también sobrevuela un asunto clave para el éxito de cualquier resolución de esta disyuntiva: Irlanda del Norte.

Con su Proyecto de Ley del Mercado Interno, Boris Johnson no ha hecho más que complicar la situación de esta región británica. Colin Harvey, profesor de Derecho en la Universidad de Belfast y miembro del Instituto Senador George J. Mitchell por la Paz Global, la Seguridad y la Justicia, explica a este periódico que en Irlanda del Norte hay "una profunda preocupación sobre las disposiciones legales de la Ley del Mercado Interior que rompen la ley internacional y socavan el Protocolo de Irlanda". Sobre este proyecto de Ley, el profesor de la Universidad de Belfast en Historia, Antropología y Política, y experto en el proceso de Paz Norirlandés Dominic Bryan, sostiene que esta "pieza legislativa producida por Johnson es un espejismo para intentar satisfacer a los unionistas de Irlanda del Norte".

Una parte de aquellos en Irlanda del Norte que se consideran británicos vieron el Brexitcomo una posible amenaza a la unión de esta región con el Reino Unido. El DUP (Partido Democrático Unionista) norirlandés fue el único que se alineó con los conservadores ingleses para pedir el voto por el Brexit, mientras los republicanos del Sinn Fein hicieron campaña por la permanencia. "Algunos unionistas tienen un gran sentimiento de pertenencia al Reino Unido y muchos de ellos rechazan la idea de ser europeos", cuenta Bryan. Sin embargo, añade que "los unionistas creían que, aunque los conservadores les prometieron que no les abandonarían, cuando llegaron las conversaciones más difíciles con la UE sobre el futuro económico o sus relaciones con el Reino Unido claramente Irlanda del Norte sería abandonada".

europeismo

Quizás por este motivo, esta región nunca tuvo un gran compromiso con el Brexit, y en el referéndum del 2016, casi un 56% de los norirlandeses votaron a favor permanecer en la UE. "Irlanda del Norte ha sido retirada de la Unión Europea contra los deseos de la mayoría de su gente" confirma Colin Harvey. Según el experto, "en Irlanda del Norte existe un gran aprecio hacia la UE por el papel que tuvo en el éxito del proceso de paz de 1998".

Sobre el sentimiento de pertenencia de los norirlandeses, Dominic Bryan explica que "la ironía es que mientras muchos de nosotros nunca había pensado en su identidad europea, siendo sinceros, como suele pasar con la identidad política, cuando alguien intenta arrebatártela, te vuelves más consciente de ella." Y añade que "de alguna manera, la gente de Irlanda del Norte se siente más europea ahora de lo que nunca se sintió antes de que llegara el Brexit".

Para Colin Harvey, son muchas las repercusiones en el país: "El Brexitha sido devastador para Irlanda del Norte, ha sido profundamente desestabilizador. Ha supuesto que ahora la mitad de la isla irlandesa pertenece a la UE y la otra mitad no. Ha forzado ciertas medidas en las fronteras. El DUP apoyó al Brexity el Sinn Féin lo rechazó, por lo que ahora el Brexitha creado un nuevo conflicto entre irlandeses y británicos. Ha perpetuado la división en el país, ha hecho la vida más complicada a mucha gente. Debemos tener en cuenta que esto ocurre en una sociedad posconflicto mientras muchos intentan pasar página de un pasado de violencia", analiza en una conversación con Aquí Europa. La sociedad continúa estando muy dividida y el Brexitha tenido consecuencias sociales y políticas, sin embargo, ambos expertos coinciden en que no creen que la violencia pueda volver a Irlanda del Norte en la forma en la que existía antes.

"La situación social en Irlanda del Norte es totalmente diferente a la que se vivía en los 70 o los 80, la igualdad social es mucho mayor, ahora hay católicos en la Policía, en el sistema judicial, etc. Ya no existe la exclusión hacia esa parte", explica Dominic Bryan. Y también cuenta como el Sinn Féin tiene ahora una posición muy distinta en su forma de luchar por una Irlanda unida, "tiene muchos parlamentarios, gobiernan en el norte, tienen poder político y no está entre sus intereses volver a la violencia".

Sobre la posibilidad de una reunificación de la isla irlandesa Colin Harvey explica que "el debate sobre una Irlanda unida se ha intensificado en los últimos años, nunca había presenciado tanto debate, ni con tanta profundidad, sobre el futuro constitucional del país". "Si piensas en que ahora la mitad de la isla pertenece a la UE y la otra mitad no, y que muchos norirlandeses han sido arrastrados fuera de la Unión, la conclusión para muchos es evidente: Una Irlanda unida es la manera que tiene la región de volver a la UE", prosigue. No obstante, Dominic matiza esta postura y defiende que "incluso si se crea una Irlanda unida seguirá habiendo el problema de una sociedad dividida política e ideológicamente".

A pesar de que, como cuenta Bryan "Irlanda del Norte seguirá, de alguna manera, bajo la normativa comunitaria europea, lo que le dará ciertas ventajas económicas", la sociedad vive la salida con gran preocupación. "Son muchos los que están pidiendo el pasaporte irlandés en Irlanda del Norte, incluso los unionistas", dice Colin.

Desde el punto de vista simbólico, Harvey desarrolla que para algunos norirlandeses, Irlanda está en camino de ser "exitosa, moderna, cosmopolita y plural y se mueve hacia una mayor relación con su entorno global y la Gran Bretaña del Brexitva a convertirse en un lugar retirado y aislado".

Pragmatismo. Los expertos no tienen nada claro el futuro, pero confían en que llegue un entendimiento. "Cuanto más duro sea el Brexitmás dura será la frontera del mar de Irlanda, no lograr un acuerdo sería vergonzosamente irresponsable", opina Harvey. Dominic, confía en que al final haya un acuerdo, que ve más probable tras la elección de Joe Biden en EE.UU. y tras la marcha de dos de los consejeros más importantes pro Brexitde Boris Johnson. De darse un acuerdo, opina Bryan con ironía, no sería muy diferente del que ya presentó Theresa May hace dos años. "Yo creo que la política pragmática al final vencerá", concluye.