- La ultraderecha francesa logró abrir ayer una grieta, pequeña pero simbólica, en el muro contra ella formado por el resto de partidos, el llamado “frente republicano”, tras alzarse con la alcaldía de Perpiñán (sur de Francia), su mayor ciudad en 25 años.

Los sondeos de las municipales, que concluyeron con una participación de solo el 41%, no se equivocaron y el diputado de la Agrupación Nacional (RN), Louis Aliot, con un 53% de los votos, según las proyecciones, será el próximo alcalde de la capital de la Cataluña francesa, una ciudad con importantes problemas socioeconómicos que la ultraderecha espera convertir en plataforma electoral para próximas contiendas.

La imagen del alcalde saliente, el conservador Jean-Marc Pujol, que habría obtenido un 47% de los sufragios, estaba ya degradada entre buena parte de los 120.000 vecinos de la localidad, lo que llevó a integrantes de otras listas a pedir el voto por Aliot.

Desde que en 1995 Jean-Marie Chevallier les dio la alcaldía de Tolón, que alberga el mayor puerto militar de Francia, la RN (antes conocida como Frente Nacional) no gobernaba una ciudad de más de 100.000 personas.

La reacción de la líder de la RN y expareja de Aliot, Marine Le Pen, fue elocuente. Pese a que la segunda vuelta de las municipales no le fue especialmente propicia a su formación, que apenas logra victorias de relieve, la oportunidad de dirigir Perpiñán supone para ella un cimiento sobre el que construir su nueva imagen “No solo es una victoria simbólica; es un verdadero detonante, porque vamos a poder demostrar que somos capaces de gestionar grandes municipios”, declaró Le Pen al canal TF1.

Aun a regañadientes en algunos casos, la candidata ecologista, que quedó en tercera posición en la primera vuelta, y el de la lista “macronista”, cuarto, se habían retirado de la segunda ronda para evitar la dispersión del voto que podía beneficiar a Aliot.

De poco sirvió. Pujol, alcalde desde 2009, fue incapaz de concitar apoyos frente al ultraderechista, quien según las proyecciones obtuvo más del 53 % de los votos.

Pese a ser diputado por la Agrupación Nacional, el candidato ultraderechista hizo campaña sin etiqueta de partido para intentar atraerse a votantes de otras tendencias y se vio beneficiado incluso por el apoyo de integrantes de la lista del partido “macronista”, que rompieron la disciplina de grupo y pidieron el voto para él. “El frente republicano ha caído. Y puede caer en otros lugares, puede caer el anatema”, dijo Aliot en sus primeras declaraciones tras proclamar su elección.

El próximo alcalde consideró que la alianza entre sus rivales fue una “estafa política” y reivindicó que su victoria es la de “un equipo en torno a un proyecto, con personas de diferentes horizontes”, al tiempo que aseguró sentirse “orgulloso” de pertenecer a la Agrupación Nacional.

Los más próximos al presidente, Emmanuel Macron, reconocieron su preocupación, al margen de por los malos resultados de su partido, por la victoria de Aliot en Perpiñán, que evidenció las limitaciones de la estrategia de “todos contra la ultraderecha” que durante mucho tiempo ha cerrado el paso a la RN en las segundas vueltas. “Se trata de una inmensa decepción”, subrayó el secretario de Estado de Vivienda y uno de los primeros aliados de Macron, Julien Denormandie.

Además de Aliot, el otro vencedor del inicio del recuento era el primer ministro, Édouard Philippe, ganador en la ciudad de la que ya fue alcalde, Le Havre, con un 58% de votos frente a su rival comunista, Jean-Paul Lecoq, que habría obtenido un 42%.

41%

La segunda vuelta de las municipales francesas se desarrolló ayer, tres meses después de lo previsto, tras suspenderlas el Ejecutivo a causa de la pandemia del coronavirus. Solo un 41% del electorado acudió a votar. El miedo a contagiarse ya provocó en la primera vuelta una abstención del 55% del censo, una tendencia que se ha agudizado en esta segunda ronda.